Te era infiel cuando amaba, porque al amar a algo más que a ti, deseaba no estar contigo, deseaba cambiarte a ti para estar con ese algo.
Todas las personas tienen una medida de amor, como un vaso marcado con los trazos de una regla. Cada quien reparte su amor dependiendo de la jerarquización de los componentes de su alma. Todos siempre tendrán el vaso lleno, siempre existirá una medida constante e infinita para alguien o algo. Los amores juveniles y sexuales son variables, entonces si yo amo a otra cosa, así sea por 1 segundo, va a ser un segundo en el que le resto amor a mi pareja, para amar a ese otro algo.
Dejando esto en claro, me bastará decir que te soy, te he sido y te seguiré siendo infiel; porque yo amo con mis pulmones y con cada corriente de sangre de mi cuerpo.
Amo cuando escucho a una voz cantar, cuando escucho como se pierden las melodías con el tiempo y la velocidad, amo cuando huelo el clima, cuando me relajo, cuando respiro, y siento, amo cuando veo estrellas en las pupilas de las personas, cuando apoyo mi mano sobre un papel, cuando tarareo al aire, o cuando alguien sonríe, amo cuando los pies se mueven guiados por colores con ritmos y métrica, amo cuando la luz transpasa mi ventana en el día, cuando el cielo pasa a otro plano y se oscurece, amo cuando las chispas del conocimiento se encienden en una mente prodigiosa, amo cuando vivo.
Amo, te amo a ti y a todo, por eso te soy infiel. Pero es la más bonita de las infidelidades.
