Victoria Rivero.
Una semana después las cosas seguían iguales, o incluso peor. Casi que ni nos dirigimos la palabra, excepto que sea por tema de horarios u organización.
Esa mañana me fui muy temprano a la agencia, Paulo ni siquiera se había despertado cuando salí para mí trabajo.
Después de analizar mucho, la agencia decidió a qué chicas tomar de la última entrevista así que nos estamos dedicando de lleno a un desfile con ellas, así como alguna vez hicieron conmigo.
Mariah llegó y saludó a todos, incluyéndome.
-¿Cómo estás?- le pregunté.
-Bastante bien..-sonrió de lado.-¿Vos?
-Perfecta..-ironicé.
Mariah suspiró con algo de compasión mientras dejaba unas carpetas sobre la mesa.
-¿Y si te tomás unos días?- dijo.
-¿Qué? No, ni loca. Amo venir a trabajar.-contesté.- Aparte me haría peor no distraerme.
-Está bien, era una idea.. ¿Y si hacemos algo ésta noche?-preguntó. Sonreí por su esfuerzo en verme bien.
-No creo que sirva.
-¿Cómo que no? Que vea que vos también hacés la tuya como lo hace él.
-No me sale hacer la mía..-reí sin ganas.
-Entonces vas a tener que aprender.-dijo firme.- Esta noche te espero en mí casa, y venite bien perra.
-¿Por qué bien perra?- reí.
-Porque hoy empezás a hacer la tuya.
-No quiero andar de gato, sigo con Paulo..-expliqué con obviedad.
-Nadie dijo que andés de gato, a no ser que tengas ganas.- me guiñó un ojo.
-Jamás.
-Vos andá a casa y listo.-sonrió.
[...]
El día en el trabajo no fue tan pesado como otros. Nos estamos dedicando mucho a enseñarles lo que más les cuesta a las chicas, aunque yo tanto no me meto porque no me creo en la altura de enseñarle a alguien, yo sólo aporto. Más que nada en fotos.
Cerca del mediodía terminamos por hoy. Mariah se despidió no sin antes recordarme que ésta noche me espera en su departamento.
Iba saliendo del edificio buscando mí celular en el bolso, el día estaba soleado y tanto frío no hacía, los primeros días de abril ya se siente la primavera, así que pensé en irme caminando.
-Victoria- escuché que me llamaban y levanté mí mirada.- Tengo una pregunta.
El tono de la chica era muy italiano, se notaba. Le sonreí.
-Dime..
La chica, Fiorella si no me equivoco, pensó unos segundos antes de decir algo.
-Perdón se tengo mal el idioma-rió.- Estoy aprendendo.
-No pasa nada..
-Vicky- fui interrumpida. Era Paulo.
-Esperame.-dije.
-Ey, hola-saludó él a la chica que estaba conmigo.
-¿Se conocen?- pregunté.
-Nos cruzamos un par de veces.-respondió Paulo.
-Meglio me voy..-dijo con una mezcla de idiomas la chica.- Mañana ti hablo.
La chica se alejó. Miré a Paulo y suspiré.
-¿Qué hacés acá?
-Vine a buscarte..-contestó.- Como la otra vez.
-Gracias pero quiero caminar.
-Caminemos juntos..-sonrió.
-No. Gracias.
-¿Por qué no? -preguntó con el ceño fruncido.
-Porque tengo más ganas de caminar sola. Y punto.
-Pero..
-Ya sé que viniste exclusivamente para estar conmigo y bla bla bla..-dije en un tono cansado.- Pero es injusto que yo esté para cuando sí tenés tiempo para mí, y sinceramente quiero caminar sola a casa.
-¿Vos pensás que no quiero tener tiempo? No tengo porque no tengo, nada más.
-No es lugar para hablar, Paulo, nos vemos en casa.
Le di un beso en la mejilla y comencé a caminar. Tener un poco de actitud ante los problemas sí que te hace sentir un poco mejor, aunque no te lo resuelva.
[...]
Para mí sorpresa no vi a Paulo en casa como pensé. Como fue a buscarme, supuse que me entendería y al menos vendría acá a hablar. Pero no fue así.
No sé a dónde se fue, pero creo que ya es obvio.
Me pasé la tarde sola, y la verdad no la pasé mal, ya me estoy acostumbrando. Hablé vía skype con mí familia, con Mauro también y su esposa, también me distraje viendo series y demás. Es lo mismo que haría si estuviese sola en mí viejo departamento.
Estaba oscureciendo cuando me llegó un mensaje de Mariah. Suspiré con pesadez.
Decía que ya podía ir a su casa y que me esperaba sí o sí, a lo que yo dudé un poco pero finalmente me auto convencí de ir.
Me bañé, me sequé el pelo y me peiné. Luego me maquillé, nada demasiado producido pero sí natural. Como no hace tanto frío como antes, opté por un jean boyfriend, una remera mangas largas ajustada negra y una campera del mismo color.
Agarré mí celular y lo guardé en mí bolsillo cuando la puerta se abrió. Paulo apareció y cerró la puerta.
-Hola- saludó.
-Hola..-puse mís ojos en blanco.- Y chau.
-¿Te vas?
-Sí.
-¿A dónde?
-No sé, ¿a dónde fuiste vos?- rematé. Sonreí con algo de superioridad y caminé hacia la puerta.- Ah, y no me esperes despierto..
Me fui del departamento con un mejor humor, me sentía con un poco más de control, y está bueno. Empezar a hacer la mía está bueno.
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C O M E N T E N !!
Qué pasará ??? El capítulo que viene creo que les va a gustar mucho 😏 Si comentan mucho y opinan mucho, voy a intentar ser lo más rápida posible para actualizar 👯
