misplaced criminals ー nct dream

mark & renjun.

Tomó la cuchilla y la colocó en el cuello de su adversario, provocando que éste se quejara y gimiera por el miedo. También quería gritar, pero el chico se lo impedía porque la otra mano le tapaba la boca con fuerza, impidiéndoselo.

—Te he dicho que me dieras todas tus cosas, ¿no es así? —Le susurró en el oído. La víctima asintió desesperadamente —¿Entonces por qué no haces caso?

Rápidamente el hombre le entregó el pequeño bolso que traía, y junto con eso tiró su billetera, sus anillos y su teléfono.

—Buen chico —Le sonrió con malicia —Pero aún falta una última cosa. —Comenzó a acercarse lentamente, sin dejar de mirarlo fijamente. Antes de que ésta pudiera arrancar, la agarró del brazo, haciendo que girara bruscamente y quedara frente a él. Soltó una risita; tomó de nuevo el cuchillo, y le hizo unos cuantos cortes en la cara a su víctima. Dos en cada mejilla, y uno en el labio; y unos que otros más en el cuello. Sus dedos cosquilleaban de la adrenalina que sentía en ese momento; y no podía evitar reírse de la emoción que sentía. Un sentimiento placentero recorrió todo su cuerpo al ver que la sangre comenzaba a salir de su cuerpo.

—Vamos Mark, ya tuviste suficiente —HaeChan. El chico lo fulminó con la mirada, pero le hizo caso igual. Se levantó del suelo y dejo ir a su víctima. No sin antes amenazarlo a muerte si decía algo sobre él.

—¿Por qué siempre interrumpes mis momentos de felicidad, DongHyuck? —Dijo con molestia mientras sacaba un pedazo de papel higiénico y limpiaba el cuchillo y sus manos empapadas de sangre.

HaeChan rio. Se acercó un poco más a Mark, y este no pudo evitar sentir un cosquilleo en sus entrañas.

—Me encanta joderte, Mark —El chico se acercó más a él, sus labios estaban a punto de tocarse, y Mark se estaba esforzando por no besar esos carnosos labios, los únicos que hacían que su cuerpo cayera rendido. «Si tan sólo supieras cuanto te deseo, HaeChan.» Era lo que Mark pensaba mientras evitaba la mirada de su compañero. Lo hacía volverse loco, lo tenía totalmente perdido. Perdido en sus ojos, en su forma de mirar tan profunda y atrapante. En sus labios tan carnosos y deseables, tan rosados que se le hacía casi imposible el no querer besarlos. Para Mark, HaeChan era la perfección hecha persona.

—Jódete —Fue lo único que se le ocurrió responder. Estaba nervioso debido a la atrevida interacción que Donghyuck había hecho previamente. El susodicho rio y miró los labios de Mark. A HaeChan también le gustaba él, se deseaban mutuamente, pero Mark no lo sabía, porque DongHyuck nunca se había atrevido a decírselo. Ni siquiera sabe si le correspondería. No se sentía seguro con respecto a la orientación sexual del mayor, y eso era lo que le causaba miedo. ¿Qué pasaba si se confesaba y resultaba ser que Mark no era homosexual? Qué vergüenza más grande sentiría en ese momento. Por lo que, hasta el momento, no se le confesaría, no hasta sentirse seguro de los sentimientos del otro.