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Capítulo 12

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Blair se mantuvo todo el camino pensando en cómo Eugene la había llamado cariño. De hecho, pensó en él durante todo el periodo de clases. Incluso cuando llegó el almuerzo y ella estaba hambrienta, ella no podía sacarlo de su cabeza. Y no paraba de preguntarse qué le pasaba. Jamás le había pasado eso con ninguno de sus pasados novios. Ni siquiera Greg, y eso que ella deseaba con locura tener a Greg, cuando al fin lo consiguió, a la semana se aburrió de él. Sin embargo, con Eugene, ella sentía que él nunca la dejaría aburrirse de él.

Cuando llegó a la cafetería ese día, estaba llena, como siempre los lunes; era día de tacos. Blair no era amante de la comida mexicana, pero se sentía con humor para probar un taco. Sin embargo, ella no veía a Eugene por ninguna parte. Hannah y Becky sí estaban allí, le hicieron señas con sus manos para indicarles que habían guardado su puesto. Blair se dirigió hasta allá, con una sonrisa inusual.

—Te compramos un taco. —Dijo Becky— Salimos antes, así que compramos uno para ti. Siéntate. —Becky señaló la silla, pero Blair no se sentó.

—Gracias chicas ¿Pero han visto a Eugene? —Preguntó.

Becky y Hannah se miraron entre ellas con una sonrisa de complicidad.

—Sí, se quedó hablando con la profesora de francés. —Dijo Hannah— Si no se apresura se acabarán los tacos. —Se encogió de hombros casualmente.

Blair comenzó a mover su pie con nerviosismo, chocando el tacón contra el piso.

—Sí, tienes razón... ¿Pueden cuidar mi comida? Iré a comprarle uno. Ya sabes, para pagarle su favor del otro día ¡Gracias!

Antes de que las chicas pudieran decir que sí, Blair corrió a hacer la fila de la cafetería. Estaba impaciente, quería hacer algo lindo por él, comprarle un taco no le retribuiría ni la mitad de lo que él estaba haciendo por ella, pero por algo debía comenzar. Cuando llegó allá solo había dos tacos restantes en los platos que ponían sobre la barra, se veían deliciosos. Iba a tomar uno pero alguien la empujó y lo tomó por ella, adelantándose en la fila.

—Es mío, perra. —Susurró la chica con los dientes apretados. Ella la reconoció como una de sus antiguas colegas del equipo de animación: Stacy Applewhite. Blair no tenía tiempo para pelear, así que alargó su mano para tomar el otro. Entonces Stacy volvió a empujarla con su cadera para apartarla y tomó el restante. Lo puso al lado del otro sobre el plato en su bandeja y le sonrió cínicamente— Para mi novio. —Dijo.

Blair enrojeció de la ira, había aguantado suficiente, así que tomó dos latas de Coca-cola mientras veía a Stacy pagar. Se movió adelante y pagó ambas latas, luego siguió a Stacy a su mesa, agitando fuertemente una de las latas de Coca-cola. Si ella creía que podía llamarla perra y salirse con la suya, Blair le enseñaría cuan perra ella podía ser.

— ¡Oye, Stacy! —La llamó, y llegó a su lado cuando ella apenas ponía su trasero en la silla de la mesa, donde se encontraba todo el equipo de animación y algunos de los jugadores del equipo de futbol— Quería darte esto, yo espero que consideres recomendarme para las siguientes elecciones del equipo de animación, quiero volver ¿sabes? —Tendió la lata de Coca-cola que había agitado frente a Stacy y esta sonrió, un tanto satisfecha por la clase de reverencia que estaba recibiendo. La tomó y la puso frente a ella, Blair dio un paso atrás.

—Bueno, supongo que podría recomendarte, pero tendrías que arrástrate... —Siseó con malicia y metió una uña debajo de la lata. En cuanto la abrió el líquido saltó directo a su cara, arruinando su perfecto maquillaje y poniéndola a chillar. Blair se aprovechó de su berrinche y tomó la bandeja con los tacos que milagrosamente no tenía ni una solo gota de Coca-cola.

Se giró para volver a su mesa, pero antes, le susurró—: Es mío, perra. —Y continuó su camino, batiendo su cabello como la diva que es.

Becky y Hannah la esperaban en su mesa, de pie, aplaudiendo su gran acto, literalmente estaba aplaudiéndole. Eran las únicas, en su vida anterior todo el mundo se hubiese reído, pero en esta vida, todos aguardaban en silencio hasta que el berrinche de Stacy acabase. Eugene estaba parado a un lado de la mesa, mirándolo impresionado.

Perfecto. Él estuvo ahí todo el tiempo, ahora seguro va a pensar que soy una completa perra y no va a volver a querer hablarme.

Aun con el inquietante pensamiento, ella caminó hasta él, las chicas se sentaron y ellos también. Ella empujó la bandeja con ambos tacos en ella hacia él.

—Son para ti. —Dijo Blair— Casi se terminaban, solo quería devolverte el favor. —Ella sonrió y puso la lata de Coca-cola sobre la bandeja también. Eugene sonrió ampliamente y se acarició la barbilla.

—¿Has hecho eso para conseguirme estos tacos? —Preguntó sorprendido.

Blair hizo una mueca y Becky empujó la otra bandeja frente a ella.

—No exactamente. Stacy me llamó perra y se me adelantó en la fila. —Se encogió de hombros— Pensé que podía demostrarle que es lo que hace un perra de verdad.

Eugene movió su silla mucho más cerca de ella, manteniendo su gran sonrisa.

—Tú no eres una perra, Blair, tú eres valiente, que es diferente. Por cierto, eso fue genial. Y muchas gracias. —Él la tocó en el dorso de la mano, tan suave que sintió que podría derretirse en ese mismo lugar.

Stacy estaba furiosa con ella, pero no podía vengarse de Blair más de lo que ya lo había hecho. Es decir, Blair no tenía ahora nada de lo que sostenerse, según pensaba todo el mundo. Así que estaba lo suficientemente jodido como para que eso fuera bastante castigo. Cuando salieron de la cafetería, Blair y Eugene se separaron, aunque como siempre él la acompañó hasta su casillero. Hannah y Becky tenían clases con ella, historia, y camino al salón de clases, no pudieron evitar hablar del tema.

—Blair ¿Te gusta Eugene? —Preguntó rápidamente Hannah, con una sonrisa pícara tirando de sus labios. Blair sintió sus mejillas enrojecer y trató de no mirarla, porque sabía que podía ceder y abrirse ahí, contándole todo.

—No ¿Pero qué dices? Claro que no. —Negó, tan falsamente que ni ella pudo creérselo.

—Oh vamos, que te vimos suspirando por él cuando te dijo que eras valiente. —Porfió Becky— Admítelo, se te nota.

Blair se detuvo en medio del pasillo y suspiró profundamente. Estaban llegando tarde, pero no había nadie en los pasillos y ella quería decir la verdad. Suspiró más veces y miró a Becky y a Hannah, quienes aguardaban impacientes por la confesión.

—De acuerdo, sí me gusta, me gusta mucho. —Admitió.

Hannah y Becky comenzaron a reír como pequeñas niñas cuando el chico más lindo del kínder las saluda, al igual que Blair. Se empezaron a reír en medio del pasillo. A Blair le gustó la sensación de complicidad que eso le dio. Becky la golpeó en el brazo.

— ¡Lo sabía! Oí que ustedes van a hacer algo después de clases ¿A dónde te llevará? —Preguntó interesada mientras volvían a caminar.

—Nada especial, Starcbucks, pero es un comienzo ¿No?

Hannah asintió.

— ¿Sabes? Eso debe ser como una patada en el estómago para Lucy. Ella y Eugene eran amigos antes de que saliera con Greg, y él estaba enamorado de ella.

La que sintió una verdadera patada en el estómago fue Blair. 

 ***

N/A: Bueno, un pequeño capítulo. No muy largo, pero imprescindible en la historia.

Quería agradecerles por todos los votos y comentarios, veo que les está gustando mucho la relación entre Blair y Eugene. Eso es genial, porque estos dos tienen historia por delante.

¡Espero que disfruten este! Subiré otro más tarde, o tal vez mañana. :D 

La vida después de la popularidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora