Capitulo 6

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A la mañana siguiente, me desperté invadido por un optimismo que no sentía desde hacía años. El sol brillaba, los pájaros cantaban y un hombre atractivo con el que no tenía relación alguna se había quedado a cenar la noche anterior.

Ah, ya sabía que no significaba nada. Pero flirtear era divertido y había sido excitante tenerlo a la mesa, como contemplar una tormenta sobre el lago sin saber cuándo iba a refulgir el rayo. Cumplí con las rutinas matinales a toda prisa para poder llamar a Allison. Iba a alucinar.

— ¿Diga? —Su tono gruñón me indicó que debía de haberla despertado.

—Hola, ve al baño y llámame después.

Como señal de respeto habíamos acordado no ir nunca al baño mientras estábamos hablando la una con la otra por teléfono. Bueno, no solo era por respeto sino también porque en una ocasión a Allison se le había caído al váter su móvil nuevo de marca.

—Ya he ido al baño y no estoy embarazada —suspiró.

—Oh, Allison, lo siento, a veces se tarda un tiempo.

—Sí, lo sé. Pero estaría bien que fuera ya mismo. Ya llevamos tres meses intentándolo. Llevaba dos meses antes de decírtelo.

—Ya llegará. ¿No te dijo Jeff que tiene esperma biónico?

—No —repuso Allison con un suspiro—, dice que tiene un pene biónico.

—Oh, eso es diferente.

—Sí, si fuera verdad... Bueno, ¿y tú qué tal? ¿Cómo va la vida en el mundo de melisa?

Allison no solía regodearse en la autocompasión mucho rato. Ese era mi terreno.

— ¿A que no sabes quién cenó ayer con nosotros?

Me dejé caer en la cama y apoyé los pies en la pared, como solía hacer cuando era una adolescente.

—No lo sé. ¿Matt?

— ¡Ay! Dios, no. ¿Cómo se te ocurre?

—Porque sigo de mal humor. —Oí cómo resoplaba—. Venga, dímelo.

— ¡El Corredor! —exclamé convencido de que la noticia la animaría.

— ¿El tipo estupendo que corre por la playa cada día?

—El mismo. —Y le conté una versión abreviada de la noche, incluido el detalle del adorable mechón de pelo que le caía sobre la frente.

— ¿Está en casa de los Pullman? —preguntó.

—Sí, mientras ellos están de vacaciones. Nos contó que van a pasar dos meses por Europa y después van a visitar a su hija en Arizona. Derek sustituye al doctor Pullman temporalmente en el hospital.

— ¿Y qué pasará cuando regresen?

—No lo sé —respondí y me recoloqué las almohadas detrás de la cabeza

—. Supongo que volverá a Chicago. ¡Qué importa!

—Hum... —Aquel no era un hum normal y corriente. Estaba cargado de sentido.

—Suena como el perfecto hombre de transición. Ya sabes, para entrenarte un poco en la vuelta al ruedo de las citas.

—Estupendo —repuse y me dejé caer sobre la colcha—, hablas igual que melisa y Scott. Solo porque me parezca mono no quiere decir que signifique nada.

—Eh, que no he sido yo la que ha llamado al romper el alba para hablar de él —bromeó.

—Tanto como al romper el alba, súper perezosa... Son las nueve de la mañana. Cuando tengas un bebé te despertarás antes de que salga el sol. Hablando de críos, debería ir a comprobar que los míos no están metiendo el tenedor en la tostadora. Hoy he decidido llevarlos al lago, todavía les da miedo nadar. Te llamo luego, ¿de acuerdo?

Mi Segunda Primera Vez ||Sterek UA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora