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POV Omnisciente

El señor Navarro no fue a su casa después de que el moreno terminara de trabajar, aunque este último no lo podía culpar realmente.

Jaime no le había dicho nada a Mario.

El pequeño moreno llamó varias veces al señor Navarro pero este no contestó, ocasionando que el primero en ser nombrado se sintiera culpable y que mordiera levemente su labio.

No tenía ni idea por qué Ian había dicho algo así. Cuando le preguntó, le dijo que uno de los mismos compañeros de Jaime le había dicho que escuchó a este con Mario hablando de todo eso.

Tampoco era culpa de Ian, este se tomaba muy en serio, como todos realmente, la mafia y se preocupaba por Nicolás.

El pequeño moreno estuvo apunto de ir a buscar a su novio pero tenía claro que si Jaime no le contestaba el celular, tampoco le abriría la puerta. Podía entrar, porque tenía llaves, pero tampoco quería que el señor Navarro se enojara aún más.

Jaime fue a trabajar como si nada el día siguiente. Sin embargo Manu ya le había contado al mejor amigo del primero en ser nombrado lo que había pasado, así que este estaba atento a lo que hacía su compañero.

-Edgar.-Dijo Jaime, no mirándolo, ya que estaba leyendo un documento.-Deja de observarme y dime qué wea quieres.

El ruloso estaba sentado al frente de él, provocando que suspirara y hablara.

-Sé lo que pasó con Nicolás.-Dijo Edgar, jugando un poco con sus manos y notando como su mejor amigo todavía no lo miraba.

-Y?.-Cuestionó el enojón, no cambiando su tono, que era bastante frío, ni menos su expresión, que era seria desde que el detective Navarro había llegado.

-Nicolás también sabe que era mentira lo que su guardaespaldas le había dicho sobre ti.-Dijo el ruloso, queriendo ver cómo reaccionaba su compañero.

-Ya.-Dijo el señor Navarro, dejando el documento en su escritorio, terminando de leer.-Sobre el caso, yo creo que...

-Espera, no vas a decir nada más?.-Preguntó Eddie, interrumpiéndolo en el instante, esperando que dijera algo sobre lo que le había dicho.

-Qué quieres que te diga? Qué bueno que se haya dado cuenta de algo que dije que era mentira, lástima que fue tarde.-Dijo Jaime, mirando fijamente a los ojos a su mejor amigo.

-Jaime, él se equivocó simplemente...

-Es más que eso.-Dijo el enojón, con una pausa y cerrando los ojos por un momento.-No lo entiendes.

-Quiero entender pero tú...

De repente tocaron la puerta de la oficina, ocasionando que el detective Navarro dijera que pasaran. La puerta se abrió y el enojón vio que era el pequeño moreno, causando que se colocara aún más tenso.

-Yo... los dejaré solos.-Dijo Edgar, levantándose del asiento y pasando por al lado del moreno, cerrando la puerta posteriormente para que el pequeño moreno y el señor Navarro tuvieran más privacidad.

-No has contestado mis llamadas.-Dijo Nicolás, después de varios segundos en silencio, notando la mirada fría del detective Navarro en él.

-No, no lo he hecho.-Dijo Jaime, asegurando más eso y no pareciera arrepentirse por no haberlo hecho.

-Jaime, yo... lo lamento mucho.-Dijo el moreno, admirándolo por un tiempo para finalmente bajar la mirada.-Sé que me equivoqué pero yo tenía que investigar, no podía no hacerlo. Si me hubieras dejado hablarte después...

El señor Navarro se paró de repente y parecía estar conteniéndose.

-Sabes cuál es el problema que al parecer ni tú ni el Edgar entienden?.-Preguntó el enojón con un tono más ronco y no dejando de mirarlo.-Es que yo, si hubiera estado en tu posición, si cualquier weón me hubiera dicho que vas a hacer algo contra mi trabajo, nunca lo hubiera creído, ni siquiera por un segundo.

-Jaime...

-No confías en mí.-Dijo el recién nombrado, volviendo a interrumpirlo.

-No es así, Jaime, confío en ti.-Dijo Nicolás, con un tono bastante desesperado, realmente odiando esta situación.-Yo te amo.

-Puede que me ames, Nicolás, pero... no confías lo suficiente como para saber que yo nunca haría algo contra ti, ni siquiera contra tu mafia. Aunque no me gusta lo que haces, sé lo mucho que significa para ti.-Dijo Jaime, luego de un tiempo, intentando calmarse, apoyándose contra su escritorio y ya no mirándolo.

Todo se quedó en silencio entretanto el pequeño moreno sentía su corazón casi salir de su pecho.

-Qué puedo hacer para arreglar esto?.-Preguntó el moreno en un tono bajo.

El señor Navarro siguió en la misma posición para finalmente mirarlo.

-Necesito tiempo.-Dijo el enojón, observándolo atentamente y notando el dolor en los ojos del mafioso.

-Jaime... no puedes hacerlo, no quiero terminar esto, no...

-No estamos terminando.-Dijo el señor Navarro, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Soy demasiado egoísta como para hacer eso.

-Entonces...

-Realmente necesito tiempo para pensar en esto.-Dijo Jaime, no queriendo que el moreno sacara conclusiones erróneas.-No será mucho, sólo... me hará bien.

El pequeño moreno mordió su labio y lo admiró por unos segundos, causando que el señor Navarro sintiera una presión en su pecho.

-Está bien.-Dijo Nicolás, casi en un hilo de voz.-Lo que sea necesario.

El mafioso entendió que ya era hora de irse, pero antes de hacerlo, volvió a hablar.

-Lo lamento mucho.-Repitió el moreno, no mintiéndole en ningún momento.

El señor Navarro no dijo nada y dejó al pequeño moreno ir, ocasionando que apenas lo hiciera, sintiera como le costaba respirar y se tuvo que volver a sentar debido a eso.

El ruloso entró a los pocos minutos, dándose cuenta que el detective Navarro estaba con las manos en su cara.

Eddie suspiró e intentó pensar en qué decirle a su mejor amigo, pero nada podría cambiar el ánimo de este último, lo único que podía hacer era distraerlo.

-Qué tal si vamos a comprar un café y me cuentas lo que piensas del caso?.-Preguntó Edgar, notando como el señor Navarro sacaba las manos de su cara y lo contemplaba cuidadosamente.

-Edgar, no tienes que hacer esto...

-Insisto, Jaime, me gusta que te vuelvas Sherlock Holmes por un rato.-Dijo el recién nombrado, ocasionando que el detective se quedara quieto para posteriormente asentir.

Jaime lo acompañó y Edgar no mencionó ni una palabra sobre lo que pasó con Nicolás, simplemente lo escuchó hablar del caso.

Criminal (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora