Parte 24: EL INCULTO Y LA PRINCESA.

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NARRA MARIAN

Después de comer y de que mi hermano y Asher se comunicaran a través de lenguaje de signos, claro que nos traducían a Megan y a mí todo lo que se decían, Alex tuvo que volver al trabajo con su ex novia y la hija que supongo comparten.

Lo bueno es que ahora mi compi de química y yo estábamos totalmente a solas en la gran casa de mi hermano mayor. Enseguida pusimos alguna película e hice palomitas.

Asher me confesó que no es del todo sordo, puede escuchar ruidos fuertes y si se pone auricular puede bajar un poco el volumen de lo que escucha. Eso me da la idea de enchufar los cascos a la televisión y que pueda escuchar la peli al menos por un oído al igual que yo, cuando me lo agradece me siento demasiado bien conmigo misma a pesar de que es lo menos que puedo hacer por él.

Nos acurrucamos en el sofá o, más bien, él se encuentra sentado mientras que mi cabeza descansa en sus piernas y el resto de mi cuerpo descansa en el resto del cómodo mueble del salón. La verdad es que es la mar de cómodo y las caricias que Ash comienza a darme en el pelo me dejan atontada en cuestión de segundos, es tan jodidamente delicado conmigo que me cuesta pensar que realmente tiene mi edad. Sé por experiencia que la mayoría de chicos de mi edad e incluso mayores tienen el cerebro lleno de serrín.

Pon un momento las yemas de los dedos de mi compañía rozan una pequeña cicatriz en mi cabeza, una de esas que entierra la traumática escena que tuve que pasar a los 7 años cuando aquel hombre, al que en su momento llamé lobo, me llevó de la mano de mis padres. Un escalofrío me recorre por completo el cuerpo al recordar lo mal que lo pasé y por supuesto él lo nota y detiene sus caricias.

Lo miro con cautela y veo un destello de decepción al pensar que sus caricias no son de mi agrado, por lo que me incorporo y hago que me preste toda su atención.

- ¿Por qué paras?- pregunto sonriendo.

- Pensé que... no te estaba gustando... te encogiste.- dijo y creo que cada vez habla de una forma más fluida, espero que no sea mi imaginación.

- No es eso... es la cicatriz...

- La noté... pensé que te la habrías hecho de pequeña en alguna caída o algo parecido.

- No exactamente... un hombre, hace 10 años me secuestró. Estaba tranquilamente jugando con mis peluches en mi habitación y ni siquiera recuerdo cómo fue que entró a la casa. Solo recuerdo sus manos en mi pelo, un golpe en la cabeza y despertar en un sitio oscuro, frío y sucio. Mi hermano y mi padre fueron a salvarme y mi papá acabó en el hospital durante un tiempo. Alex fue el que me sacó en brazos de aquel sitio y después ayudó a mi padre a ir al médico.- le cuento mientras su sorpresa no para de crecer en sus ojos y su boca se mantiene semi abierta.

En contra de cualquier cosa que pudiera esperas, Asher me abraza y me besa con la mayor de las dulzuras que nunca esperé. El beso es casi protector, es casi como si... intentara que mi cerebro olvidara lo que pasé aquella noche.

Aún recuerdo cuando tuvimos que ir a ver a Alex a la cárcel, cuando mi hermano mayor de apenas 16 años me miró a los ojos y me sonrió sin arrepentirse ni un solo minuto del asesinato que había cometido. Cuando me cogió en brazos sin esfuerzo y me dijo que el leñador había cazado al lobo por fin y que este no volvería a hacerme daño nunca más.

En ese momento pensé que tenía el hermano más genial del mundo... y aún lo pienso.

- Siento mucho que lo hayas recordado... jamás he pasado por nada parecido pero... creo que eres muy valiente... y tu hermano no es humano.- dice medio en broma.

LOS PASOS DE MIS PADRES (amar o no amar 2)Where stories live. Discover now