6

383 42 0
                                    

Dos toques a la puerta fueron suficientes para escuchar el repentino giro lento de la perilla. El viento que el movimiento brusco de la puerta de madera hizo correr, traía con él la dulce fragancia de aquel extraño chico.
Pero no podía verle, mi vista simplemente se quedó fija en su pecho, su camisa blanca formaba una pequeña "v" y agujeros a cada lado entrelazaban entre ellos un pequeño listón delgado.

Cuando fui capaz de reconocer su mirada fuerte en mi, miré aún más abajo. Me sentía apenada e intimidada. Estuve un tiempo viendo sus zapatos, eran como los de casa. Unas simples zapatillas de dormir. Se veía muy cómodo.

Me di cuenta de que movió su cuerpo a un costado, no le veía la cara, pero pude descifrar el significado de aquella acción. Me había invitado a pasar.
Me abracé a mi misma y me abrí paso dentro de la habitación.
Sí, de nuevo, era bastante linda. En realidad, era igual que probablemente todas las de la edificación, pero la de él lucía más cómoda, diferente...no lo sé, quizás sólo lucía así para mi y no sabía por qué; pero me intrigaba saberlo. El ambiente era cálido, me hacía sentir bienvenida y al mismo tiempo nostálgica. Como si éstas mismas paredes que rebotaban luz, guardaran dentro muchos recuerdos fríos y poco agradables. Y yo quería saberlo. Quería saber lo que había del otro lado. Pero estaba segura de que antes, tendría que hacer y decir muchas cosas para averiguarlo.

Cerré los ojos, suspiré. Mis dedos presionaban fuerte en mis palmas, en forma de puños y mis hombros subieron y bajaron de manera violenta mientras dejaba caer mi cabeza hacia atrás.

Me relajé.

-Todo pasó muy rápido. Un día estaba riendo junto conmigo en su habitación, hablándome sobre aquella chica que tanto le gustaba...y al siguiente ni si quiera podía verle, pues su cuerpo estaba siendo investigado para determinar la causa de muerte.
16  de Noviembre de 2017. Seis meses exactos desde la última vez que le vi, seis meses exactos desde la  última vez que había tocado el violín. Y seis meses exactos, desde la última vez que hablé, hasta que apareciste tú.

Di la vuelta, y le miré curiosa inclinando mi cabeza a un lado.

-¿Quién eres?, ¿por qué contigo no puedo callar?, ¿por qué siento la necesidad de hablar cada vez que te veo?, ¿qué es lo que pasa?

Hubo un momento bastante largo de silencio donde ambos sólo nos mirabamos. Ninguno sabía qué decir o qué hacer, y es que, en realidad, puedo asegurar que él se preguntaba lo mismo.

-Min Yoongi. En realidad yo me hago las mismas preguntas.

-¿Por qué estás aquí?

-No es asunto tuyo.

Pasó junto a mi empujando levemente mi hombro y se recostó en su cama. Me encaminé  hacia el pequeño sillón frente a ésta y pensé con cuidado en mis palabras.

-La canción...-Me miró.- Sí conozco la canción.

-¿Qué?- Tomó asiento en la cama.

-No sé cuál es su nombre. Pero nunca la había escuchado realmente hasta que la tocaste tú porque...porque es parte de un sueño que alguna vez tuve.- Me miraba con el ceño fruncido.- Tengo éste sueño recurrente, en el que me veo a mi misma tocando el violín en un salón grande, con una acústica impresionante y un eco increíble. Toco firmemente la pieza yo sóla, sin ningún tipo de acompañamiento. Pero a lo lejos puedo escuchar un piano desconocido, que trata de seguir mis notas. La firma clave de sol que ajusta hermosamente al sonido de mi instrumento. Pero ni el piano ni el pianista son visibles para mi, miro a todos lados tratando de descubrir quién o qué pero, nunca soy capaz de ver nada.

Su mirada estaba perdida en algún lugar de la habitación. Parecía que trataba de asimilar mis recientes palabras.

-Yo también escuché la canción en un sueño.- Le escuché atentamente.

En realidad parecía como si estuviera hablando más para él que para mi, pero cualquier cosa me sería de utilidad. Sólamente quería saber más de él, qué estaba haciendo aquí y cual era nuestra conexión, porque, claro que había alguna.

-Toco el piano tranquilamente hasta que escucho al violín tratando de seguirme, pero el volúmen no es suficientemente alto para que pueda escucharlo claramente. El piano desaparece a medida que el sonido del violín desconocido se aleja. Y grito en la oscuridad, tratando de saber lo que pasa, tratando de recuperar de nuevo los instrumentos que se distancían cada vez más.
Usualmente despierto a mitad de la noche sudando y con el pecho agitado. Desde que descubrí que había un piano en el salón principal, cada vez que tengo éste sueño, voy y trato de recordar la pieza para poder tocarla. Pero nunca soy capaz de completarla, y cada que trato de escribirla, el recuerdo se borra por completo.

-¿Cuándo  fue que...?

-Toda mi vida. Comencé a tocar el piano por la necesidad de saber qué significaba esa canción, qué era lo que faltaba para completarla y por qué la soñaba. No recuerdo haber escuchado a otra persona tocarla hasta que llegaste tú. Porque siempre creí que me pertenecía.- Me miró.

De nuevo nos quedamos sin palabras, hasta que sonreí. Cosa que no había hecho en un largo, largo tiempo.

-Quiero saber más de ti, quiero que tú sepas más de mi. Necesito saber por qué ésta canción nos conecta, de qué modo y a dónde quiere llegar. Necesito saber lo que hago aquí...
Y necesito de ti para descubrirlo.

Rió sarcásticamente y se levantó de la cama, se dirigía a la puerta.

-¿Qué te hace pensar que yo quiero ayudarte?

Me levanté y le seguí.

-¡Oh, vamos! Sé que quieres saberlo tanto como yo.

-¿Qué te hace...?- Coloqué mi mano sobre la suya cuando ésta tomó la perilla de la puerta.

-¿Creer que quieres saberlo?- Retiré su mano y pasé frente a él recargándome de la puerta, mirándole de frente. Sus ojos eran muy profundos, miraban a los míos fíjamente, lo que me hizo temblar internamente por un segundo. Pero aún así hablé segura.

-No creo que quieras. Creo que necesitas. Justo como yo, y estoy muy segura de que sabes que como yo necesito de ti, tú necesitas de mi. Sé también que no soy la única que fue capáz de tocar por completo la pieza por primera vez cuando tocamos juntos en el salón.

Sonrió de lado.

"Engreído..."

-Bien, bien. No debes rogarme, te ayudaré.- Su sarcásmo era adorable.

Le sonreí. Al parecer era lo único que haría desde ese momento...sonreírle.

~
Yoongi's story concept.

~Yoongi's story concept

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝓚𝓮𝔂 || ᴍ.ʏ.ɢWhere stories live. Discover now