Epílogo.

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—¿Estás segura?— asiento lentamente.

—Tengo miedo— murmuró a Alex.

—Será un paso nuevo mi Sol— entonces lo hago.

Volteó la prueba de embarazo y me quedo callada al ver el resultado. Una lágrima cae por mi mejilla, Alex la limpia y besa lentamente mis labios.

—Isabella y Eros tendrán un hermano— sonríe en mis labios.

—Esta vez será cesaría— advierto, sonríe y acaricia mi vientre.

—¡Mamá!¡Eros me quito mi muñeca!— Isabella viene corriendo, su cabello es igual al mío, de color ámbar, tiene la piel pálida y sus ojos, son iguales a los míos, saco el carácter de su padre, corre a la velocidad de un niño de su edad, cinco años, sonrió al verla y Eros viene detrás de ella de brasos cruzados, como yo.

Eros saco el cabello de su padre, la misma tez, pero mis ojos.

—¡No es cierto!¡Fue su culpa!— sonrió, Alex alza las cejas.

—¿Que te dije de molestar a tu hermana Eros?— Alex murmura, Eros hace puchero, Alex carga a Isabella en brasos y la abraza

—¡Mamá!¡Fue ella la que me quito mi carrito!— ruedo los ojos riendo, lo cargo en brasos de igual manera.

—Isabella, ya te dije que no debes de molestar a tu hermano— ella se encoje en Alex y el sonríe embelesado.

—Alex, no la cubras— advierto, el asistente riendo.

Los siento uno frente al otro.

—Pidanse disculpas— murmuró tomando sus manitas.

—No— Isabella se cruza de brasos.

—Ella es la que no quiere —alza los hombros y suelto una carcajada

—Amor, Isabella es igual que tu— me abraza por atrás y niego.

—Isabella— murmuró con voz dura, me voltea ver y alzó las cejas esperando.

—Bien, siento quitarte tu carrito Eros, quería jugar con el— Eros sonrie.

—Quedatelo, podemos jugar igual, yo con tu muñeca y tú con mis carritos— sonríe, y yo sonrió, se dan un abraza y Alex acaricia mi cintura.

—Mis bebés, les tengo una gran noticia— ambos me miran intensamente.

—¿Iremos de nuevo a la playa?— Isabella grita emocionada pero niego riendo.

—Tendran un hermano— ambos frunze el seño y se miran entre si.

—Pero ya tengo un hermano— Isabella señala a Eros.

—Pero vendrá otro, dentro de nueve meses tendrán un hermanito al cual deben proteger y querer— Eros brinca hacia su padre emocionado.

—¡¿Y podremos jugar con el!?— Alex asiente lentamente.

—¿Jugará conmigo a las muñecas?— Acaricio el cabello de Isabella y murmuró que si.

—El será un bebé por eso no podrán jugar con el cuando llegue pero cuando cresca jugarán todo lo que quieran— asienten.

—Vallan a jugar, en un momento are la cena— salen corriendo hacia sí habitación y Alex me abraza.

—Eres la mejor mamá del mundo— acaricia mi abdomen.

—Me pondré gorda— hago puchero y el sonrie.

—Me encantas así, gorda, flaca, pero cuando estás embarazada me dan ganas de hacerte más hijos— rio.

—Te amo mi vida— murmura en mi oído.

—Te amo también, nunca pensé que esto llegará a pasar, cuando te conocí te odie, pensé en que era una sentencia y lo fue.— sonrió, sus ojos se iluminan— Fue una sentencia de amor—

Sentencia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora