Pesado

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Me caía pesado en el alma, ver, sentir y hacer parte de aquella tela invisible de amor en la que todos estaban sumergidos, pero yo solo estaba allí, no había amor.
Entre pinturas, sonrisas y canciones lograba ver como se entrelazaban dos almas entre la unidad del tiempo, sus caricias jugueteando al límite, los besos entre el entusiasmo y la vergüenza, las fotos entre la pared y la imaginación, cada cosa superpuesta como un mural de perfección bajo las lianas de la pesadez. La pesadez que ardía en mi corazón.

Yo solo esperaba, esperaba aquel momento que solo existía en mi consciencia, aquel instante de felicidad infinita y de ruiditos en la maquinas atrofiadas del corazón.

Esperé y llegaste tú.

Hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora