-Capítulo 84- [Narrado]

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A partir de ese trágico y cómico momento en el casamiento de mís amigos, todo fue un flash para mí.
En menos de un segundo todo el mundo estaba encima mío, al mismo tiempo en que una ambulancia iba casi volando hasta el hospital, de la nada estaba en una habitación completamente esterilizada y con olor a limpio.

Mí recuerdo de ese momento es nulo, sólo tengo flashes de un lugar con poca luz, aunque eso debe ser una distorsión de mí memoria porque no creo que un bebé salga a oscuras.
Lo que sí recuerdo perfectamente es el momento en el que sentí la dolorosa y hermosa sensación de dar a luz a dos personas que te cambian la vida.

Éste parto no estaba del todo dentro de nuestros planes del mes. Normalmente un embarazo dura nueve meses, pero en muchos casos, los mellizos suelen adelantarse un mes. Y eso fue lo que pasó.
Sofía, la hija de Paulo, también nació un mes antes de lo previsto. Debe ser algo de los Dybala.

Otra sorpresa del día, aunque me moría de ansias por eso hace tiempo, fue el sexo de los bebés. Con Paulo decidimos que no preguntaríamos en ningún control sobre los sexos porque el amor es el mismo sin saberlo.
Cuando sentí el primer llanto, mí corazón empezó a latir con fuerza. Seguramente estaba llorando yo también, pero no me daba ni cuenta.

-Es un nene - sonrió el ginecólogo mientras le pasaba el bebé a su ayudante.- Se lo ve hermoso!

Cerca de diez minutos después, el otro o la otra comenzó a salir. Siendo sincera, no sé si me dolió o no, yo estaba felíz.

-Es una nena - dijo esta vez el médico.

Cerré los ojos con fuerza y lloré, mientras Paulo estaba en silencio, seguro con la misma emoción, tomado de mí mano.

...

Paulo Dybala.

Admito que fueron las horas más turbulentas de toda mí vida.
Entre todo lo que pasó en la boda, y todas las sensaciones nuevas que viví a raíz de eso, fue muy loco todo.

Y de un momento a otro mí novia dormía en la camilla después de haber dado de mamar por primera vez a dos bebés. Uno y una.
Yo sentado en el sofá para el acompañante no podía dejar de mirarlos a los tres. Y no podía dejar de sonreír.
Los tres dormidos me transmitían mucha paz, más de lo que cualquier otra cosa podría.

Debido al nacimiento prematuro, tienen que estar en observación pero todo está bien igual.

Ocho de la mañana. La puerta suena despacio y me acerco a abrir la puerta. Candelaria y Sebas, vestidos de novios, estaban del otro lado con el ramo de rosas en la mano. Me reí.

-El doctor nos dejó pasar de a dos- susurró Cande al ver que estaban dormidos los tres.

-Perdón por el pequeño accidente - bromeé.

-Fue un honor que hayan roto bolsa en nuestra boda, Paulo - me sonrió Sebastián con una mano en mí hombro.

-Fue un día mágico en todos los sentidos - comentó Cande.- Esto es para los babies - dejó el ramo en una mesita.

-Así que una wacha y un wacho - dijo Sebas.

-Una puntería tremenda - reí.

-No dejas de sorprendernos, joya - agregó Candelaria.

Victoria se despertó de golpe, llamando la atención de todos, y menos de un segundo después, Benjamín empezó a quejarse.
Ella se levantó de la cama y fue a verlo. De sólo tocar su mano logró calmarlo.

-¿Cómo hace eso? - pregunté.

-Es mamá - sonrió Cande.

-La piba duerme como un beduino - bromeó Sebas.

PROHIBIDO  ▪2 Temporada▪Where stories live. Discover now