Capitulo 9: Mis Lagrimas en vano.

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Lucy llegó de un exhaustivo día de trabajo y estudios, sentía su cuero reventado y su mente igual, incluso más.

Se estaba sobre exigiendo, pero eso era un buen comienzo para una vida independiente, y distracciones.

Ya había visto universidades fuera del país, como Stanford, o Harvad, incluso Columbia, faltaban dos meses para año nuevo, ella aún no podía creer que en serio iba a lograrlo.

Miro el televisor por unos minutos, el canal de las noticias en especifico, mientras revisaba nuevos departamentos individuales.

- Hoy se cumplen nueve meses de la huida de Lucy Heartfilia, una chica de diez y siete años sin un Paradero fijo. - Lucy tomó atención - la búsqueda aun no va a los archivos del FBI, y su familia sigue con la esperanza de que aparezca. En otras noticias.

Lucy apago el televisor.

Se levantó con lentitud y camino al baño, una vez dentro se baño pensando seriamente en cambiar el color de su pelo, ya no lo soportaba, apenas se podía mirar al espejo con ese color.

Cuándo salió de la ducha seco su cuerpo con una toalla y seco su cabello, que ya estaba un poco más abajo de sus hombros.

Se detuvo frente al espejo, mirando con meticulosa cautela su cuerpo, su piel, sus ojos. Le dieron ganas de vomitar.

Le dio asco.

Los recuerdos la abatieron, pero no lloro, sabía que sus lágrimas sólo serían en vano. Sabía que a él le encantaba verla llorar, gritar, jadear de dolor, tener su cabello largo y rubio.

No lo soporto.

Se vistió lo más rápido que pudo, se coloco botas y un abrigo, cubrió su cabeza con un gorro de lana. Tomó dinero y su celular.

Salió del departamento rápidamente y bajó por las escaleras, una vez fuera del edificio camino por ya las oscuras calles, pero a la vez transitadas, calles de la pequeña ciudad en la que estaba.

Entró a la primera farmacia que vio y recorrió pasillo por pasillo hasta encontrar los tintes de pelo. Los miro uno por uno, examinandolos con atención.

🥚

Tomo dos, uno de color café y otro de color blanco, no muy convencida dejo ambos donde estaban y rebiso la paleta de colores.

Habia una gran variación de colores, pero ninguno la convencía del todo, solo necesitaba negro, pero no Podía teñir lo de este color, estaría exponiéndose a ser descubierta.

Suspiro con rabia.

Detrás del mostrador había un chicjoo moreno que no le quitó la mirada de encima desde que cruzo la puerta, algo en ella se le hizo familiar.

La había visto, estaba seguro, pero ¿De donde? No lo recordaba. - Mijo, prenda la tele que dan mi telenovela en diez minutos - Su madre le aviso. El moreno hizo caso y prendió la tele.

Aún estaban dando noticias y en la parte inferior de la tele estaba la foto de la chica que desapareció.

- Mire mamá, uste que tiene ojo de alcon.

- ¿Me crees una broma, tu hijo de - La mujer alzó la mano.

- Espere, mamá mamá, no no - Se protegió con los brazos - La chica se allá es la de la tele? - Se relajo cuando su madre tambien la miro.

- Oh, santísima virgen, mijo es la chama de la tele. - La mujer la miro buscar tintes.

Lucy terminó por decidirse por un tinte de color oscuro, uno café o otro morado, que se asimilaba al negro pero con brillos morados.

Camino la caja y los coloco sobre el mostrador - Estos dos, por favor.

Los morenos se miraron, sin saber que hacer exactamente, el chico reaccionó y le cobro - Son tres dolares. - Pronunció lo mejor que pudo, pues el inglés no se le daba bien.

De su bolsillo sacó el dinero y lo dejó ahí, tomó los tintes y salió lo más rápido que podía.

- ¡Mijo, llame rápido a la policía que la chama se nos va! - Exclamó.

- Ya voy, ama. - saco su teléfono y marco el número - ¿Hola? Si, quería reportar a una tal chica, esa chama que estaba desaparecida como hace ocho meses y pico. Ahhh, si la misma... Bueno, ahora no tenía el pelo negrito pero era rubio. Si si, la farmacia de la esquina... Si si, no debe estar lejos... ¿QUÉ? No, no, no, la chama daba miedo, ¿Como la iba a retener?

Lucy estaba por llegar a su edificio cuando escucho la sirena de los autos, su pulso se acelero cuando los carros de policía pararon frente a la farmacia que había entrado.

El hombre moreno que la había atendido salió a recibir a los policías y busco entre las personas hasta que sus miradas se encontraron. La apuntó, y los policías se dieron vuelta en su dirección.

Lucy se dio vuelta con rapidez y empezó a correr, esquivo personas escuchando los gritos de los hombres detrás suyo.

No quería volver.

No quería.

No quería.

Sintió que tropezaba y apenas pudo mantener el equilibrio, se fue contra el cemento y cubrió su rostro para no lastimarse.

Pero nunca sintió el impacto, en cambio, su cuerpo chico contra algo duro pero que no lastimo nada de su cuerpo.

Con le tirud fue abriendo los ojos y se encontró con un pecho, alguien se había puesto para que no chocará, el aroma se le hacía familiar, incluso atrayente pero no era momento.

Levantó la mirada para disculparse y volver a correr pero su cuerpo se heló, apretó los dientes con rabia y sintió las ganas de llorar de cólera.

- Te atrape.

Bajo ella estaba el chico pelirosa que le había revelado su insólita verdad. Se levantó con rapidez para correr pero Natsu la agarro nuevamente, ¿Como se levantó tan rápido?

Rogue y Laxus se abrieron paso entre la multitud, la miraron con alegría, pero a al vez con miedo. Lucy les Rugió con la mirada y se trato de zafar del agarre de Natsu.

- ¡Sueltame! ¡AHORA! - Grito.

- No puedo.. Lo siento... - Natsu se acerco a ella.

Su cuerpo se empezó a sentir débil y dejó de sentir la punta de sus dedos, reemolazandolos por un incomodo cosquilleo, su garganta se seco y se derrumbó en los brazos de Natsu cayendo en la oscura y fría inconsciencia, en la cual rogaba nunca volver a salir.

BABY GIRL. [ N A L U ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora