Sentencia de amor.

Te odio

Salí corriendo de la habitación hasta la playa, ahí me senté y observe el cielo, ya era de noche, odiaba que me poseyeran, que me prohibieran, eso no lo iba a permitir, yo en el fondo siempre sentí algo por tom, pero nunca fui capaz de decirle, no pensaba que el sintiera lo mismo pero cuando me defendio y dijo que era suya me hubiera encantado casarme con el, no con Alex.

—Sol—al oír esa voz mi piek se herizo sabia perfectamente quien era.

—¡Tom!—me levante y lo abracé.

—Sol, mi hermosa Sol, perdóname por no haber ido a salvarte de tu padre, tuve que venir aquí por un negocio importante, si uniera sabido que tu padre te vendía yo te hubiera comprado, me hubiera casado contigo, pero me ganaron—habló cabizbajo.

—Tom, gracias, yo se que lo ubieras echó, pero yo no amo a Alex ni nunca lo are— tome su rostro y le di un beso en la mejilla.

—Escápate conmigo, dejemos a todos, seamos felices, ven conmigo— dijo abrasando me.

—Tengo miedo—dije sincera.

—¿¡Ese idiota te a tocado!?—gritó.

—No tranquilo no lo a echó— hable calmando lo.

—No tengas miedo, yo te protegeré— y dicho eso, se acerca y  me besa.

Ese beso fue el primero, mi primer beso con el.

—Escape monos.

—Si, escape monos— me abrazo y cargo en el aire dándome vueltas.

Nos fuimos al aeropuerto nos teníamos que ir rápido, para que Alex no me encontrara.

El avión iba rumbo a California donde Tom vivía, me dijo que no importaba el divorció el y yo nos casa remos por la iglesia sin importar que.

Tengo los nervios a flor de piel, una parte de mi quiere gritar de la felicidad y la otra llorar de la emoción.

El vuelo duró tres horas, me sentía un poco mal por haber abandonado a Alex , pero eso le pasa por comprarme.

En todo el vuelo tom estuvo tomando mi mano y dándome besos en la mejilla.

—Te prometo que seremos felices princesa—dijo tom en mi oído.

—Te amo—me besa la mejilla y sonrió.

—Yo igual—le correspondi.

Al bajar del avión fuimos por la maleta de Tom ya que el si traía equipaje, a mi me compraría lo que necesitara aquí. Estábamos de las manos cuando sentí su voz, esa maldita voz, me recorrió un escalofrío inmenso, quería correr pero mi cuerpo no reaccionaba, estaba estupefacta

—¡Sol!—río cínicamente —¿¡Enserio creíste que te escaparías de mi tan fácil!?—hablo Alex de brazos cruzados se podía ver perfecto sus ojeras, podría decir que había  llorado.

—¿¡A..Alex!? ¿¡Como me en contraste!?— dije con los ojos cristalizados.

—Sol,Sol,Sol, el dinero mueve montañas— dijo serio

—¡Bastardo, no te la llevaras!—dijo tom poniéndome tras de el.

—Claro que lo hare, es mi esposa y tu su secuestrador—río con es rabia.

Un punto de luz roja se puso sobre el pecho de Tom

—Te metere en la cárcel, por haberme robado a Sol—habló aun serio

—Alex no, dejarlo en paz por favor, no le hagas daño—me arrodille frente a el

—Eso hubieras pensado antes de querer u ir, pero lo pensare si no lo vuelves a ver —podía notar el odio en su mirada.

—Sol no lo hagas, no me pueden acusar de nada— un policía lo esposó

—Si no quieres que Tom muera en la cárcel, harás todo lo que yo te diga Sol— Alex me miro sonriente.

—Sol no— reclamo Tom.

—Te odio —solte un sollozo—¡ Esta bien, pero suelta lo!— río victorioso, un nudo creció en mi garganta y las lágrimas bajaron con rapidez.

—Carlos, suelta lo— ordenó al policía el cual obedeció.

—Vámonos Sol— me halo del brazo y me metió a un jet privado.

—¡Te odio!— grite soltando me de su agarré

—Que lastima, no me importa, si vuelves a ver a Tom te juro que lo mató Sol—me empujo al asiento y coloco mi cinturón.

—Ya que arruinaste la luna de miel, te castigaré esta noche— me miro mordiéndose el labio

—Nunca me acostarse contigo, imbécil!— grite

—Eso ya lo veremos Sol, eres mi esposa y te are mía, me fuerzas a ser un animal, ¿¡por que te es meras en sacar lo peor de mi!? ¿¡He!? Pues felicidades lo has logrado.— hablo serio

En el viaje me quede dormida, al despertar estaba en una cama, el cuarto se veía bien, y Alex estaba a mi lado dormido, me estaba abrazando de la cintura, yo solo llore en silenció y volví a quedar dormida. No quería moverme ni despertar, solo quería morir en paz.