𝓚𝓮𝔂 || ᴍ.ʏ.ɢ

16

Febrero 21, 2019.

Oficialmente era el segundo cumpleaños sin Taehyung, la melancolía podía fácilmente respirarse en el aire fluyente en cualquier momento, en cualquier lugar.
Una pequeña parte de mi se sentía triste y la otra, de mayor tamaño se concentraba dentro de mi corazón latente al ver a Yoongi correr y saltar por todo el jardín. Hace unos meses que él le había pedido a Mi-Suk información sobre mi; fechas importantes, cosas que me gustaban, cosas que no. Dentro de ellas estaba mi cumpleaños.

Yoongi tocó a la puerta de mi habitación muy temprano esa mañana junto con Haneul y la directora Jung. Los tres sonreían tan felices que me fue casi imposible pensar en que la causa de su alegría era algo tan simple como mi cumpleaños. La directora llevaba en sus manos un pequeño panqué de nuéz, no me percaté de la razón de ser de éste hasta que las palabras "feliz cumpleaños" fueron pronunciadas al unísono por los labios de las tres personas de pie frente a mi puerta.

Min Yoongi se comportó como todo un caballero ese día, realmente estaba dispuesto a verme sonreír en mi cumpleaños y todo el tiempo que éste durara. A decir verdad, lo consiguió y no le fue tan difícil pues estar con él era ciertamente lo único que necesitaba para mantener una sonrisa en mi rostro.

-¡Min Yoongi, ven aquí!- El pelinegro no tardó en llegar corriendo a mi lado bajo el gran árbol.

-Lo siento, ¿qué sucede?- Su respiración era agitada debido al movimiento contínuo que había tenido por el último par de horas en las que había estado jugando con Haneul.

Anteriormente me había encontrado sentada bajo la sombra de ese gigantesco árbol, así que me puse de pie para estar un poco más al alcance de su mirada. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que sin importar la hora o el lugar, yo era dueña de toda la atención de Yoongi al estar con él. Sus ojos siempre estaban puestos en mi y sin importar si era para intimidarme, para alegrarme o simplemente un acto que no se debía a nada más que pura inercia, sentía que me pertenecía. Su atención, todo él me pertenecía por unos minutos y el pensar en que fue así desde el primer momento en que me encontré con él, me hizo sonreír.

-¿Hye?, ¿qué pasa?- Le sonreí.

Esa sonrisa fue la más auténtica y honesta que había salido de mi desde hacía un tiempo atrás. Él me sonrió de vuelta y no esperé más para hacer algo que había querido hacer todo el día: le abracé y en cuanto él correspondió al gesto me incliné hacia su oído y le susurré:

-Gracias, Min Yoongi. Gracias por existir.

Sentí que su respiración se detuvo por unos cuantos segundos al escuchar mis palabras y ésta volvió al momento exacto en el que sus brazos rodearon mi cintura con más fuerza. Acto seguido, sentí un suspiro que exhalaba aire caliente en mi cuello.

Estaba feliz, estaba muy feliz. No creo ser capaz algún día de expresar con palabras lo bien que Min Yoongi me hacía sentir con tan sólo mirarme, con tan sólo sentarse sobre el viejo banquillo del piano y mover sus dedos sobre las teclas. Al tener éste pensamiento pasando por mi cabeza, me separé de él.

-Hay sólo una cosa que quiero en mi cumpleaños más que cualquier otra.

-Lo que sea.

-Toca conmigo, ésta noche.- Pareció pensarlo por un instante que pasó demasiado lento en mi cabeza.

-Está bien. Te veo en el salón a media noche.

Asentí con una sonrisa de satisfacción en el rostro y dejé que el tiempo pasara hasta llegada la hora en que debía encontrarme con él. Limpié mi violín hasta que la madera brillaba más de lo que el propio barniz por sí solo lograba, arreglé mi cabello con mis manos y me coloqué un labial color ladrillo que Mi-Suk me había obsequiado en navidad. Quería lucir bella, quería que Min Yoongi me viera de ese modo. Cuando llegó la hora, preparé mi instrumento y tomé camino hacia el salón pensando en la primera vez que lo vi, la primera vez que escuché su voz, la primera vez que me miró, la primera vez que lo escuché tocar, la primera vez que me sentí vulnerable ante la presencia de un chico. Pronto descubrí que me había cautivado desde el primer momento.