El legado que debemos proteger.

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—¿Ah? —Saki miró a Zelda, confundida por no saber si era un insulto o un halago.

—¡Pero es una chica!  —dijo Teba, en un tono ligeramente ofendido.

—Y una fea... Ah, perdón. —Link volvió a guardar silencio en cuanto Zelda lo fulminó con la mirada.

—No creo que sea algo malo, sin embargo... Bueno, cuando vivía en el castillo leía mucho y había libros antigüos que hablaban de la reencarnación y...

En este punto todos estaban con los ojos clavados en la científica rubia que intentaba explicar el fenómeno que se les estaba presentando. Saki y Teba se miraron el uno al otro con expresión asustada, gradualmente se convirtió en una expresión esperanzada en ambos.

—Lo que dice, princesa, es que MI hija... ¿Podría ser la reencarnación del antiguo héroe de los Rito, Revalli? —

—Lo que digo es que debemos investigar más al respecto antes de sacar conclusiones, pero, es una posibilidad. Han pasado ya cien años después de todo...—Zelda contestó con seriedad.

La pareja sonrió con satisfacción ante el comentario de la princesa, lo que confundió bastante al héroe. De cualquier manera, Saki se apresuró con la comida y por fin se sentaron todos a la mesa. Tras una larga comida, Tulin se dispuso a jugar con su nueva hermanita. Parecían agradarse mucho. 

—Son buenos chicos, vendremos a visitarlos en cuanto sepamos más del tema...— Comentó la princesa. 

—Nuestra casa está siempre abierta para ustedes dos, les debemos todo.—Sonrió Teba. 

—Ah, es cierto. Antes de irnos queremos darte algo, Teba.—Siguió la Princesa.—Esta bufanda... Le perteneció al héroe Revalli, queremos que seas tú quien lo sustituya por ahora. Link me ha contado de cómo lo ayudaste y de lo valiente que fuiste al trabajar a su lado para recuperar a Vah Medoh, así que creemos que eres el más apropiado para este trabajo. 

Link sacó de la bolsa que llevaba la bufanda que solía llevar Revalli, la miró con ligero desagrado y luego sonrió con nostalgia. Al final, Revalli no era tan horrible como siempre se había hecho ver a si mismo, era alguien que se esforzaba, era lógico que se sintiera mal consigo mismo al estar en la sombra de alguien más. Sin embargo, Link aún resentía la muerte de su compañero muy arduamente. Había sido su propia incapacidad la que los había asesinado, no sólo a él, sino a todos sus compañeros. Link temía por sus compañeros y por el peligro que suponía ser uno de los campeones de Hyrule, no quería que ninguna tragedia se volviera a suscitar en su equipo, pero sobre todo, no quería perder a nadie más. Pensó un poco en sus memorias, en lo solo que se sentía. ¿Él tenía una familia? ¿Alguna vez fue un hijo, un hermano, o un amigo? Lo único que tenía eran los nuevos amigos que había hecho desde que despertó del Santuario de la Vida y, aún así, se sentía terriblemente mal por no poder recordar nada de su pasado. 

Link le dio la bufanda a Zelda en las manos, ambos se miraron a los ojos y al hacerlo Link encontró un extraño sosiego. Al mirar en los profundos ojos de la princesa, sabía que no era el único en esa situación, que no era el único que se había quedado solo. Peor aún, ella lo recordaba todo. Ella sabía quién era él quizá mejor de lo que él mismo lo hacía. 
Mientras Zelda le ponía la bufanda a Teba, su esposa e hijos aplaudían con emoción. Zelda recitó la misma pequeña ceremonia que hizo con Sidon y le pidió ser también su embajador con el pueblo Rito. 

Ambos se despidieron amablemente y agradecieron la hospitalidad del pueblo Rito, tomando camino de vuelta al Castillo. Si querían descubrir qué sucedería con la hija de Teba, lo mejor era apresurarse a encontrar una respuesta. Zelda no había querido mostrar debilidad frente al pueblo Rito, pero si su teoría de la reencarnación era cierta, esto tendría que saltar a primer instancia en su lista de prioridades. Podría hablar de visitar a Riju una vez hubiese resuelto el asunto. Descansaron en el establo de Tabanta, justo cruzando el gran puente de Tabanta que pasaba por encima del cañón Tanagar. 

Para que no quedemos en el olvido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora