🌊8. Vida humana🌊

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Nubes grises daban paso a la mañana en las costas de Jeju

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Nubes grises daban paso a la mañana en las costas de Jeju. Una sirena ahora transformada en humana dormía plácidamente, hasta que un estruendoso y agudo sonido la despertó.

Lee Shin sopló un silbato para despertarla, desde la sala, de la casa que ahora compartían. Marina salto de la cama, medio dormida y aún desconcertada.

—Iré primero a la escuela, puedes desayunar y luego alcanzarme allá —le aviso Shin, terminado de ordenar las cosas que llevaría.

—¡Espera! —Marina se apresuró a salir para detenerlo—. Yo no sé a dónde debo ir —le recordó para evitar que la dejará atrás.

—Supongo que era de esperarse, bien vendrás conmigo. Sólo una cosa más; pretende no conocerme y no menciones que vivimos juntos lo malinterpretarán —le advirtió.

Marina asintió había leído mucho sobre humanos, pero no lo suficiente para entender todas sus costumbres y forma de actuar, así que se propuso encajar lo mejor posible.
La ropa y libros no fueron un problema pues el abuelo y la familia Veker habían enviado los uniformes junto a todo lo necesario para ellos y su inicio en la nueva escuela.

—Ve arreglarte y come algo de la cocina —señaló su atuendo y la puerta de la habitación de invitados dónde Marina se estaba quedando.

—No tardo —aseguró apresurándose.

—El abuelo lo preparó desde el principio, tiene sentido que enviará dos uniformes uno de mujer y otro de hombre. Pensé que lo había olvidado y no sabía si tenía un nieto o una nieta —susurró para sí mismo mientras esperaba.

🌊🌊🌊

Marina

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Marina

Me sentía afortunada, nunca antes pensé acercarme tanto al mundo humano. Ahora mismo caminaba por los pasillos de algo llamado escuela. Todo era nuevo para mí, las plantas, la brisa helada de lo que los humanos llaman aire y algo sumamente aterrador las clases de aritmética.

Los humanos parecen tener un sistema de educación parecido al nuestro, en el que leemos sobre el pasado y estudiamos lenguaje, matemáticas, entre otras cosas de las cuales realmente no estoy interesada. Por otro lado amo la clase de historia, los humanos tienen sus propias leyendas y mitos que explican algunos sucesos de su pasado.

Era mi primer día y, aunque no entendía todo por completo me sentía cómoda estando ahí. En especial porque podía conocer un poco más a Shin. Al llegar él entró al aula primero y se sentó enfrente junto un chico, el único sitio disponible cerca era el que estaba detrás de él así que lo tomé. Pasé la tarde esperando a que volteara y me hablará o por lo menos me viera, pero eso no sucedió. Sin embargo, él chico junto a él, si volteó varias veces para saludarme, pero no se atrevió a hablar hasta después de que un sonido de campana retumbara en todo el edificio.

—Hola, soy Dylan. Es tú primer día aquí puedo mostrarte la escuela si deseas —ofreció, pero me apresuré a seguir a Shin cuando me di cuanta de que salía del aula.

—Gracias, quizá luego —me despedí de Dylan para alcanzar a mi chico—. ¿A dónde irás? —le pregunté a Shin caminando a su lado.

—No tienes que seguirme, es molesto —se quejó sin molestarse en mirarme al hablar.

—No sé nada de aquí —replique para que me dejará ir con él.

—Ese chico quiso enseñarte el lugar, deberías ir con él —contestó señalando el aula y pidiendo que volviera—. Si vas ahora quizá aún acepté guiarte.

—¡Son Star Three! —gritaba un grupo de chicas corriendo hacia nosotros.

Estaba en medio de su camino y no me dio tiempo de reaccionar para apartarme. Cuando me di cuanta chicas de todos lados empezaron a venir hacia dónde estaba. Sentí que alguien tiro de mí hacia un lado sujetando mi antebrazo y haciendo que me chocará con su pecho. Mientras cubría mi cabeza con la otra mano para tratar de protegerme. Nos separamos cuando todo se tranquilizó, Shin me había salvado de una estampida de humanas salvajes, es realmente un chico extraordinario.

—¿Estás bien? —preguntó separándose unos pasos de mí.

—Sí.

—Ten más cuidado, te veré en clases —dijo para irse.

La manada de chicas me impidió seguirlo y solo pude quedarme a ver de que se trataba tal alboroto.

—¡Star Three! ¡Son ellos, son Star Three! —gritaban hacia la puerta dónde la silueta de tres chicos se hacia cada vez más notoria.

Axel, Leo y Austin son los miembros de Star Three, un grupo de chicos que tienen una banda. Además de ser herederos de familias importantes son muy guapos y talentosos en distintos campos de trabajo humano, o la menos es lo que algunas de esas chicas me contaron.

Axel es un el líder del grupo, su familia es dueña de muchos museos del oriente y él es un estupendo dibujante. Dona sus obras y hace eventos para reunir fondos con fines de caridad, parecía ser la clase de chico perfecto y amable.
Leo viene de una familia de importantes empresarios dedicados a los alimentos, manejan la cadena más grande restaurantes y es un magnífico chef, además de ser uno de los vocalistas de la banda.
Austin es el típico chico rebelde y que amaba la música, no sé muy bien lo que eso significa, pero suena como si fuera una persona agradable; su familia maneja una compañía de entretenimiento, tienen televisoras, redes de noticias y demás a su disposición.

Todo acerca de ellos parecía fascinante, pero no era momento para eso, estaba hambrienta y mi estómago no paraba de hacer sonidos extraños; fue aún más vergonzoso cuando aquel chico apareció y los escuchó.

—Parece que tienes hambre, todavía hay tiempo para ir a la cafetería. Vamos —propuso con una sonrisa en su rostro y hizo un hecho para que lo siguiera.

Dudé y fue entonces cuando extendió su mano para que la tomara.

Acepté y aunque no estaba totalmente convencida tome su mano y cuando lo hice una sensación indescriptible recorrió ni cuerpo; era casi como si lo conociera y su presencia fuera algo familiar.

🌊🌊🌊

—¿Es ella? —preguntó Leo en voz baja.

—Así es, percibo la esencia del océano en esa chica —aseguró Austin señalando a Marina. Ella iba de la mano de Dylan camino a la cafetería.

—Vamos —ordenó Axel el líder del grupo.

Continuará… 

Continuará… 

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Isla De SirenasWhere stories live. Discover now