LOBOS SIN COLMILLOS »Y.M« ➳【Segunda Temporada】

➻ Capitulo 25

Eran para ser exactos las once y veinte cinco de la noche, algo no estaba bien, el tiempo tan silencioso como siempre, estaba muy preocupado por su hermano JiHoon lo había visto salir con un grupo de centinelas tan rápido sin decirle nada, pero más temía lo que habría hecho, últimamente el alfa se comportaba de manera extraña era tan abrumador estar al lado del alfa en ningún momento se podía respirar paz, entonces decidió dar un recorrido por el mismo en los alrededores de la mansión de donde vivía, cuando llego a una de las fronteras de su manada un delicioso aroma lo golpeo tan suavemente que se sintió caer ahí mismo.

_ ¿quieres cruzar, DoWoon?_ le pregunto una voz desconocida, volteo rápidamente en busca del dueño de la melodía pero no había nadie_ vamos, hazlo, sigue tu destino_ lo alentó.

_ ¿Quién eres?_ pregunto a la nada, su vista fue aparar al otro lado de la frontera y ahí lo vio un tierno muchacho jugando con unos cachorros, lo sintió tan suyo esa imagen que pensó en que momento de su vida había ocurrió tal hermoso acontecimiento.

_ aun no ocurre, pero es hermoso verse en un futuro, ver todo lo que has logrado, verte a ver seguido tu destino_

_ ¿Quién eres?_ volvió a preguntar quitando su mirada de la bella imagen.

_ No te guardo rencor pero ellos si_ dijo la voz, el alfa trato de hallar algo en aquella palabras_ no te guardo rencor porque sé que no eres como ellos, actuaste por presión de mostrarte fuerte ante cualquier cosa, pero tú solo llevas la condena de saber que le arrebataste su progenitor a un niño, los castigos llegan a su debido tiempo pero lo puedes cambiar_

El lobo del alfa se sintió morir, DoWoon se agarró la cabeza desesperado, un dolor lo invadió en la cabeza provocando las ganas de arrancarse los cabellos con fuerza queriendo aliviar el dolor, sintió que de los ojos corría un líquido se llevó las manos hacia la zona y al ver que era grito, sangre y no era suya.

_ no soy malo pero al menos debo hacerte sentir lo que es ver a tu hijo en la soledad del mundo con un demente queriendo quitarle la vida_

_ ¡basta!_ suplico arrodillándose_ por favor.

_ recuerda, es exactamente lo que él te pidió_ los vientos lo empujaron hasta dejarlo sujetado a un árbol cercano_ recuerda_

Nuevamente el terrible dolor de cabeza regreso, cerró los ojos con fuerza e imágenes de aquella noche lo invadieron a él.

Ahí estaba el tan joven e inmaduro, tan manipulable como un muñeco al gusto de un crío, y ahí en frente estaba su víctima, un omega que sabía que había luchado de mil maneras para aun mantenerse con vida a pesar de haber perdido a su alfa cuando más lo necesitaba en su vida, Lee TaeMin, aquel hermoso omega real de los Artemisa, engreído de Lee JinKi. Tenía un acuerdo, matar al omega con tal de ser parte de una manada como la JiHoon tan fuerte y temible.

Nadie se percataría de un asesinato pues todos pensaban que TaeMin no dudaría mucho tiempo en el mundo de los vivos pues este no tenía a su alfa, y para ellos que un omega no tenga un alfa que lo proteja aún más cuando este estaba en espera del heredero de aquel extenso y hermoso territorio, no le daban aunque sea un poco de confianza de que el omega resistiera, pero el mismo lo sabía, obligó a TaeMin atraer al niño al mundo aun cuando no era el momento.

Lo recordaba, recordaba que amenazó al omega con matar a su hermano y es más deshacerse de JongHyun, quien era hasta ese momento su apoyo, el alfa le daba protección tanto como lo hacía con su propio omega y más cuando la pareja de su hermano estaba con un niño pronto por venir, aun así ante las débiles suplicas él lo hizo, el niño llego al mundo y fue recibido por sus manos pero al ver que este no lloraba pensó que estaba muerto, lo dejo a lado del omega, para que al menos muriese junto a su hijo, y este inmediatamente lo recibió arropándolo contra su cuerpo frío con la muerte corriendo por sus venas. Se retiró por donde había entrado, esperó hasta el amanecer y ahí escucho el gritó de una de las sirvientas y el inesperado llanto de un bebe que pedía por sus padres, por algo de protección.