Isla De Sirenas

🌊14. Historia de piratas🌊

Lee Shin

En la Dinastía Joseon mis antepasados se ganaban la vida robando y saqueando a los pueblos costeros de la zona oriental. Los temidos piratas Waegu y su líder era uno de mis ancestros. Sabía sobre ellos solo por las historias que el abuelo y mi padre me contaron cuando era pequeño. Aquellos actos que mi abuelo mencionaba como hazañas, eran ficción que escondía la verdadera historia de nuestra descendencia. Lo sabía muy bien, pero aún así jamás creí en nada de eso, la línea genealógica y la genética nunca fueron algo importante para mí.

Sin embargo; hoy algo extraño sucedió. Momentos e imágenes de una vida que no recuerdo haber vivido volvieron a mí, después de besarla. Sé que apenas nuestros labios se rozaron, pero eso basto para inundar mi mente de extraños recuerdos, que aparecieron como flashes sin un orden específico.

Lo primero que observé fue la costa, unos minutos después un barco de antiguo diseño. Habían personas charlando y llevando atuendos de época. Todo era similar y a la vez muy diferentes a como a lo que se veían en los documentales de la dinastía Joseon. Lo que más llamó mi atención, fue que un grupo de lo que se asemejaban mucho a piratas mencionara un particular interés por las sirenas.

—Ella nos guiará hacia su manada, tendrá que hacerlo por su propio bien —comentó uno de ellos parecía ser el jefe.

Mi perspectiva era la de alguien que escuchaba y veía la escena escondiéndose para no ser notado.
El ambiente cambio de un momento al otro y pude ver un campo lleno de arbustos, en medio de aquella escena apareció la silueta de una persona. Estaba en medio de aquel campo y veía con especial interés a los frutos que crecían en los arbustos. Su imagen se iba haciendo cada vez más clara conforme me acercaba, su rostro fue lo que término por desconcertarme, era Marina.

—¡Shin! ¡Shin! —le escuché llamarme, volviendo a la realidad note su voz provenir desde la sala de la casa que compartíamos.

Marina

No recuerdo lo que pasó después del accidente de la cocina. Me levanté temprano y fui a ver; pero todo ya estaba reparado, probablemente Shin lo resolvió mientras dormía.

La sensación de necesitar dormir se hacia más fuerte cada día y debía encontrar la forma de besarlo, lo antes posible para poder recuperar mi energía; pero aún tenía tiempo solo esperaba que fuera suficiente.

—¡Shin! —llamé nuevamente esperando a que bajará de su habitación.

Apareció con el cabello alborotado aún usando la pijama y con la mirada de somnolencia. Me miro extrañado por usar el uniforme de la escuela. Luego de tomar un vaso de agua me pregunto porque me lo puse un día domingo, supongo que para los humanos el domingo es igual que el día arrecife para las sirenas. No tenemos que estudiar y podemos hacer lo que deseamos.

—Entonces me cambiaré —subí rápidamente a mi habitación cuando alguien tocó la puerta.

—Iré abrir.

—No —lo detuve porque sentí la presencia de mi hermana cerca—. Yo iré.

—Está bien, por cierto ¿No recuerdas nada de ayer?

—No mucho, solo el desastre que hice en la cocina. Lo siento —me lamente recordando lo que sucedió.

—Ya veo, no importa, ve abrir.

—Sí.

Como presentí era Stella, pero no solo ella, había traído a Micaela, Mirra y una de las líderes con ella. Cerré la puerta detrás de mí, para evitar que Shin se diera cuenta.
Los problemas recién comenzaban, esto no era nada bueno.

La líder ya sabía sobre el sello de luna y que subí a la superficie, después de seguirlas en su misión.
Todo estaba terriblemente mal, pero entonces recordé, la única forma de anular el hechizo es con el beso del alma gemela y yo ya lo había encontrado.

—Cuéntale que lo encontraste —propuso Micaela con un entusiasmo que no llegué a comprender.

—Es cierto, mi alma gemela. Él puede deshacer el hechizo —repuse rápidamente.

—¿Estás segura de eso? ¿Un humano es el alma gemela de una sirena? —preguntó la líder algo molesta con la situación—. Déjame ver el sello.

—Pero es que ella… —escuché a Micaela murmurar, cuando le mostré el sello de luna que tenía en mi hombro a la líder—. Imposible —susurró al final.

—Entonces debe ser cuando antes, debes regresa al océano lo antes posible —sentenció permitiendo que me quedará con Shin un poco más.

—Pero es que tú… —susurró Micaela mostrándose sorprendida por ver el sello aún dibujado en mi piel—. ¿Estás segura que ese chico es tu alma gemela? —preguntó y sin dudarlo asentí.

—Sí, estoy segura, ¿por qué?

—Es que… —vaciló al responder—. No es nada —sonrió para luego marcharse con las demás.

—Bien, tienes tres días para conseguir que te besé y volver al océano. De otro modo habrá consecuencias más graves —advirtió la líder antes de irse.

El tiempo estaba puesto y el reloj no me daría ventaja, pero aún así mi deseo no cambiaría.  Permanecería a su lado el tiempo que fuera necesario, incluso si desaparezco, no quería dejar de conocer aquel mundo tan increíble. Él es mi alma gemela, así que sé que todo estará bien.

Continuará...