[Libro I Trilogía Silly Cliché]
Olivia Estrada es una agradable y alegre chica de 21 años, estudiante de una universidad en Colorado.
Cuando recibe una irremediable noticia, junto con su mejor amiga y confidente, Steph, deciden ir a un bar por un pa...
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La boda de Steph y Phillip se llevó a cabo un día sabado completamente ordinario.
Aunque la boda en sí no haya sido en lo absoluto ordinaria.
-La noche previa a la boda:
"Despedida de Soltera-Babyshower"
Para empezar, lo que debía ser una despedida de soltera guión babyshower terminó siendo un completo drama cuando Patty y Clovet, otra amiga de la universidad, no leyeron que era babyshower y trajeron cuatro Boy Stripers, uno para cada una.
Lo que no sabían era que ni Steph ni yo nos sentimos particularmente atraídas a los actos sexualizados de hombres con poca ropa y musculos extravagantes.
-Oh, por favor, Olivia -gritó Patty por sobre la música del salón del departamento de Steph.
-En serio, no soy muy fan de...
-¿Desnudos? -terminó por mí el Striper. Le sonreí penosa, tratando de superar la vergüenza de tener su paquete tan cerca de mí.
Clovet se puso del otro lado de mi rostro y pasó una mano por el hombro del "bombero".
-Hasta se parece a Chaning Tatum -apuntó ella.
Uy, mal ahí.
-No me gusta Chaning Tatum -expliqué sin importancia.
Patty, Clovet y el bombero se quedaro mirando mi rostro con completo desentendimiento.
-¿Cómo puede no gustarte ese hombre? -preguntó la primera.
-Es como un supermodelo pero mejor -dijo la segunda.
-Está como el pan: caliente y suavecito -concordó el bombero.
Hasta ahí llegó mi emoción por un baile erótico.
Ignorando la conversación de Patty, Clovet, el bombero y el "policia" sobre actores que realmente no me llamaban la atención giré mi rostro para encontrarme con Steph tratando de huir del baile del "vaquero" y de "batman".
Llegué hasta ellos y les hice una seña para que fueran con las otras dos chicas, indicando que ellas en verdad querían un baile. Steph suspiró con alivio cuando quedamos solas.
-Gracias -dijo-. Por un momento pensé que iba a quitarse los pantalones.
Sonreí y tomé su mano para llevarnos a la escalera de emergencias. Desde fuera podíamos ver la emoción que se estaba armando entre los cuatro boy stripers y nuestras amigas, pero nosotras decidimos tomarnos un momento a solas.
