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Capítulo 10

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Eugene la había invitado a caminar por el vecindario. Jamás nadie la había invitado a caminar. Eso antes le hubiese parecido aburrido, pero con Eugene, sintió que pasar más tiempo con él sería como algo bueno, ella quería pasar tiempo con él. Quería tocarlo. Cuando lo abrazó antes de que su padre los interrumpiera ella sintió algo sobre su piel, como un cosquilleo que llegó dentro de ella y revolvió todo. No sabía lo que era, pero le gustaba.

—Dime algo sobre ti. —Pidió él mientras caminaban por la acerca.

—Algo sobre ti. —Bromeó ella.

— ¡Oye! —Él la apuntó con el dedo— No sabía que podías bromear. —Blair se echó a reír. Eugene la miró fascinado mientras ella reía sin poder evitarlo— Bien, eso es lindo, eso me gusta. —Susurró para sí mismo, pero ella lo escuchó y se sonrojó.

— ¿Qué quieres saber? —Le preguntó tratando de borrar el sentimiento de cosquillas en su interior. Era como un salpullido ¿tendría que decirle a Lorena que fuera a la farmacia por un medicamento? Oh, Dios, estaba en problemas.

—Veamos, ¿Qué quiero saber de la fabulosa y popular Blair Rain? —Eugene sonreía. Ella estaba comenzando a cogerle cariño a esa sonrisa. Que hermosa sonrisa— Dime qué clase de música te gusta. —Le dijo y metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones de chándal.

Blair se metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros también y alzó sus ojos azules al cielo, que era exactamente del mismo color, según los pensamientos de Eugene. Él pensó que cuando mordía su labio inferior mientras pensaba con los ojos en las nubes ella era preciosa. Bueno, ella preciosa en general, él tal vez había tardado mucho en notarlo.

—Me gusta mucho Paramore, Avril Lavinge, Britney Spears, My chemical romance... —Ella empezó a reírse porque él lo estaba haciendo— ¡No lo sé! Me gustan muchas canciones de todos ellos; Demi Lovato. Estuve loca por los Jonas Brothers, también Katy Perry ¡Oh! me gustan algunas canciones de Justin Bieber.

— ¡Oh por Dios, una loca de Justin Bieber! —Gritó Eugene en la calle y varias personas voltearon a verlo. Blair estaba riendo con él, tan fuerte que las personas del vecindario comenzaron mirarlos extraño, porque estaban siendo extraños. Siguieron caminando dejando a los vecinos pensar lo que quisieran— No es cierto lo que dije, no te ves como una loca de Justin Bieber. —Le dijo Eugene. —Blair se encogió de hombros con gracia.

—Porque no lo soy, pero fui una loca de Los Jonas Brothers. —Aclaró ella.

—Bueno, todos lo fuimos. Recuerdo que estuve loco por Selena Gómez en un tiempo.

¿Solo le gustarán las morenas? Se preguntó Blair.

—Vale, entonces ¿Qué te gusta a ti? —Eugene sonrió.

—Mmh, me gusta la música simplemente, de todo tipo. —Se encogió de hombros con su sonrisa— ¿Qué te gusta hacer en verano? —Le preguntó.

—Bueno, papá tiene una casa de playa en Malibú, el año pasado fuimos ahí. —Contestó ella tomándose el brazo.

— ¿Y qué han hecho este verano? —Interrogó Eugene pateando una piedrecita hacia la calle.

Blair dejó de sonreír y se abrazó a sí misma. Solo había llorado el último verano, yendo al psicólogo bueno para nada, viendo películas románticas, llamando a Greg para ver si podía convencerlo de volver con ella, incluso llamando a Macy y Hilary, maldiciendo a la co-capitana del equipo de animación y llorando más a lágrima viva como si se le fuese la vida en ello.

—Me quedé en casa, papá trabajó más, mamá fue de compras y mi hermano fue a un campamento. —Le sonrió porque no quería volver a hablar de lo que la había mantenido triste durante todo el verano—  ¿Tú qué haces en verano?

—Oh, voy de pesca con papá, a veces visitamos a la familia de mi madre, trabajo medio tiempo en la floristería de la abuela, ya sabes, lo que hace un adolescente del montón. —Descubrió de era hermoso cuando ladeaba su boca y chasqueaba su lengua.

¡Oye Blair! ¿Eres tú tía? No te reconozco. Le gritó su subconsciente.

— ¿Insinúas que no soy del montón? —Blair llevó una mano a su pecho como un gesto falso de ofensa, muy gracioso. Ahí estaba de nuevo, ella bromeando.

La risa de Eugene la hizo dar un respingo de emoción, era cautivadora y suave, juguetona como la de un niño, contagiosa y... simplemente le gustaba. No había palabras suficientemente buenas para ello.

—No. —Negó Eugene— Tú jamás serás del montón, porque eres Blair Rain, tú eres maravillosa, desde donde lo mires. —Blair apretó los labios. Él seguía creyendo que ella era maravillosa aun después de todo. ¿De dónde salió este chico y por qué precisamente yo me doy cuenta de él ahora? Se preguntó.

— ¿Eso podría considerarse como un halago? —Preguntó ella, con las manos débiles, porque le temblaban, por alguna extraña razón.

—Yo pensé que estaba claro.

Sonrisa. Sonrisa. Sonrisa. Hermosa sonrisa. La mejor sonrisa del mundo. El rey de las sonrisas. Sonríeme hasta la muerte. Señor sonrisas. Mátame con una sonrisa.

Ay Blair ¿Qué está pasando contigo amiga? Habló la voz de su subconsciente.

Eugene se dio cuenta de que le habían dado la vuelta a la manzana, y estaba realmente decepcionado, porque quería pasar más tiempo con ella. Bueno, siempre tenía el WhatsApp. Sin embargo ya no era suficiente. Pensó en invitarla a cenar pero no creyó que estuviese lista, además, poner a Blair en una mesa con su abuela, su padre y su hermana y con Jasper bajo la mesa realmente no era una buena idea. Se pasó la mano por el cabello, ya podía ver su casa y ellos se estaban acercando.

— ¿Quieres hacer algo mañana luego de clases? —Soltó de repente.

Y pensó: esto es tan ridículo ¿cómo va a querer ella, Blair Rain, salir conmigo? Ella es Blair Rain.

A Blair la tomó desprevenida y pensó; ¿Esto es en serio? ¡Sí, sí, sí! ¿Cómo es que quiere salir conmigo? Él es adorable y tierno, tan lindo ¿por qué yo?

—Sí. —Contestó rápidamente.

—Genial. —Eso lo sorprendió, pero trató con todas sus fuerzas de mantener la calma— Podríamos ir a quemar algunos autos ¿Qué me dices? —Él trató de sonar como un gánster. Blair frunció el ceño con confusión de una manera divertida. Se encontraban ya frente a la casa de él— No es cierto, es por lo del chiste de asaltante que me diste el otro día. Ya, va en serio ¿Starbucks?

—Estaría genial. —Se pasó un mechón de pelo detrás de la oreja.

Ahí estaba el momento, no sabía cómo despedirse, quería abrazarlo, como antes, para comprobar que era él el causante de las emociones dentro de ella, pero no tenía el valor. Miró hacia su casa y luego volvió a verlo a él. Le sonrió de nuevo porque él ya lo estaba haciendo. Entonces él extendió su mano hacia ella. Blair se quedó mirándola, quería tomarla, pero aun así, quería más que eso. La estrechó. Cuando ella pensaba que no llegaría a nada más él tiró de su mano y la abrazó. Ahí estaba de nuevo, sentimientos raros dentro de ella y sobre su piel. Un extraño hormigueo que se expandía por las zonas que él tocaba.

—Fue bueno conocerte más. —susurró Eugene. Su voz cuando susurraba era profunda. Le encantaba su voz de susurro.

—Digo lo mismo. —Murmuró ella contra su camisa.

Ella olía a coco, su cabello estaba impregnado con una dulce y adictiva esencia de coco. Dios sabe que a Eugene lo volvía loco el olor a coco.

—Voy a soltarte ahora, Blair. —Automáticamente la reacción de Blair a esas palabras fue agarrarse a él ligeramente más fuerte.

— ¿Qué, por qué? —Preguntó sin darse cuenta que lo hacía.

—Porque estoy viendo a tu padre y a tu hermano vigilándonos desde la ventana de tu casa. —Informó— Creo que no están poniendo buena cara, no quiero meterte en problemas. —La soltó. De repente ella se sintió un poco mareada.

—No importa. —Blair se alejó— Estaré bien. ¿Nos vemos... el lunes?

Ella quería verlo el domingo, pero eso sería demasiado pedir. Él asintió.

—El domingo.

Y ella volvió a casa. 

La vida después de la popularidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora