Capitulo 25

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PRIMERA PARTE

El día de la fiesta de Melisa amaneció claro y soleado, sin una sola nube en el cielo. Era la imagen del perfecto día de verano del oeste de Michigan. La decoración estaba instalada, y también una carpa blanca enorme y una pista de baile improvisada de láminas de madera pintada. Todo tenía un aspecto elegante y llamativo, como debía ser.

Isaac, que daba los últimos toques a una bandeja de deliciosos

manjares, dijo:

-Stiles, ¿podrías llevarte los perros a casa de la señora Schmidt, por favor? Se ofreció a tenerlos en su casa hasta que termine la fiesta, para que no se coman toda la comida. ¡Fatso! ¡Baja de ahí!

El perro miró a Isaac con desolación y bajó de la encimera.

-Claro. -Me encantó tener algo que hacer. El hecho de que la casa de la señora Schmidt estuviera al lado de la de los Pullman tampoco me molestó. De hecho, era la excusa perfecta para espiar por la ventana otra vez y ver si las cajas de Derek ya no estaban. Seguía pareciéndome increíble que no me hubiera devuelto la llamada. No era propio de él ser tan inflexible. Pero la verdad era que no había llegado a conocerlo tan bien como creía.

En cuanto salí con Lazyboy y Fatso recordé por qué odiaba pasearlos. Eran treinta y dos kilos de obstáculos en movimiento y dando saltos alrededor de mí, como si yo fuera una ardilla gigante. Lazyboy se frotó la cabeza en mi pierna y me dejó un rastro de baba.

Llegué a la puerta de la señora Schmidt tan pronto como pude. Ella me abrió con una bata de color melocotón y rulos en la cabeza.

-Ah, hola, Stiles. Pasa. ¿Cómo está melisa? -Por un momento pensé que se había enterado, pero enseguida me di cuenta de que era una simple muestra de simpatía. Los perros entraron dando saltos y enseguida se sintieron como en casa. Oí un bufido de gato en la habitación de al lado.

-melisa está estupenda. Gracias por preguntar. Está entusiasmada con la fiesta, claro. Muchas gracias por quedarse con los perros.

-Oh, no es molestia -contestó

-. Últimamente parezco el Doctor Doolittle, entre vuestros perros y esa Phantom de aquí al lado.

Justo en ese momento, Bitchy, la gata, subió de un salto a la

encimera y me soltó un bufido.

¡Dios, cómo odiaba a esa gata!

-¿Phantom? ¿Se llama así? ¿Qué hace aquí? -Entonces me di cuenta de que nunca le había preguntado a Derek nada sobre ella.

Quizás por eso había roto conmigo.

La señora Schmidt asintió.

-Sí. El doctor hele me pidió que la cuidara mientras él estuviera en la regata.

Un momento.

¿Qué?

-¿La regata? -balbuceé con la voz rota.

-Sí. ¿No te lo dijo? Creía que vosotros dos erais una especie de pareja. -Pestañeó y los rulos se le movieron.

Me apoyé en un pie y luego en el otro.

-Hum, no lo somos. Pero ¿de qué regata habla?

-Esa tan importante de Chicago a la isla de Mackinac. A él no le apetecía demasiado, por lo que vi. Pero me dijo que un amigo suyo lo había llamado y había insistido. Después irá a ver a su madre. Qué encanto de chico.

¿La regata? ¿Estaba en la regata?

¿Esa podía ser la razón por la que no había llamado? No es que eso cambiara nada, pero, aun así, era un dato muy interesante. Como mínimo podía significar que oficialmente no se había mudado todavía. ¿Había una posibilidad aún?

Traté de rascar a Bitchy/Phantom detrás de las orejas como si fuéramos amigas íntimas. Me mordió.

-¿Cuándo volverá? -pregunté como si nada.

La señora Schmidt le dio una palmadita en la cabeza.

-¿Dices que no sois pareja? Pero a ti te gustaría, ¿verdad?

-Ah... -Suspiró y miró al techo con expresión soñadora-. Tengo que admitir que no te culpo. Si yo tuviera treinta años menos y pesara varios kilos menos también iría detrás de él. Tienes suerte de que sea gorda y vieja. -Volvió a mirarme-. No sé cuándo volverá. Dentro de una semana, más o menos.

-Bueno, gracias señora Schmidt por quedarse con los perros. Ahora debería irme a casa. Todavía hay mucho que hacer antes de la fiesta.

-Claro. Hasta esta noche.

Volví a casa tan rápido como pude e irrumpí por la puerta.

Scott estaba cortando limones en la isla.

-¡Está en un barco! -exclamé.

-¿Quién está en un barco?

-¡Derek está en un barco! ¡La señora Schmidt me ha dicho que está en esa regata Chic-Mac, en mitad del maldito lago Michigan! ¿Tú crees que por eso no ha llamado?

A esas alturas toda la familia conocía los cruentos detalles de la abrupta partida de Derek. Al final, no había sido capaz de mantenerlo en secreto.

Scott arqueó sus cejas oscuras.

-Puede.

-¿Puede? -Mi voz fue un desagradable chirrido.

-No lo sé, chico.

Apreté los puños y miré suplicante a Scott.

¡Vamos! ¿No podía esforzarse un poco? ¡Necesitaba apoyo! Si Derek no había oído mi mensaje, quizás fuera el momento de decirle cómo me sentía. Quizás eso cambiara su decisión de irse. Quizás lo cambiara todo.

Demasiados quizás.

¿Y si no conseguía volver? ¿Y si su barco volcaba y se ahogaban todos? Yo acabaría como la protagonista de esa canción de los años setenta: enamorada de un marinero que le dijo que era una buena chica y que sería muy buena esposa. ¿Cómo narices se titulaba esa canción? ¿Britteny? ¿Bethany? ¿Betty?

-¡Brandy! -grité con los puños cerrados.

-¿Qué? -Scott abrió los ojos como platos.

-¿Y si se ahoga? Acabaré como Brandy.

-¿La cantante?

-No, tonto, la chica de la taberna. La de la canción.

Scott dejó el cuchillo de pelar y se volvió hacia mí despacio y con las manos levantadas, como si yo tuviera el dedo en el gatillo de una pistola cargada.

-Bomboncito, estás pirado.

Solté una risita histérica. Tenía razón. El estrés me estaba volviendo loco. ¿Qué cambiaba si Derek estaba en un barco, en una cápsula espacial o en un globo aerostático? Seguía mudándose a Seattle. Aunque me devolviera la llamada, ¿qué podía decirle yo para que cambiara de opinión? Absolutamente nada. Mi esperanza momentánea se hundió más deprisa que el Titanic. En cualquier caso, yo acabaría igual que Brandy, sola en una orilla barrida por el viento, esperando a un hombre que estaba fuera de mi alcance. Estúpidos marineros.


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YA VOLVIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!

PRIMERO QUE NADA OFRECER UNA DISCULPA POR HABER TARDADO EN ACTUALIZAR PERO SE ME COMPLICARON ALGUNAS COSAS, LA PRIMERA FUE LA ESCUELA Y LA SEGUNDA SE ME ROMPIÓ ME LAPTOP Y PERDÍ TODOS MIS DOCUMENTOS ENTRE ELLOS LA HISTORIA

LA SEGUNDOS ES QUE LE DESEO UN HERMOSO DÍA QUE ESPERO QUE ESTÉN CUIDANDO SE CON TODO ESTO QUE ESTA PASANDO

COMO SE DARÁN CUENTA O SABRÁN ESTE EL EL ULTIMO CAPITULO DE LA HISTORIA PERO SE LOS HARÉ EN DOS PARTES O TRES DEPENDE.

EN ESTA SEMANA ESTARÉ SUBIENDO LOS LAS PARTES QUE FALTEN


Mi Segunda Primera Vez ||Sterek UA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora