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Capítulo 13

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La pobre Blair pasó los siguientes periodos preguntándose si todo esto era por el karma, pensó en cada uno de las cosas malas que había hecho en su vida pasada como porrista superficial, se sintió devastada. Probablemente Eugene solo la quería como una amiga, probablemente solo estaba siendo descaradamente amable con ella porque le tenía lastima, probablemente todavía sintiera algo por Lucy. Oh, ella detestaba a Lucy más que nunca ahora. Sus entrañas se revolvieron y su cabeza se volvió un garabato cuando escuchó a Hannah decirle que Eugene estaba enamorado de Lucy. ¿Todos estaban enamorados de Lucy acaso? Sí, ella entendía que la había subestimado, que podía ser más que una buena estudiante, que tenía una linda sonrisa y carisma, ¿pero por qué Eugene? A ella de verdad le gustaba Eugene.

— ¿Lista para irnos? —Ella dio un respingo cuando Eugene la sorprendió por detrás. Estaba parada en donde los perdedores sin auto esperaban a sus madres.

Ella miró detrás de él, pero no vio a Molly. Ella pensó que vendría con ellos, pero no la veía por ninguna parte. Y no quería estar sola con Eugene, porque la ponía nerviosa y si Molly estaba probablemente se sintiera más segura.

— ¿No viene Molly? —Preguntó retorciendo sus dedos. Eugene le regaló su gran sonrisa y se metió las manos en los bolsillos de los vaqueros.

—No, se fue a casa de una amiga, pijamada de primaria, ya sabes. —Se encogió de hombros adorablemente.

—Oh, bien. —Blair asintió.

— ¿Me das tu bolso? —Él extendió la mano, Blair rápidamente se lo dio. La camioneta estaba aparcada a unos metros, metió los bolsos por la ventana trasera y abrió la puerta para ella— ¿Cómo fue tu día hoy después de lo de la lata de soda? —La ayudó a subir como siempre y luego corrió hacia el otro lado para entrar él.

—Ah, todo estuvo bien. —Ella se encogió de hombros.

— ¿Estás bien? —Preguntó él antes de encender la camioneta.

—Lo estoy. —Asintió ella. Él no le creyó ni por un minuto, pero decidió no preguntarle, porque así como era perceptivo, entendía que ella tal vez no quisiera hablar de ellos.

Él condujo hacia el Starbucks que había a unas cuantas calles del instituto y se detuvo al frente, su camioneta hacía unos ruidos espantosos pero Blair mantuvo la cortesía y no se lo mencionó. Como siempre él la ayudó a bajar, abriendo la puerta para ella. Se preguntó si lo hacía por su seguridad, para no se rompiera la pierna al tratar de saltar, o porque simplemente era un caballero. Ella tenía la seguridad de que, de haber sido Greg, le hubiese dicho algo como "¿Y por qué usas tacones para el instituto entonces? Es ridículo".

Él incluso abrió la puerta del local para ella. Y pensó que él era una película romántica con modales incluidos andante.

— ¿Quieres sentarte cerca de la ventana? —Preguntó, apuntando hacia una mesa para dos cerca del gran ventanal del lugar.

—Está bien. —Murmuró Blair.

—Ve a sentarte, ordenaré por ti ¿qué quieres?

Ella ni siquiera podía pensar en lo que quería.

—Un cappuccino —soltó sin mucho ánimo—, solo eso. —no dijo nada más y se dirigió a la mesa que él le había indicado.

Probablemente había sido grosera y él lo había notado, ¿pero qué podía hacer? Estaba cabreada. No por él, Eugene no era el problema, él no tenía la culpa de que ella se empeñe en tener los mismos gustos en chicos de Lucy. Era... buen, era ella. Todo era su culpa, porque al parecer el universo quería jugarle sucio, quería dejarla destrozada en pedazos y llorando de nuevo.

La vida después de la popularidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora