special chapter: genesis, the beginning of chaos (1)

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Dejó que sus lágrimas cayeran, de todas formas, nadie lo estaba viendo, ni mucho menos escuchando. Sentía su corazón encogerse, y le dolía, muchísimo, a decir verdad. Tan sólo era un niño, ¿por qué lo hacían sufrir de esa manera? No le gustaba sentirse presionado. Él tan sólo quería disfrutar de la poca niñez que le quedaba, ¿tan malo era hacer eso?



Sus padres eran una mierda. Una completa mierda. No lo dejaban vivir en paz, y por más que él intentase convencerlos, no había caso. Porque sólo los estudios importaban, porque el que salga con sobresaliente era lo único que importaba. ¿Dónde quedaba su niñez? Por favor, tenía casi doce años, y en ningún momento pudo decir que se sentía satisfecho de ser niño. Era asqueroso.



No iba a negar que un leve sentimiento de querer asesinarlos nacía desde dentro, como una pequeña raíz creciendo paulatinamente, y es que, tenía razones, muchas, a decir verdad, pero, no lo haría, por más que quisiese. No era tan enfermo, o eso creyó.



Sin darse cuenta, se quedó dormido, pensando en todo aquello que lo atormentaba. Necesitaba a alguien, porque ni amigos tenía.



Su sueño se vio interrumpido al día siguiente por la alarma, que anunciaba que debía levantarse. Gruñó, al mismo tiempo que pensaba en alguna excusa para quedarse en casa. Su madre entró, haciendo ruido con sus molestos tacones golpeando el piso.



—Levántate ya. Tienes examen hoy, y si te va mal ya sabes las consecuencias —Lo miró con el ceño fruncido, como era lo habitual. Sin mentir, odiaba a su madre, nunca, y de verdad, nunca, Mark oyó a su madre decirle "te quiero" ni siquiera alguna muestra de cariño, siempre había sido distante y tajante, lo mismo pasaba con su padre, de hecho, con él ni siquiera hablaba, tan sólo lo saludaba cuando llegaba del trabajo, y nada más.



Mark suspiró y asintió, sin articular ninguna palabra. Se zafó de las sábanas y se puso de pie para colocarse el uniforme, el cual, por cierto, estaba perfectamente planchado y en perfecto estado.



No dijo nada en ningún momento, salió de casa sin decir absolutamente nada. No era inusual, era algo que pasaba prácticamente a diario, y es que, ni él tenía nada que decir, ni sus padres tenían nada que decirle.



Apenas salió de casa se colocó su polerón, aquel que siempre usaba encima del uniforme. Odiaba las reglas con toda su alma, y es que tenía una especie de trauma con ellas, no hay para qué mencionar quienes son los culpables de esto.



Mark no tenía amigos. El único que tenía se fue de intercambio a otra ciudad, y era su primo, por lo que ahora se la pasaba solo en todas partes. Comía solo, andaba solo por los pasillos, se iba solo a casa, y así rutinariamente. Se lamentaba por ser tener una vida tan miserable y marginal.



Su sentimiento de rebeldía crecía cada vez más, y poco faltaba para que explotara. Estaba solo en casa, nadie podía oírle, ni mucho menos verle. Podía hacer cualquier cosa en ese momento, y claro, no iba a perder el tiempo.

misplaced criminals ー nct dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora