La historia de amor entre una sirenas moderna y un descendiente de piratas, dará inicio a no solo amores prohibidos, sino también a una leyenda mágica perteneciente al océano.
El tridente Lieber roba la magia de luna de los cristales de las sirenas...
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La misión era clara sin embargo Marina no podía pensar en nada más que no fuera encontrar una forma de ver a Shin. Es por eso que cuando tuvo oportunidad escapó de la vigilancia de su hermana Stella y se adelantó para subir a la superficie. Llevaba consigo el diamante de aprendiz que la líder Alvira le había confiado para su misión en la tierra.
Marina se transformó y salió del agua, pero apenas dio unos pasos en la costa se topo con la mirada desafiante de Stella y sus amigas, su hermana mayor había previsto sus intenciones y se las ingenio para llegar antes que ella a la playa.
—¿Por qué no puedo ni siquiera saludarlo? —reclamó siendo parcialmente ignorada por todas menos por su hermana.
—Es mejor que no lo vuelvas a ver, además recuerda que para él eres una mentirosa que se hizo pasar por otra persona para llamar su atención.
—Si me hubieras dejado explicarle.
—¿Explicar qué? Olvidas que eres una sirena. Marina, tú no perteneces a la superficie, somos quienes somos y nuestro lugar no es aquí. Tenlo presente, la líder solo te dejó venir por Dylan, él es el único humano que deberías mirar a partir de hoy.
—No es justo, no siento nada por él. Aunque todos digan que es mi alma gemela, yo no me siento de esa manera —replicó sintiéndose abrumada por la responsabilidad que conllevaba su misión.
Marina no podría pasar tiempo con nadie que no fuera Dylan, mientras estaba en la superficie y estaba prohibido que viera o hablará con Shin.
🌊🌊🌊
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Marina
Intenté seguir el juego y ser cortés cuando Stella encontró a Dylan, él sabe sobre las sirenas y es el primer humano al que veo que no le importa demasiado el tema. Stella se encargó de contarle sobre mi misión y que debía quedarme con él todo el tiempo que pudiera, mientras estaba en la superficie. Sería así por un tiempo, por el día estaría en la superficie a su lado y en la noche regresaría junto a Stella y las demás al mar. Ellas tenían su propia tarea al averiguar la ubicación exacta del tridente y yo no tenía planeado hacérselo más fácil al decirle lo que sabía, quería proteger a Shin es por eso que no podía hacerlo.
