Parte 21: BLAIR Y ASHER

17 1 2
                                    

Llevo a mi hermana a mi edificio ya que la he tenido que recoger y ha merecido la pena pues pude volver a jugar un pequeño partido de baloncesto contra los idiotas actuales del instituto, volver a esa cancha ha sido, cuanto menos, liberador.

Nada más llegar veo como Megan me mira desde su escritorio justo a la derecha de la entrada de mi despacho y después se fija en Marian, seguro que piensa que soy un depravado y que me acuesto con niñas que aún no llegan a la mayoría de edad. Aunque una parte de mí solo espera que no me recuerde la otra lucha por decirle de una vez quien soy y para quien trabaja, quiero hacerle demasiadas preguntas mientras que al mismo tiempo quiero echarle en cara demasiados hechos.

Marian se mete dentro de mi despacho sin ni siquiera mirar a Megan, cosa que en parte me alivia. Yo solo me acerco al escritorio de mi nueva y bella secretaria. Veo que ya ha arreglado el desastre que era ese escritorio hace unos 40 minutos, es diligente y rápida, cosa que nunca dudé... al fin y al cabo no todo tiene que cambiar con el tiempo.

- Ya estoy de vuelta señorita Harper, pero solo pásame llamadas importantes.- le digo a lo que ella asiente tras mirarme con sus enormes y brillantes orbes azules como el mar.- ¿Va todo bien?- pregunto a sabiendas que tiene ganas de llorar, sigo conociéndola como nadie.

- Sí, es solo que mi hija tiene un problema en el colegio y no sé con quién dejarla hasta que termine de trabajar.- dice apenada y quizás algo avergonzada.

- Puede traerla con usted siempre que sea necesario mientras no moleste a los demás empleados.- respondo con ganas de conocer a la pequeña hija de la mujer a la que sigo amando.

- Muchas gracias, señor Sanders.- me dice con una linda y perlada sonrisa que hace que una punzada de dolor aparezca en mi pecho, más el efecto que ha marcado en mí al llamarme señor Sanders.

Le sonrío de lado como respuesta y me meto en el despacho para ver a Marian sentada en uno de los sofás que se encuentran a la derecha de la puerta, es como la sala de reuniones informales. Mi pequeña hermanita mira por los grandes ventanales de mi despacho, como si por de un momento a otro fuera a salir volando para explorar el horizonte. Sé que le encanta imaginarse como un ave o como alguien capaz de descubrir lo que ningún humano haya visto jamás, la viveza de su imaginación no ha disminuido en estos 10 años.

Sonrío al verla así, tan ensimismada y le sirvo un poco de té para dejárselo en la elegante mesita de cristal que decora el centro del lugar en el que se encuentran los sofás. Al notar mi presencia, Marian me mira, noto como cada engranaje de su cerebro repica al pensar en el lío en el que se ha metido.

- Si me permites un consejo... no merece la pena que desgastes tu cerebro por un chico como Nico.- le digo sentándome en el sofá de enfrente.

- Lo sé pero no puedo evitarlo... era tan dulce, tan tranquilo... puede que su cerebro no sea el más desarrollado, pero fue el primer chico que me apreció como soy, con mi frikismo y mis amores literarios, con mi afición por la ciencia... con todo y ahora solo es un manojo de celos.

- Si te soy sincero me sorprende que un tipo como ese haya sido fiel.- digo sin pensar mientras me acomodo.

- No lo ha sido, pero le perdoné... muchas veces... no quiero que pase lo que le pasó a mamá... o lo que te pasó a ti.- me dice y yo solo puedo sonreír de forma amarga.

- Eso no te pasará a ti, tú eres mucho mejor que eso, no tienes que sufrir por nada ni por nadie y yo siempre estaré aquí para ti, eres mi hermanita y tengo que protegerte.

- Gracias hermanito.- me dice con su bonita sonrisa que tanto me recuerda a mamá.

- De nada... ahora solo tengo ganas de volver al instituto y matar a ese estúpido de tu ex por serte infiel.- río y voy a mi escritorio seguida de mi hermana, que acaba sentándose en mi regazo de la forma más inocente del mundo, no penséis mal que somos hermanos.

LOS PASOS DE MIS PADRES (amar o no amar 2)Where stories live. Discover now