Capítulo 28 "¿Qué hiciste?"

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—¿Te parece mañana en tu casa?—preguntó él pelirrojo llegando a mi lado.

Ayer nos habían puesto el trabajo y ni siquiera nos habíamos puesto de acuerdo para saber donde lo haríamos.

—¿Qué tal si lo haces en la tuya?—remarque "Haces"

—Vamos, Ellie. No planeas dejarme el trabajo para mí solo, ¿O si?—hizo una mueca.

Rodé los ojos.

—No. En tu casa, pasado mañana.

—No creo que sea buena idea en mi casa—rascó su nuca.

—¿Por qué?—fruncí el ceño levemente.

—Mis padres están de vacaciones en el trabajo son un poco...nos van a emparejar y dirán cosas tiernas, tal vez incómodas—elevó los hombros—no quiero que te molesten.

Hice una leve mueca de disgusto, no quería llevarlo a casa.

—Ya que—bufé—mañana, en mi casa.

—De acuerdo—sonrió.

Caminé por otro lado, para librarme por un momento de él, lo vería unos cuantos días seguidos como para soportarlo también ahora.

—Oye—me llamó.

Me gire a verlo, entonces noté como tenía en su mano una cámara fotográfica, enfocándome, este idiota me había tomado una foto.

—¿Qué haces?—me molesté.

—¿El otro día viste las fotos que tenía pegadas en mi cuarto?—cuestionó recibiendo la foto.

Asentí confundida.

—Bueno, esta las acompañará—sonrió mostrándome la foto, era una de esas cámaras que te daban la foto después de tomarla, sonreí un poco sonrojada ¡Odiaba que pudiera hacerme sonrojar!—al igual que esta—mencionó para tomarme una segunda mientras seguía sintiendo mis mejillas arder—esta es oro—me mostró la foto en donde salí sonriendo, cambié mi gestó al darme cuanta e intenté quitársela, pero sabía que no podría hacerlo.

—Que esta también este—sonreí falsamente y le mostré el dedo de en medio para luego comenzar a irme.

—Estas enamorada de mi, lo sé—casi gritó.

—En tus sueños—bufé.

—En mis sueños ya estamos casados—elevó los hombros—dicen que los sueños son proféticos.

—¿De verdad?—hice un gesto falso de sorpresa y él asintió—yo soñé que te golpeaba hasta quitarte la idea de que algún día tendremos una especie de relación. Demonios, si los sueños son proféticos tal vez debería de hacerlo ahora.

—Nada podrá quitarme esa idea, Ellie.

—Que triste por ti.

[...]

—Con este clima no dejó de pensar en ti, frío como tú corazón y nublado como las esperanzas de estar contigo—solté el humo del cigarrillo que tenía en la mano.

—No empieces—bufó, me quitó el cigarro y lo llevo a su boca, succionó y luego soltó el humo—¿Podrías quitarte de la maldita puerta del aula?—cuestionó algo frustrado, estaba recargada ahí, impidiéndole la entrada.

—¿El ayudarte con Sam me ayudó un poco para que me perdonarás?—cuestioné tomando de su mano mi cigarrillo y lo llevé a mis labios.

—No. Sabes que jamás podré perdonarte.

—¿Sabes cuentas veces te he pedido perdón?—solté el humo y se lo pase.

—No—negó él soltando humo.

Tu Me Cambiaste La Vida (Chandler Riggs) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora