Capitulo 15

425 47 4
                                    



¿Trasladarme a Bell Harbor? Qué ocurrencia tan absurda. Tenía que quitarme inmediatamente esa idea de la cabeza. Un rato de soledad en la playa me tranquilizaría los nervios. Lástima que al parecer no iba a poder conseguirlo.

En cuanto hube extendido mi toalla de rayas azules en la arena, melisa y Scott volvieron a la carga. Bajaron los escalones del porche atropelladamente, cargados con sombrillas, sillas de playa y neveras. Melisa llevaba su pamela de playa roja y un traje de baño cubierto de margaritas. Isaac apareció veinte minutos después con tres amigos suyos, cargando cada uno con una parte de una red de voleibol. Aparentemente yo era el único que no debía de haber recibido la nota sobre la fiesta que se celebraba en la playa.

Hacia media tarde, una docena de personas abarrotaba nuestra orilla. Jordán apareció, perfectamente embadurnado, como un modelo de ropa interior de Calvin Klein. La amiga del alma de melisa (BFF: Best Friend Forever),

Anita Parker, llegó con unas gafas de sol púrpura y cargado con una neverita de plumas para cervezas. Estaba flaca, llena de pecas y hablaba sin parar.

—Hola, Anita —dije—. Me alegro mucho de volver a verte.

—Lo mismo digo, Stiles. Melisa me ha mantenido informado. Siento lo de tu asqueroso marido. —Dio un sonoro sorbo a su cerveza con una pajita.

Intercambié una mirada con Scott.

—Gracias. Siento que tu gato se comiera a tu pájaro.

—Oh, fue espantoso, si te digo la verdad. ¡Una auténtica carnicería! Plumas y pelo por todas partes, y no pude hacer nada para evitarlo. Pero no culpo al gato. Fue pura defensa propia. Birdie siempre fue malo, pero nunca pensé que acabarían así. Yo estaba sentada en el sofá viendo mis programas y de repente veo a una cacatúa enloquecida dando picotazos a mi pobre gatito viejo.

Scott puso los ojos en blanco, pero antes de que se le ocurriera una respuesta que seguro que era totalmente inapropiada, lo agarré de la camisa y lo arrastré a los escalones del porche, donde nos dejamos caer muertos de risa.

— ¿Qué os hace tanta gracia? —Oí la voz de Derek preguntar a mis espaldas.

Mi carcajada se desvaneció. ¿Cuándo demonios había aparecido? ¡Ni siquiera le había visto llegar! De pronto adquirí la clara consciencia de la necesidad de contraer ciertas partes y sacar otras. Aunque estuviera enfadado con él, no quería parecer gordito en traje de baño.

Scott graznó como un pájaro y volvió a partirse de risa, pero esta vez de mí.

Yo me protegí los ojos y levanté la mirada hacia Derek.

—Ah, hola. No es nada. El gato de la señora Parker se comió al pájaro. Ha sido más gracioso cuando lo ha contado ella.

—Hum. —Él, abstraído, se rascó la cabeza y miró alrededor. Parecía que evitaba mirarme a los ojos—. Scott, ¿podrías dejarnos un minuto?

—Claro, vaquero. —Scott se levantó de un salto y se largó antes de que yo pudiera sujetarlo por la camisa otra vez. Era un cómplice horroroso.

Derek se sentó en el escalón del porche a mi lado y carraspeó. Juntó las manos y empezó a dar golpecitos rápidos con los pulgares.

Me aparté.

— ¿Qué tal, vecino? —Pretendía aparentar indiferencia, pero había una tensión evidente en mi voz. Hubiera podido decir perfectamente: « ¿Qué tal, cretino?».

Mi Segunda Primera Vez ||Sterek UA||Where stories live. Discover now