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POV Omnisciente

El mafioso estuvo con él, en la playa, por un rato, mientras que seguía retándolo por haber desaparecido así de repente.

Los guardaespaldas del mafioso se fueron en el auto de este mientras que el moreno iba en el auto del señor Navarro.

-Por qué desapareciste?.-Preguntó Nicolás, realmente queriendo saber eso, atreviéndose a cuestionarlo.

El detective lo observó por unos segundos pero no le contestó.

-No es algo que haces usualmente.-Dijo el moreno, siguiendo con su idea y con una pausa.-Bueno, invitarme a bailar tampoco es algo que hagas, ya que me dijiste que no bailabas mucho, así que estoy bastante curioso.

-No lo sé, necesitaba estar solo un rato.-Dijo Jaime, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Y quería bailar contigo.

El mafioso lo contempló, casi como si estuviera pensando en algo.

-Me hubiera gustado que te hubieras quedado más tiempo en la fiesta.-Dijo el pequeño moreno, siendo honesto con el señor Navarro.-Definitivamente quería bailar más contigo.

-Igual podríamos hacerlo, los dos solos.-Dijo el señor Navarro, no pareciendo incómodo con ese pensamiento, causando que el mafioso estuviera aún más sorprendido.

-Eso sería... perfecto.-Dijo Nicolás, apenas pudiendo decir esto, siendo honesto con el enojón.

El detective asintió, de repente teniendo una leve sonrisa en su cara entretanto seguía conduciendo, logrando que el pequeño moreno no pudiera evitar mirarlo.

-Cómo supiste donde estaba?.-Preguntó Jaime, después de unos pocos minutos en silencio, aunque no fue incómodo o raro para ninguno de los dos.

-Investigué todas las propiedades que tenía tu familia.-Dijo Nicolás, siendo honesto con el detective.-Por cierto, tu mamá quiere verte.

El señor Navarro lo miró sólo por unos pocos segundos y negó con su cabeza, dejando en claro que no lo haría.

-También me dijo que hubiera sido mejor que tú salieras del closet y le dijeras que tuviera que sospecharlo y confirmarlo cuando te fui a buscar.-Dijo el moreno, ocasionando que el detective riera.

-Debió estar muy contenta.-Dijo el enojón, aunque realmente no hablaba en serio.-Definitivamente no debiste ir a buscarme allá.

-Bueno, pero al menos me dijo que tenían una cabaña y así te pude encontrar.-Dijo el pequeño moreno, encontrándole lo bueno a eso.

El detective, luego de eso, cambió de tema, en realidad no queriendo hablar mucho de su familia. No era que tuviera una mala infancia o algo parecido, sino que simplemente nunca sintió como ese "lazo" con esta, así que no iba a pretender como si lo sintiera.

El señor Navarro llevó al pequeño moreno a su casa, ocasionando que este le dijera que pasara más tarde por esta, ya que quería pasar tiempo con él, logrando que el primero en ser nombrado aceptara aquello y que finalmente fuera a su departamento. Se sacó la ropa y luego la echó a la ropa sucia para posteriormente ir a bañarse, sin embargo, ya lo había hecho pero quería relajarse otra vez.

Apenas lo hizo, se colocó su traje y prendió su celular, notando que habían demasiadas llamadas y mensajes en este. No quiso leerlos, así que simplemente buscó el número de su mejor amigo y lo llamó.

-Jaime! Estás bien?.-Preguntó Edgar, claramente preocupado, también creyendo al parecer que algo le había pasado.

-Claro que estoy bien.-Respondió el recién nombrado, siendo honesto con él.-Acaso no puedo estar enfermo tranquilo?

-Mario se puede creer esa wea pero yo no.-Dijo el ruloso, siendo directo con el señor Navarro.-Además, si hubieras estado tan enfermo, dónde te quedaste? Y ni te atrevas a decir que en tu departamento porque fui a visitarte.

-Fui a una cabaña.-Dijo Jaime, diciendo la verdad pero no mencionando dónde quedaba.-Pero bueno, ya volví.

-Déjame adivinar.-Dijo Eddie, quedándose en silencio sólo por unos segundos.-El Nico te encontró.

-Cállate.-Dijo el enojón, provocando que el ruloso riera.-Nos vemos el lunes.

-Más te vale.-Dijo Edgar, logrando que el detective colgara e intentara mantenerse ocupado para luego ir a visitar al mafioso.

Unas horas después

El señor Navarro ya estaba en camino a la casa del moreno y no le había avisado a este que ya iba a llegar, porque en realidad no le parecía algo importante ya que el mismo mafioso le había dicho que fuera, y eso significaba que este no estaría ocupado.

En el momento que llegó, lo dejaron pasar los guardias, los cuales parecían acostumbrarse a la presencia del señor Navarro en la casa de Nicolás. El enojón caminó hacia la puerta de la casa y tocó esta, esperando que el moreno abriera pero no fue así.

Era el hombre que había intentado besar a Nicolás en la fiesta de este.

La rabia del detective se expandió por todo su cuerpo que no pudo pensar claramente hasta que se dio cuenta que tenía a este presionado contra una pared y que más encima le había colocado las esposas.

Los trabajadores del mafioso claro que se habían dado cuenta pero estaban bastante entretenidos con esa escena, y sorprendidos también, como para interrumpirla.

-Jaime, qué haces?.-Preguntó Nicolás en el momento que escuchó un fuerte ruido y fue a ver qué pasaba. Este no tenía ningún chupon, pero el enojón estaba bastante seguro que algo iban a hacer.-Por qué lo arrestas?

-Ya encontraré una razón suficiente para arrestarlo de camino a mi establecimiento.-Dijo Jaime, dejando en claro que no tenía ninguna razón, al menos legal, de por qué lo hacía. Entretanto, tenía una sonrisa cínica y no pensaba en soltar a aquél hombre.

-Por qué no simplemente admites que sientes algo por mí y dejas este ataque de celos?.-Cuestionó el moreno, siendo más directo que nunca en ese momento, provocando que los guardias ahora se alejaran un poco para no escuchar más en realidad.

La sonrisa de Jaime desapareció y se quedó en silencio mientras miraba fijamente a Nicolás.

-Te amo.-Dijo el enojón, lo suficientemente fuerte para que el moreno lo escuchara.-Lamento haberte hecho sufrir por todo lo que hice y dije.

-Eso es todo lo que quería oír, no creas que te lo haré fácil, pero ahora súeltalo, Jaime.-Dijo el pequeño moreno, teniendo una ligera sonrisa en sus labios.

El señor Navarro se quedó quieto y lo observó por unos segundos pero no hizo lo que el moreno dijo.

-Quiero saber que si lo suelto, no volverá a tu casa.-Dijo Jaime, con un tono ronco, no dejando de mirarlo.

El pequeño moreno rió y finalmente asintió.

-No volverá a mi casa, te lo prometo.-Dijo Nicolás, siendo honesto con él y no sabiendo cómo antes no estaba seguro si el detective sentía algo por él.

Luego de eso, Jaime soltó al hombre e hizo un movimiento como si fuera a sacar su arma, ocasionando que este se fuera corriendo de ahí.

-Eso era todo lo que necesitaba hacer? Colocarte celoso?.-Preguntó el moreno, todavía teniendo una sonrisa en sus labios.-Si lo hubiera sabido, lo habría hecho más seguido entonces.

El señor Navarro se quedó otra vez en silencio mientras no apartaba la mirada de él.

-Ahora, quieres pasar o...

El mafioso no pudo seguir hablando, ya que el detective tomó sus mejillas y lo besó, originando que se sorprendiera pero que no se demorara en corresponderle.

Criminal (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora