Hueles a lamentos, a estrellas perdidas en el infinito; hueles a sueños fugaces, a fuegos artificiales explotando en los pensamientos, hueles a flores, pero no a las usuales, hueles a flores de otro planeta, hueles a canela y a café, hueles a arena y a tierra mojada, hueles a melancolía, a sacrificio, a poder, inteligencia y alegría.
Hueles al mundo entero, hueles a pinturas mojadas en las lágrimas de un enamorado, hueles a cicatrices empapadas de besos y amor, a hojas llenas de poemas que se tiraron al cielo cuando ya no había esperanzas, hueles a las tartas de zarzamora que hacía la abuela, a los lunares de H, a los labios de una prostituta, hueles a las notas que un pianista toca cuando el mundo se va volando, a las hojas empujadas por el viento.
Hueles a eso y mucho más, hueles a mí, a tí y al tiempo.
