9

335 45 0
                                    

Seis meses habían pasado demasiado rápido de mi primer día ingresando a Rydell.
Mi tratamiento iba bien, mis terapias iban bien, y yo cada vez comenzaba a hablar más con otras personas que no fueran Yoongi. Realmente no me animaba a hacer más amigos, pero al menos con Mi-Suk, los doctores, terapeutas, psiquiátras y psicólogos había logrado cooperar.

Tampoco puedo olvidarme de Haneul, esa niña se había vuelto bastante importante para mi. Realmente aún no sabía el por qué estaba ahí, o cuál era exáctamente su relación con Yoongi, pero me agradaba. Y era muy satisfactorio para mi ver a Yoongi ser adorable con ella, casi como un hermano mayor. Se parecía a Taehyung, y eso me hacía valorar las escenas en las que interactuaban frente a mi mil veces más

Si me centro específicamente en Yoongi, para ser honesta, no sabía lo que  pasaba. Y es que algo dentro de mi no se sentía correcto cuando estaba con él, porque pedía más que sólo mirarle a cierta distancia y hablarle.
Pedía acercarse más a él, tocarle y conocerle aún más. Creía conocer lo necesario acerca de él pero cada vez que lo veía, sólo quería saber más. No sabía qué era lo que me sucedía, o si él se sentía de la misma manera.

Nuestra conexión musical cada vez era más fuerte, sin embargo, aún no lograba llegar a descubrir cómo era posible la existencia de ésta. Quería saberlo, pues me resultaba maravillosamente peculiar e interesante, pero al igual que mis sentimientos, sólo parecía ser un rompecabezas interminable, al que le faltaban probablemente más de dos piezas para ser completado.

-¿En qué piensas?

-¿Uh?- Ambos estábamos sentados en el banquillo del piano, pero yo había dejado de estar presente unos momentos atrás, cuando mi mente decidió irse volando a otra parte sin más y Yoongi pareció notarlo.

-Has estado bastante distraída últimamente. ¿Ocurre algo?

-¿De qué hablas?- Estaba nerviosa.- Yo soy la misma de siempre, nada es anormal.

-Si tú lo dices...- Yoongi colocó sus dedos sobre las teclas de nuevo. Hace poco había llegado a la conclusión de que quería tocar el piano, así que él se ofreció a enseñarme. Conocía algunas cosas que Taehyung me enseño cuando éramos más jóvenes, pero no recordaba mucho de ellas.

-Ah, Yoongi.- Titubeé. Dios santo, ¿por qué estoy tan nerviosa?, ¿cómo es ésto posible?

-Dime.

-Tú...¿Alguna vez tuviste novia?

La pregunta salió de mi boca de manera repentina, tan inesperadamente que incluso yo misma fui sorprendida por la seguridad con la que mis palabras fueron disparadas sin control alguno.
¿Por qué había preguntado eso?

-¿Estás tratándo de decirme algo?

-¿Qué?, ah, ¡No!, no...Yo sólo...es sólo que-

-Por supuesto que tuve novias y salí con chicas, ¿tú crees que siempre fui un vago sin remedio? Aish, tú...

-Eso...eso no fue lo que quise decir, Yoongi.

Estaba nerviosa. Demasiado. Mi temperatura corporal había comenzado a subir, ¿qué me pasaba?

-Yah, estaba bromeando, Hye.

-Ah...¡Aish, tú!- Le empujé un poco y cubrí mi rostro, apenada por el color de mis mejillas.

-Pero, ¿a qué ha venido esa pregunta de cualquier modo?- Dejó de reír y me miró serio, podía establecer contacto visual con él a través de mis brazos que no cubrían mis ojos.- Es que acaso...¿Gustas de mi, Hye?

Oh, mi...

Con su mano, retiró lentamente el brazo que cubría mi frente, y casi automáticamente, yo bajé el otro, que cubría mi nariz y parte de mis labios.
Se acercó peligrosamente, ¿Pero qué...?

-Hye...-Susurró.

-¿Uh?- Fue lo único que salió de mi boca, me sentía increíblemente intimidada por su cercanía y la profundidad con la que sus ojos oscuros me miraban.

-Es divertido jugar contigo, ¿sabes?- Susurró de nuevo y comenzó a reír mientras se alejaba. ¡Ah!, tremendo idiota.

-¡Yah!, ¿pero qué sucede contigo?- le empujé de nuevo y me levanté del banquillo. Él seguía  riendo, pero mi molestia era evidente. Se detuvo cuando cayó en cuenta de que me dirigía a la puerta.

-Hye, ¡aguarda!-Tomó rápidamente de mi brazo y tiró de él.

El movimiento resultó tan brusco que al darme la vuelta choqué contra su pecho. Y es que, a decir verdad, Min Yoongi era más alto que yo, no era demasiado a comparación de los hombres que había conocido antes, no lo era tanto si lo comparaba con Taehyung. Pero sí lo suficiente como para hacerme lucir bastante pequeña.

El impacto me sorprendió, pude sentir su tención y decifrar que se había sentido de la misma manera. Rápidamente se alejó de mi tomandome por los hombros y abriendo una pequeña distancia entre ambos. Me miró a los ojos, cosa que últimamente comenzaba a ponerme nerviosa.

-Algo sucede, quiero que me lo cuentes.

Ladeé mi cabeza, y soltando un profundo suspiro, retiré sus brazos de mis hombros.

-No es nada, Min. Realmente no es...ah, necesito dormir.

Finalmente di la vuelta y salí de la habitación, estoy segura de que le dejé bastante confundido, pero puedo apostar lo que sea a que no lo estaba más que yo, y es que, ¿cómo podía hacerlo?, ¿cómo podía explicarle que me sentía una completa idiota cuando estaba con él?, ¿cómo explicarle que mis piernas temblaban cuando me hablaba, o que mi corazón latía demasiado rápido cuando me miraba?

Ésto realmente era una locura y un agobio mental. Seguramente quienes solían ser mis amigas cuando llevaba una vida normal, pudieron haberme ayudado con ésto, me habrían dado consejos raros y todo habría fluído como una típica comedia romántica adolescente llena de clichés increíblemente cursi. Pero no, yo no era así más. Y estaba segura de que él no lo era tampoco.

Min Yoongi no era la clase de chico que te llevaría al cine en una primera cita, no era aquel que tomaría tu mano "accidentalmente" mientras ambos tratan de comer palomitas de maiz; no era la clase de chico que te llevaba a  casa en un bonito auto clásico y trataba de robarte un beso en la puerta de entrada.
Tampoco era la clase de chico que te daba rosas, cantaba bajo tu ventana, o te llevaba al lugar más alto de la ciudad a observar las estrellas sobre la parte delantera de su auto.

No, él era diferente, muy diferente. Ni siquiera creo que pueda haber una clase de chico en la que pueda entrar Yoongi.

Él es profundo, inpredecible, audaz, inteligente, directo, tranquilo, sarcástico, amable, dulce, brillante, todas las cosas buenas y malas en el mundo a la vez, único. Tan diferente del resto.

Dolía no poder saber lo que ocurría con él, por qué estaba ahí, qué es lo que pensaba o lo que sentía. Y es que aún me resulta increíble el hecho de que cuanto más creía acercarme a él, cuanto más creía saber sobre él y su vida, más me daba cuenta de que en realidad me encontraba muy lejos de conocerlo, muy lejos de estar cerca. No era yo una pieza importante en su vida, ni alguien lo suficientemente especial como para saber todo de él. Pero era tan interesante el no serlo, que cada día tenía más ganas de lograrlo.

Pasé la noche entera pensando en mis sentimientos hacia él y en lo que haría para remediarlo.

Porque sabía que muchas cosas difíciles y lejanas eran posibles, pero ¿remediar lo que sentía por Min Yoongi?

Era la única cosa imposible en el mundo, y yo no lo sabía.

𝓚𝓮𝔂 || ᴍ.ʏ.ɢWhere stories live. Discover now