16- Nuestra ciudad favorita.

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Eran las 5 de la mañana y los 2 iban muy borrachos, habían cenado gratis y habían tomado copas gratis, ellos querían pagar pero no les dejaban. Por menos de 10 euros que se gastaron en los cafés de la merienda y en los helados, habían cenado mejor que nunca y habían bebido unas cuantas copas de mas. Les había salido rentable la noche.

-Amaia vamos al hotel, ya es tarde no?

-Vamos.

Llegaron a la habitación y se tumbaron en la cama.

-Joder, he bebido un huevo Alfred.

-Yo también Amaia.

A los 2 les entraba la risa floja por nada.

-Tú sabes bien todo lo que te quiero Amaia?

-Y tú? Sabes todo lo que eres para mí?

Tal cual habían llegado, tal cual se habían tumbado en la cama con los zapatos incluidos y Amaia con su bolso, al darse cuenta se quitaron los zapatos pero el pijama no se lo pusieron, los dos pensaron que porque ponérselo si se lo iban a quitar al instante.

Alfred estaba tumbado y Amaia se sentó encima de él mientras empezaban los besos, esos besos cada vez eran más intensos, esos besos hacían que el calor corporal subiera rápidamente a los 2, ese día lo habían disfrutado mucho y querían terminarlo de aquella manera.

Alfred empezó a desabrochar el primer botón de la camisa blanca que llevaba puesta y Amaia le freno, el se sorprendió bastante creyendo que ella no quería. Pero no era por eso, quería hacerlo ella así que comenzó a desabrochar ella su camisa, seguido Alfred se desabrocho el botón del pantalón y comenzó a quitar el vestido de seda que tenia puesto Amaia. Alfred separo Amaia de encima suya para quitarse el pantalón y coger uno de los preservativos que tenía en la mesilla, poco a poco se fueron quitando la poca ropa que les quedaba y empezaron a disfrutar de aquella habitación que tenían para ellos solos durante 4 días.

-Alfred- Amaia soltó un gemido.

-Dime mi amor.

-Yo también quiero hacer una promesa.

-Cual?

-Promete que nunca más vamos a estar separados.

Al escuchar eso Alfred volvió a besar intensamente a Amaia, mientras bajaba sus manos hasta el trasero de ella.

-Eso no hace falta prometerlo porque nunca mas nos vamos a separar Titi.

-Te quiero.

-Y yo.

La noche siguió transcurriendo hasta que Amaia se acabo durmiendo en el pecho de Alfred. A la mañana siguiente Alfred se movio un poco y despertó sin querer a Amaia.

-Lo siento Titi, buenos días.

-Buenos días, ven abrázame.

Alfred abrazo a Amaia al instante, decidieron llamar al restaurante del hotel para no moverse de la cama y que les llevaran su desayuno a su suite. Alfred se levanto y se puso los calzoncillos que estaban tirados en el suelo y el pantalón del pijama alguien tenía que abrir la puerta, Amaia se puso el tanga que también estaba en el suelo y le pidió a Alfred una de sus camisetas, le encantaba estar con sus camisetas que le quedaban largas desayunando.

Les subieron el desayuno y se lo tomaron en la cama, al terminarlo apartaron las bandejas y se empezaron abrazar mientras se besaban, sin darse cuenta los 2 se quedaron mirando al jacuzzi.

-Vamos?

-Vamos.

Se quitaron la poca ropa que se habían puesto para desayunar y se metieron en el jacuzzi, estaban tan agusto... abrazos, besos, caricias ellos querían despertarse de esa manera todos los días con su desayuno y un jacuzzi listo para ellos.

Para lo que quieras.Where stories live. Discover now