Aceptaras quieras o no.

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—Sol ven acá— su voz sale dura, se lo que significa, problemas. Avanzo lentamente hacia el con los nervios a flor de piel. Mi corazón late con rapidez y mi respiración se hace más costosa.

—Claro— digo  con una sonrisa forzada, llegamos a su despacho y me siento frente a él con delicadeza.

—Sol, todos estos años te he inculcado  valores, modales, etiqueta, idiomas, te he enseñado a nunca mostrarte débil y a  enfrentar las adversidades de frente, la empresa quebró estamos en bancarrota, ya no podrás seguir estudiando de todas formas ya sólo te faltaba un año y para ayudar a la empresa te casarás._lo suelta sin pelos en la lengua. Mi mundo se detiene ¡¿Casarme?!

—¡Papa no me casare!— Le dije exaltada el me miro son esos ojos, los ojos tan expresivos que me daban tanto miedo.

Se levantó rápido ya sabia lo que esperaba, mi muerte a golpes.

Sin decir nada me levantó de los hombros y me dio un puñetazo en la mejilla. No era novedad,  cada vez que no le hacia caso me golpeaba a mi o a mi madre una vez mi hermano nos intento defender y le salió peor a el por eso se fue de la casa y me abandonó.

Me caí al piso, tenía la mano en mi mejilla sentía entumido todo cuando me comenzó a patear, todo me daba vueltas y solo lo podía oír gritar que esto era mi culpa, me levante rápido y cuando me iba a golpear intente poner una mano para defenderme pero eso fue lo peor que pude haber echo. Me halo el cabello y me siguió golpeando y gritando hasta que me dejo en el piso, me había roto el labio y no tardarían en salir moretes.

Las náuseas se apoderan de mi al ver lo. Un nudo se cuela en mi garganta y mis manos tiemblan.

—¡Te casarás quieras o no Sol y es mi última palabra y si me vuelvas a levantar una mano o a levantarme la maldita voz te juro que te mato!— Su voz era tan dura que sabia que se estaba desquitando conmigo pero ¿por que conmigo? Yo era su hija no podía comprender por que me odiaba tanto

—¡RESPONDE!— ruge, me encojo en mi lugar— ¡Si no quieres que te parta la cara  otra vez!—Abro la boca para hablar pero las palabras no me salen.

Mi padre desde hace mucho tiempo me había enseñado a nunca llorar cuñado discuto con alguien el odiaba verme llorar cuando me golpeaba y si lloraba me iba peor.

—Si padre—Mi voz sale devil, casi en un susurro. cabizbaja el me levantó el mentón y me miro fijamente a los ojos, unos ojos inyectados de ira

—Esa es mi chica, pero ya sabes que si vuelves a desobedeserme te ira peor Sol.—Me miro sonriendo, su sonrisa me causa un escalofrío.

Como podía sonreír después de lo que me hizo por tantos año, ahi entendí que era hija del mismísimo diablo

—Ahora vete a tu cuarto— Me dijo empujándome fuera del despacho. Cuando mi padre nos golpeaba después se emborrachaba por la culpa y si te metias con el te iba muy mal.

Subiendo a mi cuarto me encontré a mi madre con los ojos cristalizados, al verme así se  intento acercar para darme un abrazo, pero yo la rechaze. Ella también tenía un moretón en el rostro pero me dolía que aun siguiera con el después de todo.

Entre a mi habitación y me fui a dar un baño, ahí era el único lugar donde me podía desahogar.
Me dolía todo el cuerpo. Comenze a cantar hurts like hell y no dejaba de apretar mi pulsera, hacia eso cada vez que me sentía mal, podia ver todo los moretes en mi pálida piel y mi despeinado y alborotado cabello rubio mis ojos ámbar se veían rojos y si mi padre notaba que había llorado según el me daría razones para llorar, mi vida era el mismísimo infierno en el cual no había escapatoria.

Todo se estaba callendo por una persona y ahí entendí que me sentenciaron, no importaba si lo amaba o no, esa era una sentencia.

Sentencia de amor.Where stories live. Discover now