5. Sinatra en las mañanas

4.7K 627 399
                                    

¿Sabes cual fue el error entre los dos? Que tú no le encontrabas valor a las palabras y por eso mentías, y yo aún sabiendo esto adoraba escuchar tus mentiras y jamás te detuve

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Sabes cual fue el error entre los dos? Que tú no le encontrabas valor a las palabras y por eso mentías, y yo aún sabiendo esto adoraba escuchar tus mentiras y jamás te detuve.

¿Sabes cual fue el error entre los dos? Que tú no le encontrabas valor a las palabras y por eso mentías, y yo aún sabiendo esto adoraba escuchar tus mentiras y jamás te detuve

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Luka ¿No has dormido otra vez? — preguntó Juleka preocupada mientras veía a su hermano somnoliento tomar su desayuno.

—¿Desde cuando dormir importa? — intentó sonar divertido sin embargo eso a su hermana no le convenció. — Ya, descuida. Aún no me acostumbro a vivir con ustedes, eso es todo.

Tomó su mochila y salió. Juleka se le quedó viendo con pesar. De por sí aconsejar jamás había sido su fuerte, ahora con su hermano le era aún más difícil. Desde el supuesto suicidio de su padre el chico se había vuelto más reservado aún. Parecía vivir en un mundo totalmente ajeno, caminando en otra realidad, una en donde tener emociones era algo mortal.

[—Padre. No es lo que crees.— tiró con lágrimas en sus ojos. El hombre le veía con despreció tomando una carta de forma brusca.— No es mi culpa que ella fuera una maldita loca.— trato de defenderse señalando con oido el escrito.

—¡Cállate, Luka!— gritó su padre rojo del enojo. Empezó a negar sin poder creer que esa carta fuera dedicada a su hijo.— No sabes con los ojos que me vieron sus padres.— sus ojos se cristalizaron.— Era..— intentó respirar. La migraña se hizo presente. Se recargó en su escritorio.— Su ultima carta fue para ti.— pronunció a penas. Los ojos de su hijo lo observaban confundido.— Esa chica te amaba.— el chico rió entre lágrimas.

—Es que no entiendes papá. El amor es imaginario.]

Alya estaba centrada escribiendo un artículo para el periódico escolar mientras estaba con sus audífonos. Ya había dejado algo descuidado esa cosa desde que creó el Ladyblog. El frío mañanero de la ciudad francesa se sentía cada vez más y sin embargo era algo que disfrutaba.

—Te recomiendo que uses unos guantes. A veces sentimos mucho frío con tan sólo tenerlo en las manos.— alzó la mirada hacia donde provenía esa voz. Suspiró con una sonrisa. Era Couffaine.— ¿Puedo?— solicitó para sentarse a su lado. La morena asintió. El chico se sentó y sin su permiso tomó uno de sus audífonos.— No pareces una chica que le guste Sinatra.— exclamó. Alya rió.

His name is LukaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora