Aquello no era más que un secreto, escondido entre las hendijas del alma, clavado allí con tanta astucia y misterio, que casi no se notaba que existía...Pero a pesar de ello allí estaba, entre el oscuro cielo y el inmenso mar, justo en el límite de ambos, donde ninguno existe, donde lo real se transforma en la nada.
Existía aquel sentimiento, como encerrado dentro de una cápsula de cristal, tan débil, tan vulnerable, brillando como una estrella a la interperie de los pensamientos y los días. Si alguien llegaba a descubrirlo y tocaba sin querer su escondite, este se rompería y aquella "nada" en donde se encontraba oculto, dejaría su escencia para brillar como un sol gigantesco lleno de energía, porque al quebrarse el cristal, todo el amor contenido brillaría tanto que hasta un ciego llegaría a observarlo.
Menos mal nadie lo descubría todavía, aún estaba guardado, contenido entre los labios, apretado con el dedo índice, esclamando un: Sssht! Y a la vez disfrazado de felicidad y carisma. Pero así era el amor oculto, siempre se disfrazaba de lo mismo, porque mientras más crecía las sonrisas de volvían más propensas a salir en público.
Ella lo amaba, su corazón era su pequeño confidente, allí ocultaba todo, ojalá y M. Pronto se de cuenta, y haga explotar a aquel cristal, que sin querer es más de él, que de ella.
