-Todo lo que me prohibí sentir-

3.3K 160 20
                                    

↪ Final ↩

Victoria Rivero.

Todo iba más que bien. Todo era mucho más perfecto de lo que me imaginaba mí vida años atrás.
Lo tengo todo.
A Paulo, dos hijos hermosos, amigos, familia y trabajo. Sería injusto pedirle más a la vida.

-Mí amor - Paulo llamó mí atención. Hace unos minutos llegó de entrenar pero ya estaba pegado a los bebés como buen papá baboso que es.- Miralos..

Me acerqué a ellos. Dormían los dos como bebés que son, y parecían estar agarrados de la mano. Fue la imagen más tierna que vi en mí vida.

Apoyé mí mentón en el hombro de Paulo y sonreí al observarlo de reojo. Es tan perfecto.

-Está como para dormir una siesta de tres horas - dije con tono de cansancio. Si bien tengo licencia en el trabajo, no sólo por maternidad sino porque me va a costar recuperar mí figura antes del embarazo, tener a dos bebés es agotador. Lindo pero agotador.

Paulo es mucho mejor de lo que imaginaba. Sabía que era buen papá porque con Sofía siempre lo fue, pero vivirlo tan de cerca y con mís hijos también me sorprendió mucho y para bien.

-Vamos a dormir un rato entonces -sonrió.- Aprovechemos ahora que están tranquilitos - rió.

-Me parece perfecto - sonreí.

Una vez acostados, relajé los músculos y me acurruqué contra Paulo. Sonreí, con el sueño que manejaba no sé cuánto tiempo iba a durar despierta, pero estando así no podía dejar de pensar que todo era demasiado perfecto como para ser real.

-Sos lo más lindo que no quería que me pase - le dije.

-¿No querías? - rió.

-Estabas prohibido - aclaré con media sonrisa.

-Los dos sabíamos muy bien que eso no nos iba a importar mucho cuando nos vimos - respondió.- Yo no dejé de pensarlo desde ese momento, aunque hayas estado abrazada al Lauti, no iba a fingir conmigo mismo lo obvio..

En eso sí que fuimos distintos.

Cerré los ojos y de repente el tiempo volvió atrás. O quizás nunca había pasado.
Estaba arriba de un taxi, por las calles de Turín, y era Lautaro quién iba a mí lado.

Me sentía rara de camino al lugar dónde nos quedaríamos. Lautaro me dijo que no iríamos a un hotel, sino a la casa de su tío. Y eso me asusta.

No sé muy bien quién es, no sigo los pasos del fútbol, pero sí sé que es conocido por ser lindo. Y eso al mismo tiempo me intriga.

Llegamos a la puerta del edificio, bajamos todo del auto, pero antes de llamar a la puerta detuve a mí novio. No sé por qué estaba tan ansiosa. De alguna forma u otra sé que algo está por pasar.

-Lauti, todo esto que estamos haciendo no tiene precio - le sonreí.- Te lo agradezco mucho, en serio, te amo demasiado. - sonreí, y en serio lo amo, pero creo que mí corazón no está latiendo fuerte por él justo ahora.

Lautaro me sonrió y se acercó a mí. Con sus manos en mis mejillas me besó con delicadeza. Hice puntitas de pie y profundicé más el beso porque lo sentía necesario para agradecerle todo.
Mordió mi labio y luego lo encerró entre sus labios, haciendome reír.
No sé si es normal creer en la intuición femenina, pero siento algo que estoy guardando hasta de mí misma.

PROHIBIDO  ▪2 Temporada▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora