Final- Parte 2.

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- Hola, querida. – habló apoyado en una de las mesas que rodeaban los sofás de la sala junto a las estanterías repletas de libros. - ¿No quieres contestarme? – mi mirada se mantenía perdida en algún lugar de la baldosa blanca. – Lo entiendo, tranquila. Te he traído para que veas un par de cosas. – me invitó a tomar asiento.

- ¿Dónde está Luis? – me atreví a preguntar. Una persona dejó dos vasos sobre la mesa. Edward se giró sobre sí mismo para quedarse frente a dos jarras.

- ¿Vino o agua? - me sonrió por encima del hombro provocándome un escalofrío.

- Edward. - mi voz tembló. - ¿Dónde está Luis?

- Vino entonces. - sentenció llenando mi vaso de vino tinto. Se dio la vuelta de nuevo para dejar la jarra en su lugar y tomó asiento. - No hay prisa. Ya le verás. - bebió un sorbo de su copa de forma fría. El hombre que antes me había arrastrado aquí me dio un pequeño empujón para que tomara asiento también. - ¿Ves la tele de ahí? - señaló con la cabeza un pequeño televisor que había sobre la encimera. Asentí aún sin tocar la copa de vino. Señaló a uno de los que estaban de pié y este se acercó para pulsar el botón que encendía el aparato. - Se han enterado. - sonrió falsamente formando arrugas de expresión alrededor de su boca.

- ¿De qué? - pronunciar la más mínima palabra en su presencia se me hacía difícil. Dio otro trago al vino y me señaló la pantalla con la mirada.

- Continúa la búsqueda de los cantantes Luis Cepeda y Aitana Ocaña. - hablaba una reportera envuelta en capas con las pistas de nieve a la espalda. - En un primer momento la policía ha comenzado a buscar por las pistas de esquí y alrededores, pero un nuevo hallazgo ha hecho que los efectivos se desplacen. En un café de la zona han encontrado el bolso y la chaqueta de Aitana Ocaña con el móvil en el interior. - despareció de la imagen para dar paso a Amaia con los ojos rojos.

- Les ha pasado algo. - se tapó los ojos con las manos. - Sé que les ha pasado algo. Aitana lleva el móvil hasta a las pistas porque le pone nerviosa estar incomunicada. - la voz le temblaba y noté en el pecho la magnitud del dolor que me producía.

- La policía está haciendo un gran trabajo y tenemos esperanza en que aparecerán pronto. - habló Roi frotando el brazo de Amaia para calmarla, pero ella se acercó al micrófono una vez más.

- Por favor. - miró a la cámara fijamente. - Si quien se los ha llevado me está viendo, por favor déjelos ir. - sollozó. - Por favor. Sé que ellos no se han marchado así por propia voluntad. Por favor. - Oí como Edward reía secamente al escuchar sus palabras. De nuevo la reportera apareció en pantalla.

- La señal del móvil de Cepeda se pierde a pocos metros de la cafetería, pero la velocidad de movimiento nos hace pensar que ha dejado el lugar en un vehículo. Todo lleva a pensar que lo han hecho juntos y no se sabe si con algún tercero. La policía se encuentra actualmente revisando las cámaras de s- la televisión se apagó.

- Suficiente. - me sonrió Edward. Tragué saliva al ver como su mirada aparentemente tranquila me atavesaba de un extremo a otro dejando la frialdad y el silencio por todo lugar que pasaba. - ¿Tienes hambre? - asentí con miedo. Llevaba muchas horas sin comer, probablemente un día entero. Él levantó una mano haciendo que una persona apareciera cargada con media barra de pan. - Lo siento, no he traído nada mejor. - al ver mi mirada desconfiada hacia la comida que me ofrecía prosiguió. - Come tranquila. Si quisiera matarte ya lo habría hecho. - rió.

- ¿Para qué quieres enseñarme esto? - fruncí el ceño antes de echar un bocado al pedazo de pan.

De nuevo otro gesto hace que dejen delante de mí una revista. Levanto los ojos hacia ella. En portada, Dani besándome. "El nuevo novio de Aitana Ocaña"

Sin LuzNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ