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POV Omnisciente

En el momento que el pequeño moreno despertó, sintió casi de inmediato el brazo del señor Navarro encima de su torso y a este cerca de él, ocasionando que se quedara completamente quieto, acostumbrándose a eso.

Se movió un poco, luego de unos minutos, y notó que el detective estaba despierto, al parecer no había dormido en ningún instante.

-Dormiste bien?.-Preguntó Jaime, sabiendo que el pequeño moreno ya había despertado.

-Sí.-Respondió Nicolás, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Hace tiempo que no duermo tan bien realmente.

-Me alegro.-Dijo el enojón, siendo honesto con el mafioso y recordando algo.-Llamó tu amigo.

-Amigo? Cuál amigo?.-Cuestionó el moreno, bastante confundido y no sabiendo a qué se refería.

-No sé cómo se llama pero sí sé que estuvo en tu casa el otro día.-Dijo el señor Navarro, algo indeciso si ser más directo o no.-Estaba arreglando su ropa y luego se fue.

-Oh... ese es Sam.-Dijo el pequeño moreno, algo desinteresado y también avergonzado por recordar aquello.-Qué quería?

-Saber si ibas a ir a tu casa pronto, porque él estaba ahí.-Contestó Jaime, diciendo la verdad pero claramente no le iba a decir lo que le había mencionado a Sam en la llamada.

-Supongo que le dijiste que no sería así.-Dijo Nicolás, adivinando, viendo como su detective asentía, ocasionando que sonriera.-Muy bien, gracias por decirme. No quería hablar mucho con él.

El señor Navarro no preguntó, simplemente se quedó callado entretanto observaba al pequeño moreno.

-En verdad no duermes mucho, cierto?.-Preguntó el moreno, notando que la mirada del detective no se apartaba de él, causando que se colocara nervioso.

-No, no tanto.-Respondió el enojón, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Sí, me dio algo de sueño cuando tú estabas durmiendo pero te dije que te cuidaría y lo hice.

-Jaime, podías dormir, definitivamente no era obligación que estuvieras a cada segundo pendiente de mí.-Dijo el pequeño moreno, claramente no contento con eso.

-Yo me tomo en serio esas cosas.-Dijo el señor Navarro, no arrepintiéndose de no haber dormido.

-Así me doy cuenta.-Dijo Nicolás, negando con su cabeza pero al final sonriendo un poco.-Si quieres dormir ahora...

-No.-Dijo Jaime, interrumpiéndolo en el instante y negándose a eso.-Te haré compañía.

-Eres un terco, Jaime.-Dijo el moreno, originando que el recién nombrado lo mirara fijamente a los ojos.-Sin ofender.

El detective lo observó y sonrió ligeramente.

-No estoy ofendido.-Dijo el enojón, siendo honesto con el mafioso.

-Menos mal.-Dijo el pequeño moreno, algo más aliviado por eso.-No quería lidiar con mi detective favorito enojado.

-Yo? Enojado? Nunca.-Dijo el señor Navarro, ocasionando que el moreno riera un poco.

-En realidad no creo que pases enojado siempre, tal vez serio sí.-Dijo Nicolás, sintiendo como el detective acariciaba por encima de su polera su torso.

-Y te molesta eso?.-Preguntó Jaime, luego de unos segundos, queriendo saberlo.

-No.-Contestó el moreno, siendo sincero con el señor Navarro.-Me gusta, aunque puedo admitir que me derrito cuando te veo sonreír, aunque sea un poco.

Todo se quedó en silencio por un tiempo, ocasionando que Nicolás creyera que la había cagado con haber dicho eso.

-Yo... lo siento si te hice sentir incómodo...

-Cariño, tranquilo.-Dijo Jaime, en realidad no estando incómodo ni mucho menos molesto.-No estoy... incómodo.

-Seguro? Porque a veces tengo la tendencia de hablar de más...

-Si hay uno que habla de más entre los dos, soy yo.-Dijo el enojón, refiriéndose a algo en específico que los dos pudieron entender.

Ninguno de los dos dijo nada al respecto sobre ese tema.

-Quieres comer algo?.-Preguntó el señor Navarro, olvidando casi de inmediato lo que había dicho antes, o al menos intentando hacerlo.

-Por ahora no.-Respondió el pequeño moreno, diciendo la verdad mientras pensaba en algo.-Jaime... tú no estás incómodo con que esté aquí, cierto? O sea sé que diste la orden para que me trajeran pero tal vez era por un rato no más.

-Si no te quisiera aquí, no hubiera dado la orden.-Dijo Jaime, acomodándose un poco para mirarlo cuidadosamente, casi como si quisiera decifrar al mafioso.-Cuando la di, sabía que no te quedarías sólo por un rato.

El moreno estaba algo inseguro, así que el detective habló.

-Nicolás, mírame.-Dijo el enojón, dando una orden clara, con un tono más ronco del que en sí ya tenía, originando que el moreno sintiera una corriente recorrer su cuerpo en el momento que escuchó esto, logrando que este hiciera lo que le había dicho.-Te quiero aquí, si? Todo el tiempo que quieras quedarte para mí es perfecto.

-Y si me quedo toda la vida acá?.-Cuestionó Nicolás, ahora teniendo una leve sonrisa traviesa y divertida al mismo tiempo.

-Estaría bien para mí pero tendrías que soportarme.-Contestó Jaime, siendo honesto con él, no sabiendo muy bien cómo reaccionar.

-Oh, no tengo ningún problema con eso.-Dijo el moreno, mirándolo fijamente a los ojos, manteniendo ese ligero gesto en sus labios.

El señor Navarro lo contempló por un tiempo, pasando de los ojos a los labios del mafioso.

-Yo... eh, me bañaré.-Dijo el enojón, separándose del moreno y levantándose, originando que el mafioso asintiera, hasta que de repente se acordó de algo.

Él también se tenía que bañar.

-Qué pasa?.-Preguntó el señor Navarro, notando algo raro en la mirada del moreno.

-Yo también me tengo que bañar.-Dijo el pequeño moreno, siendo sincero con el detective.

Todo se quedo en silencio por un tiempo.

-Te puedo... ayudar si es lo que quieres.-Dijo Jaime, diciendo la verdad sobre lo que estaba pensando, ocasionando que el moreno asintiera, volviendo a estar sonrojado.-Es mejor que te ayude primero, luego yo me baño.

-Está bien.-Dijo Nicolás, tragando algo de saliva, nervioso, viendo como el señor Navarro se acercaba a su lado de la cama para ayudarlo a levantarse, intentando no hacerle tanto daño.

Apenas hizo esto, fueron algo lento al baño, entretanto que el pequeño moreno se apoyaba en el detective.

-Te ayudó a desvestirte?.-Preguntó el enojón, ocasionando que el pequeño moreno estuviera indeciso.

-Puede ser que con la parte de arriba.-Dijo el moreno, siendo honesto con el detective, originando que este lo empezara a desvestir, y en el momento que lo hizo, notó que el pequeño moreno tenía problemas con desabrochar su pantalón.

-Espera.-Dijo el señor Navarro, obligando a que el mafioso dejara de esforzarse y simplemente él le desabrochó los pantalones a este. De hecho, ni siquiera le preguntó y le bajó estos, originando que el moreno terminara de sacarselos como pudiera.-Bien, tú... termina de sacarte los calzoncillos y te tapas con la cortina y yo estaré aquí cualquier cosa, si?

El pequeño moreno asintió, ya no pudiendo más con la verguenza, haciendo lo que el señor Navarro le había dicho.

Eran en momentos como ese que uno se olvidaba que Nicolás era el jefe de una mafia.

Criminal (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora