Tenía que admitirlo.
Entre tus manos me convertía en trozos de lágrimas.
Entre tus besos, un pedacito de caramelo disperso entre las fantasías y las emociones.
Entre tus ideas, solo era un misterio, el más profundo y vacío.
Creía tenerlo todo a tu lado, pero pronto descubrí que despedirme de ti, solo fue un paso más para seguir adelante.