Rainey Ferrer crecerá llena de misterios en una escuela para estudiantes normales, sin embargo, sus poderes de nacimiento reaparecerán y será reconocida como la Elegida mientras lucha consigo misma.
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Rainey Ferrer fue bastante poderosa desde...
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Obviamente el dolor físico que sentía era muy grande pero nada se comparaba al que tenía en el fondo de mi alma, pues otra vez confié en las personas equivocadas cuando me dieron la impresión de ser amistosas, ya que ni mis propios poderes de telepatía pudieron ser capaces de advertirme acerca de aquellos demonios y ahora estaba pagando por ser una ingenua mocosa tal como dijo la profesora Rarelía.
—¡AHHH! ¡no! ¡no! ¡no! ¡por favor deténgase! ¡no me pongan a prueba ahora! ¡se los ruego! —exclamé con una extrañana sensación de preocupación y frío intenso, la cual me erizó la piel mucho más que cuando me lastimaron el brazo.
—¿Qué te sucede, rata? ¿ya es hora de alimentarte o quieres otra creativa marca en tu brazo restante, eh?, vamos, aún tenemos muchísima imaginación y te pondremos a prueba tal como dices. —dijeron unos de mis nuevos y abusadores compañeros mientras que me seguían molestando sin piedad con burlas y apodos.
—No, no es por eso que lo digo, ¡malditos idiotas! ¡puedo ver y sentir como algo muy, pero muy malo está acercándose a nosotros justo ahora! ¡Ohhhh! ¡AHHH! ¡no lo creo! ¡corran! ¡por amor a sus ancestros! ¡salgan de aquí! —aseguré encontrándome realmente desesperada y asustada, pues para mi muy mala suerte mis místicos poderes estaban en acción.
—¿Qué?, oye, oye, ¿pero qué rayos estás diciendo?, no entendemos nada de lo que hablas, ¿estás drogada?
—... Si no corren posiblemente vean algo mucho peor que la muerte de su ex directora Maguarthy solo por culpa suya, ¡se los advierto!
—¡Ohhhh! ¡imposible!, ya entendí, ¿tú eres la...? ¡ay no! ¡no puedo creer que vivamos esto! —dijo la bruja de Isapoyth hallándose completamente en shock, ya que me vio con desconfianza y absoluto miedo luego de descubrir por sí sola mi verdadera identidad en ese momento.
—¡SUSURRULUS DASEPEK!, DEMONIKERTULUS BENCH,¡DEMONIUM LUZ! —Conjuré misteriosamente con los ojos teñidos de un azul brillante mientras que estaban fijados en una sola dirección y las manos se movían hacia el cielo, ya que los estaba protegiendo.
—Ra... Rainey, ¡tus ojos! ¡son como los de la sexta profecía! ¡y wow! ¿eso era un demonio? —aseguró la traumatizada de Isapoyth tras de verdad estar muy asustada, pues nunca se imaginó que una sucia Eraleft como yo fuera la Elegida.
—¿Ah? ¿qué sucedió aquí? ¿por qué me arden los ojos y mis manos estaban así de inclinadas? ¡AHHH! ¡me duelen muchísimo más que su estúpida marca! ¡por favor ayúdenme por una sola vez en sus vidas!
—¡Santos soles! ¡es verdad! ¡no estaba equivocada contigo, niña!
—Profe, ¿qué sucedió? ¡ayuda! ¡que alguien nos explique! ¡auxilio!
—Imposible... Tú, la chiquilla de Eraleft eres la persona que hemos estado buscando durante casi quinientos años con desesperación, si, ¡definitivamente posees dones que solamente el Elegido tendría! ¡tú lo eres, Rainey!, ahora entiendo porqué razón Harlem te envió hasta aquí con un perfil bajo! ¡uff! ¡aún no lo creo! ¡ya estás en casa! —aseguró la profesora Glenda con un tono de voz tembloroso, ya que ahora si me defendía por conveniencia, pues la mujer era fan del poder absoluto.
