17. Piensa en Vicente

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Aitana

- ¿Quién? ¿La vieja? ¿La reina? - preguntó Amaia con el ceño fruncido.

Luis colocó a Aitana sobre sus piernas antes de responder a Amaia intentando aguantarse la risa.

- Esa misma. Elizabeth. - concluyó con su ridícula pronunciación inglesa.

- ¡Es un lagarto asqueroso! - exclamó la pequeña antes de simular una arcada.

- Un reptiliano, Aiti.

- Eso.

- Dejad de tomarme el pelo. - se quejó Amaia.

Observándolo todo desde la máquina de café rodé los ojos. Tráele a Aitana a Amaia y se tira toda la tarde entretenida.

- Amaia, yo nunca bromearía con temas tan serios como este.

- Que no, que esta no me la coláis. - se cruzó de brazos. - Cómo va a ser un lagarto.

- Un reptiliano. - la corrigió Luis.

- Lo que sea.

En realidad la situación no podía producirme más ternura. A Luis le brillaban los ojos de otra forma cuando estaba con su hija.
Tomé el móvil, teclee un par de palabras y me acerqué a ellos apoyándome en uno de los hombros de Cepeda. Se lo extendí.

- Míralo tú misma. - Luis sonrió para sí mismo al notar mi contacto, pero a mí no me pasó desapercibido su gesto y una sonrisa estúpida amenazó con escapárseme también. Di un trago al café que tenía en la mano para ocultarla.

- Comunicado de la Royal Family "La reina no es humana y aprenderéis a quererla por lo que realmente es". - Leyó en voz alta. - ¿Esto es de verdad en serio? - Luis asintió rápidamente.

- Si, yo también lo he visto. Lo borraron al poco tiempo, pero estaba en la página oficial. - aclaró bajo la mirada atenta de Amaia y Aiti.

- ¿Entonces qué es? ¿Algo así como un lagarto gigante?

- Un reptiliano Amaia, por el amor de dios. - se desesperó Luis.

- Pero...

- ¡Y mira! - la interrumpió. Arranco el móvil de las manos de Amaia y me miró. - ¿Puedo? - yo asentí. Tecleó algo rápidamente y se lo devolvió a Amaia mientras sonreía satisfecho.

- Putin dice que la reina es un reptiliano. - lee con voz temblorosa. - Luis no quiero leer más. - ambos reímos hasta que somos interrumpidos por el sonido de mi teléfono. El nombre de Graciela aparece en la pantalla y Luis me mira extrañado.

En los últimos días, aunque Luis tenía quedarse en el hospital por precaución hasta que se recuperase completamente, ya podía andar sin que le costara tanto esfuerzo. Estaba ya en condiciones para que Aitana viniera a verlo sin que la imagen le provocara un choque demasiado grande. Tenía varias heridas y algún corte, pero el poder moverse sin muletas ayudaba bastante a su aspecto general.

Debido a su trabajo, Graciela no podía llevar a Aitana al hospital tanto como le gustaría así que me había ofrecido a hacerlo yo algunos días.

Cogí el teléfono de las manos de Luis y salí de la habitación para contestar.

- Dime Graciela.

- Hola Aitana, era para decirte que ya estoy llegando a casa. - el sonido de tráfico del fondo me hacía pensar que estaba usando el manos libres. - En quince minutos estaré por allí. Yo la llevaré a las clases de música hoy, no te preocupes.

- Perfecto, salgo ahora para tu casa. - respondí antes de guardar el móvil en el bolsillo y volver a entrar.

Todos en la sala se giraron hacia mí.

- Nos tenemos que ir ya. - dije cogiendo el abrigo de encima de la silla.

- ¿Ya? - preguntó antes de mirar su reloj y entender el por qué. - ¿Vas a volver?

- Yo sí, pero Amaia tiene el vuelo en un par de horas.

- ¿Qué? Amaia no me dijiste nada. - se quejó levantándose. - ¿Cuánto tiempo vais a pasar allí Alfred y tú?

- Ay Luis, lo siento muchísimo, se me ha pasado. - El mencionado negó con la cabeza. - Solo hasta que termine la promoción de mi disco. - puso cara de pena. - Me ha llamado mi agente diciendo que no podía retrasar más los actos. No sabes lo mal que me siento de dejarte así aquí.

- Tranquila, mujer. Estoy perfectamente. - la tranquilizó dándole un beso en la frente para luego sonreír abiertamente. - Disfrútalo mucho, ¿vale? - besó ahora su mejilla a modo de despedida.

Aitana corrió a abrazarle y él despeinó su cabeza con ternura.

- Hasta mañana bicho.

Tan solo me despedí de él con un gesto de mano, volvería en menos de dos horas. Lo suficiente para llevar a Aiti a casa de Graciela, a Amaia al aeropuerto y darme una merecida ducha de agua hirviendo.

La ropa de Aitana ya estaba en su mayor parte en casa de su madre, pero tan distraída como su padre, se había dejado el cepillo de dientes y el pijama. Tuvimos que pasar primero por casa y Amaia aprovechó para quedarse y ultimar varias cosas de su maleta y su viaje.

Aitana jugaba con un par de muñecos en el asiento de atrás. Era el coche de Luis y me sorprendía la cantidad de juguetes de su hija que había permitido guardar en la guantera y los asientos. Parece que la paternidad lo había ablandado un poco.

- Como para no. - dije para mí mientras la miraba narrar historias inventadas. Se parecía un montón a Luis cuando sonreía y eso era algo en él que siempre me había traído loca.

Llevaba en una mano un hada y en la otra una especie de príncipe.

- No puedo vivir sin ti. - la oí cantar. Me atraganté con mi propia saliva y toqué el claxon sin querer teniendo que disculparme con un par de conductores. La niña, ajena a todo continuaba con la canción. A veces tenía cosas de abstenerse completamente del mundo que me hacían pensar que más que hija de Graciela era hija de Amaia, aunque esos ojazos verdes que tenía me gritaban que no era así.

-¡Nooo, Luis! Piensa en Vicente. - Otra vez la puta saliva que se quedaba a medias en la garganta me hacía estallar en un ataque de tos. Si seguía escuchando a esta niña tendría que aparcar el coche y tomarme una tila. - Solo importamos nosotros. Quiero que te cases conmigo. - dijo ahora con una voz más grave. - Pero Luis no....

-¡HEMOS LLEGADO! - Exclamé liberada al frenar delante del chalet de Graciela.

Sin decir nada más, agarró los dos muñecos y los metió en la mochila que llevaba al lado junto a su pijama y su neceser.

- Hasta mañana, Aitana - rió. - Gracias por traerme.

- De nada. - dije casi en un suspiro de liberación mientras apoyaba la cabeza en el volante.





Ahora ya estoy preparando los exámenes finales y selectividad y no tengo mucho tiempo para escribir en condiciones, por eso el capítulo es flojillo y sin substancia. Vendrán cosas mejores, prometido.

A partir de ahora intentaré publicaros uno a la semana, al menos hasta que termine selectividad, y no hacer una semana tres, la siguiente ninguno. Decidme que día preferiríais pls :)

Como digáis los lunes, para este me vais a tener toda la madrugada working JAJAJA

Sin LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora