Capítulo 16.

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NADIE DIJO QUE FUERA FÁCIL.

El tiempo cura todo, pero el tiempo puede ser infinito, entonces no se sabía en qué momento aquella herida sanaría.

Hay cosas que no se debían dejar pasar, por ejemplo, una boda que nunca se realizaría, eso no se debía dejar en manos del tiempo, eso Calum lo sabía, y su familia también.

Una cancelación era sencilla, una explicación, no.

Pero él no estaba para dar explicaciones a otras personas que no fueran sus padres, sabía que debía enfrentarse a aquella plática y no quería demorarse mucho.

Al día siguiente de que Ashton pronunciara palabras tan aliviadoras en su ser, estuvo dispuesto a decirles su decisión a sus padres.

-No quiero saber nada de él, simplemente, creo que, una demanda sería inútil, no lo quiero volver a ver- había dicho después de escuchar los argumentos de su padre y las súplicas de su madre, Mali se había quedado sin habla, porque sabía cómo reaccionaría su hermano.

Y después de muchos minutos en silencio, donde sus padres trataban de no obligarlo a hacer algo que no quería, reflexionaron aquella decisión y accedieron a la petición de Calum.

Y a pesar de que ya se había hecho la cancelación de casi absolutamente todo, sólo quedaba hablar con una persona, Joy le informó a Margaret.

Sin embargo, ninguno sabía que tan demente estaba esa señora, quien estaban furiosa por la decisión.

Según ella, Calum había sido infiel, y tenía la culpa de todo y era una injusticia que cancelaran la boda.

Pero eso no lo sabían ellos.

Lo único que Calum hacía era dormir y tratar de no pensar en todo, aunque parecía imposible. La única persona que lo reconfortaba era Ashton, y le dolía que no hubiera recibido ninguna llamada de su parte.

Se hacía ideas estúpidas en la mente, diciéndose que Ashton realmente no lo amaba o que quizá Ashton ya no lo iba a querer así. Usado.

Y cuando volvía a conciliar el sueño, las pesadillas se hacían presentes.

Cada una con escenas donde Ashton lo despreciaba, le gritaba que no servía para nada.

Se veía a él mismo esa noche y la persona que lo usaba no era Albert, sino Ashton.

Entonces despertaba y sólo así, se daba cuenta de que Ashton jamás le haría aquello, tenía una pequeña foto en su mesa de noche, estaban ambos, Ashton pasaba su brazo por el cuello de Calum y éste lo veía, era la foto perfecta y Mali había decidido enmarcarla y colocarla ahí para que recordara cuanto amor le tenía.

Suspiró y dejó de nuevo aquella foto, quizá ya no estaba el dolor de aquel abuso, quizá aquel moretón desaparecería, pero las malas decisiones jamás lo harían.

Y de lo único que se arrepentía era de haber abandonado a Ashton aquella tarde en esa cafetería.

Se levantó para abrir su ventana, dándose cuenta de que otro nuevo día estaba iniciando. Era como si hubiera perdido la noción del tiempo, tan sólo llevaba dos días encerrado y sentía que habían pasado semanas.

Estaba decidido a hacer algo ese día, algo que tranquilizara los malos sueños y las ideas absurdas.

Así que se metió a bañar, eligió la mejor ropa cómoda y salió por fin de su habitación, encontrándose con sus padres en la mesa. Un olor familiar que lo hizo sonreír ligeramente, provocándole un nudo en la garganta.

Pero soportó las ganas de llorar.

-Buenos días, Calum- saludo su madre sonriente-, siéntate, estoy a punto de servir.

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