CAPÍTULO 3

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CAPÍTULO 3

ANA

¡Dios no podía creer en mi suerte! Yo caliente hasta mas no poder y cuando llego a mi oficina me encuentro con mis 2 caramelitos de anoche ¡Mmmmm! Y yo como la pervertida que soy deseosa de chuparlos con ansias,sonreí para mis adentros, solo debía irme a casa, ya había dado el visto bueno a los heridos en reanimación , no tenía nada pendiente por lo que no tenia porque quedarme, además que siempre que hubiera una urgencia me avisarían, me mordí el labio con ansias, y mientras disfrutaré de lo lindo.

No era algo habitual en mi llevar hombres a mi casa, es más nunca los he llevado, casi todos mis encuentros sexuales han sido en mi privado del club, pero esto lo ameritaba, una tarde noche follando sin parar con ellos 2 , volví a lamerme los labios , y sobre todo con Christian... ¡Dios Christian me había asombrado enormemente con su destreza , aguante y potencia ! Y parecía que le gustaba jugar, tendría que averiguar hasta que punto... y si le gustaba lo mismo que a mi sería perfecto...Sacudí la cabeza ¡Ana es muy pronto para pensar en algo así! De todas maneras... ¿Aguantaría el tirón hoy también? ¡Solo debo averiguarlo! Perdida en mis pensamientos llegamos a mi casa, parque frente a mi edificio y ellos lo hicieron detrás de mi, me bajé y fui en su busca.

-¡Bien hemos llegado!- dije acercándome a ellos que se encontraban fuera del coche mirando a mi bloque de pisos -¿Os gusta la vista?- Christian me sonrió de lado antes de responder.

-Me gusta más la que tengo ahora delante- reí por su astucia, debía reconocer que sabía que cosas decir para derretir a una mujer,, lamentablemente no era eso lo que me derretía a mi...

-En eso debo darle la razón a mi amigo- dijo Paul después, les sonreí a ambos y me adelanté a la puerta.

-¡Dejad de decir tonterías y subamos!- los miré relamiéndome los labios - ¡Estoy deseando que me folléis bien duro!- susurré de forma que solo me escucharan ellos, los vi mirarse y tragar grueso ¡Bien! Me gustaba causar ese efecto en los hombres, aunque yo no había encontrado hasta ahora uno que me hiciera sentir igual ... tal vez algún día... sacudí la cabeza, con mi problema no podría estar con alguien más... a menos que aceptara ser un cornudo, cosa que dudo mucho.

Nos metimos en el ascensor y una vez que se cerraron las puertas, agarré a ambos de la cintura acercándolos a mi, primero besé con desenfreno a Christian y después a Paul hasta que la puerta se abrió en mi piso y salimos. Se notaba la excitación de ambos y yo no podía esperar a darles y darme placer ''qui pro quo'', entré muy excitada dentro y nada mas cerrar la puerta me acorralaron ambos contra esta.

-¿Donde empezaremos Ana?- preguntó Christian con esa voz sensual que tenía.

-Podemos empezar por ponernos cómodos-los separé de mi y los arrastré al sofá donde los hice sentarse- quiero que os desnudéis mientras que yo me pongo cómoda- les guiñé a ambos- enseguida estoy con vosotros.

-¡Por supuesto bombom! Aquí estaremos- me sonrieron, fui rápidamente a ponerme algo cómodo y sexy, para lo que tenía en mente.

Me puse a buscar uno de los camisones transparentes que tenía , era corto y se podía bajar por la zona de los pechos ¡Estupendo! Y como siempre me puse los tacones mas altos que tenía que estilizaban mi figura, me solté el cabello dejándolo salvaje, cosa que me daba un cierto aire sexy y cogí todo lo necesario para jugar, sonreí para mi. ¡Iba a pasarlo en grande de eso estaba mas que segura!

Cuando llegué a ellos ya se hallaban desnudos y listos para mi,miré sus miembros ya erectos y me relamí los labios, cuando me vieron pusieron la cara que esperaba ¡Mi atuendo les gustaba! Y me acerqué a ellos como un león en busca de su presa, puse todo al alcance de la mesa junto al sofá y me subí sobre Paul que lo pillaba mas cerca, el empezó a acariciarme por todas partes, yo tenía mis manos enredadas en su cabello, empecé a moverme en círculos sobre su erección y gimió en respuesta, lo besé salvajemente y luego me volví a Christian que nos observaba muy excitado.

Doctora SteeleWhere stories live. Discover now