Parte 13: EL PARTIDO

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Ha llegado el día del torneo por la cancha de baloncesto, le he dicho a mi colega que si ganamos con mi ayuda y demás me deje usarla todos los viernes, básicamente la he alquilado para llevar a Megan y a Yaris de vez en cuando para jugar y eso. Me pongo la ropa que suelo llevar en clase de gimnasia, solo que acompañada con una camiseta roja, pues es el color que llevaremos para diferenciarnos entre nosotros. Bajo corriendo por las escaleras y como siempre mi madre está ahí para decirme que deje de hacerlo pues algún día me romperé la cabeza contra el suelo.

Llego hasta la cocina y cojo una manzana y un jugo, me hago varios bocadillos y pillo algo de dinero para después del torneo, sé que a los demás les hará ilusión celebrar la victoria. Sé lo que estáis pensando, que soy un prepotente y un confiado, pero sé que ganaremos, es algo así como mi dosis de confianza.

- ¿Se puede saber a dónde vas con tanta prisa?- pregunta mi padre de fondo.

- Tengo un torneo de baloncesto en el polideportivo, llegaré un poco tarde, voy a cenar con Megan en la noche.- digo poniéndome la mochila al hombro.

- Me gustaría ir a verte jugar algún día, te daré una paliza jugando.- suelta de nuevo mi padre.

- Tu sueñas papá.- respondo riéndome de él.- bueno que llego tarde.

Le doy un beso en la frente a mi madre y le rebujo el pelo a mi hermana la cual se queja enseguida de lo que le he hecho en el pelo.

Corro hacia la casa de Megan cuando oigo un grito en una de las calles, veo a un señor que sale corriendo a toda velocidad llevando un boldo en sus manos y a una mujer saliendo detrás de él, gritando que le han robado. Yo solo pongo los ojos en blanco y corro detrás del tipo, pillo unas muletas viejas de un cubo de basura, parecen en buen estado así que servirán. Cuando tengo al ladrón de medio pelo cerca le tiro la muleta dándole en plena cabeza, fui hacia él y lo até mientras el tipo se mantenía inconsciente y agarré el bolso de la mujer. Volví sobre mis pasos y se lo devolví con toda la tranquilidad, casi como si no hubiera salido a toda leche para pillar al ratero.

- Muchas gracias joven, pensé que no podría recuperarlo.- dijo la señora sonriéndome dulcemente.

- No ha sido nada, no es justo que pierda sus pertenencias por un tipo como ese.

- Deja que te lo agradezca como es debido.- dijo de nuevo pero esta vez sacando la cartera.

- Oh, no, no, no lo he hecho por gusto, me sentiría mal si recibiera dinero por esto.- respondí rascándome la nuca.- de verdad que no es necesario.

Al final me fui solo con la satisfacción de la señora, pero así es como debe ser, la ayudé sin que ella me pidiera ayuda expresamente y me pesaría en la conciencia haberlo hecho a cambio del dinero de una mujer que posiblemente viva de su pensión.

LOS PASOS DE MIS PADRES (amar o no amar 2)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant