mission three: the most difficult.

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Empezaba a pensar que todo esto estaba mal, el arrepentimiento llegaba a su corazón como una apuñalada. ¿Hizo lo correcto al aceptar? ¿Hasta cuándo seguirían así? ¿Semanas? ¿Meses? ¿Años? No lo sabía, y la respuesta lo aterraba. Miró a sus compañeros, quienes reían mientras hacían sus estupideces. Soltó una risa amarga. Sí, había hecho mal, y estaba muy arrepentido. ¿Cómo se podía regresar en el tiempo? Porque lo necesitaba ahora ya.







A lo mejor estaba siendo muy dramático, a lo que él se dedicaba ahora no era tan malo, recibía su buen de dinero, y lo que le mandaban a hacer no era tan complicado en comparación con todo el dinero que recibían, porque, bueno, en realidad, a ese loco le sobraba el dinero. Podría limpiarse el culo con ellos si quisiera.







Sacó la carne de la parrilla, el olor a carne asada le estaba haciendo agua la boca, y el humo empezaba a ahogarlo. Dejó los grandes pedazos en el recipiente de su derecha, y se sentó un rato en la silla de al lado. Abrió la helada lata de cerveza, escuchando el "tss" del gas saliendo del envase. Se tomó un par de grandes sorbos, soltó un suspiro de alivio y dejó la lata a su lado. La música de fondo le daba el toque a la escena que veía en frente suyo. Jisung y Jeno molestándose entre ellos, riendo a carcajadas y actuando como niños pequeños. ¿Hace cuánto que no veía a Jeno reír? Desde que Jaemin se fue, no volvió a sonreír en un largo tiempo, hasta ahora. Sonrió también, sintiéndose feliz por Jeno, quien volvía a recuperar su felicidad. Sin darse cuenta una lágrima cayó por su mejilla, se había conmovido, y es que bueno, eran sus mejores amigos, y el verlos de esa forma luego de difíciles momentos, lo hacía ponerse sensible.







—¿Qué? ¿Acaso el niño más rudo e intimidante del país está llorando? No me lo creo, tengo que inmortalizar esto —Ese era Donghyuck, quien se acercó a Mark al verlo sentado solo. Mark esbozó una sonrisa.







—No estaba llorando, tú lo estás —Apartó la mirada. Si había algo que Mark odiaba, era que lo viesen llorando; no le gustaba mostrarse sensible ante los demás, porque sí, Mark lloraba al igual que los demás, sólo que no le gustaba hacerlo de manera pública.







El menor se acercó más a él, para sentarse en su regazo y apoyar su cabeza en el pecho del mayor. Mark lo cobijó con sus brazos, a la vez que con su diestra acariciaba su cabello de forma suave.







Todo en ese momento era risas y felicidad, los chicos por fin tenían un momento para ellos luego de semanas sin poder hacer nada que se les antojara. Extrañaban el poder ser rebeldes, salir a hacer de las suyas y que nadie los atrapase. Vivir escondidos, camuflándose entre la multitud que, en vez de convivir con ellos, deberían de temerles. Eso extrañaban, hacer lo que más les gustaba, por más extraño que suene.









Mark y Donghyuck se quedaron así por unos minutos, sin articular palabra, cada uno en sus pensamientos, hasta que llegó Renjun con lo que faltaba.







Mark sacó la otra carne que quedaba de la parrilla, llevando en sus manos la gran olla. Los demás, por otra parte, ya estaban sentados esperando hambrientos la comida.







Las risas de todos eran audibles, constante, y, por sobre todo, sincera. ¿Hace cuánto tiempo no tenían un momento así? Meses.







—Jisung, te reto a tomarte tres latas de cerveza en un minuto —Dijo Chenle. El nombrado se encogió de hombros, convencido de que lo lograría. Sin pensarlo mucho tomó las dos latas, comenzando por una. A los segundos ya estaba abriendo la otra, tragándose todo el líquido como si fuera agua. Terminó con la boca toda mojada, agregándose un eructo que se escuchó por toda la mesa.







misplaced criminals ー nct dreamWhere stories live. Discover now