Capítulo 3.

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DÍA UNO.

Calum y Albert llegaron al aeropuerto de Nueva York, eran exactamente las 12:40AM y estaban agotados por el viaje.

Su madre y padre estaban esperándolos, llegaron a la casa de los Hood una hora después y lo único que Calum deseaba era dormir eternamente.

-Nosotros bajamos las cosas, cariño, vayan a descansar-le dijo su madre. Albert agradeció en voz baja y Calum les sonrió a sus padres.

La habitación que usarían era la de visitas, porque Joy no quería que usaran la antigua habitación de su hijo.

Ambos quedaron dormidos con lo que llevaban puesto, Calum se sentía sin ánimos, porque desgraciadamente para él, llegar a ese hogar, le traía miles de recuerdos, los cuales había reprimido por dos años.

A la mañana siguiente, Calum despertó a las 9:00AM puntualmente, tomó una ducha rápida y mientras se cambiaba escuchaba como Albert despertaba.

-Buenos días, dormilón- dijo acercándose a él.

-Buenos días- contestó Albert y sonrió.

- Bajaré a ayudarle a mi madre, las maletas están por allá- señaló y Albert asintió mientras se ponía de pie para ir al baño. Calum salió y bajó las escaleras un poco más animado que la noche anterior.

Aunque su sonrisa casi desaparece al escuchar un grito.

- ¡Tú y yo tenemos que hablar! - su hermana se acercaba a él peligrosamente-. No te lo perdonaré fácilmente.

- Vamos, Mali, me amas- dijo Calum, aun así, retrocedió dos pasos y alzó sus manos en defensa.

- Te odio, Calum- dijo ella entrecerrando sus ojos.

-No, no lo haces... Ahora abrázame- extendió sus brazos y Mali no dudó en hacerlo, se habían extrañado demasiado y el enojo que ella había sentido desapareció.

- Chicos, el desayuno está listo- anunció su madre. Calum sintió como si hubiera regresado en el tiempo, sonrió por el familiar recuerdo que inundó su mente.

Tan solo faltaba algo... No, no algo, alguien.

Pero su prometido bajaba las escaleras en ese instante.

-Muy buenos días a todos- dijo. Albert no era español, él de hecho había nacido y crecido en Atlanta, pero las cosas y el destino lo habían hecho llegar a vivir a Barcelona, donde conocería a Calum.

Todos estaban en la mesa, disfrutando del desayuno, comentando sobre los últimos detalles de la boda, sobre lo que harían en esos días, su madre mantenía una sonrisa cómplice con Mali, y Calum lo había notado, pero lo dejó pasar porque no quería preocuparse de algo en ese instante tan agradable.

Claro que tampoco se imaginaba que le estaban organizando una fiesta de bienvenida.

- ¿Y por qué no hacen un pequeño recorrido hoy y regresan por la tarde? - propuso Joy. Calum inmediatamente iba a negar, pero Albert se adelantó.

-Eso sería perfecto, la vez que vine no pude visitar algunos lugares y espero que Calum pueda ser mi guía- miró al moreno y él no tuvo más remedio que sonreír y aceptar.

Media hora después, Calum y Albert ya estaban dentro del auto para dar aquel recorrido que según Albert no había dado.

- ¿Estás consiente de que esto fue una trampa? - preguntó antes de que Albert arrancara el auto.

-Lo sé, Calum, pero no podemos oponernos a tu madre- tomó su mano y le sonrió, Albert tenía razón, y se fueron.

Mientras tanto, dentro de la casa, Joy hacía algunas llamadas para sus invitados más cercanos, incluyendo a Ashton, sólo para confirmar. Su esposo le había advertido que no era una buena idea, pero ella sabía que sí, después de todo, ellos habían sido amigos.

Want You Back ✨ Cashton ✨Where stories live. Discover now