🌊28. Diamante de luna🌊

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Marina

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Marina

Todo pasó muy rápido, mi corazón aún seguía acelerado. La idea de ocultar todo lo ocurrido de Stella y de cualquier criatura del océano me inquietaba. Shin sabía de mi naturaleza como sirena y no le importaba, me confesó saber un modo de encontrar el tridente y aunque no estaba segura de como se enteró, de que lo buscaba, acepté sin dudarlo.

Tres de los chicos de la escuela nos acompañarían para hallar el tridente. Shin estaba seguro que su abuelo fue quien lo escondió en la isla y dejó pistas en la casa en donde vive. Era como una especie de prueba que debíamos resolver o al menos eso fue lo que entendí, cuando le llegó una antigua carta por correo postal. Era lo que los humanos hacían antes, para comunicarse entre ellos.

La carta era de hace muchos años y estaba dirigida a su fallecido padre, para darle la misión de resolver los acertijos, que ahora nosotros trataríamos de pasar para encontrar el tridente. Shin al principio, se sintió frustrado al recordar todas las réplicas y copias que su abuelo le envió del tridente, pero luego de leer la carta su semblante era de nostalgia y depresión. No parecía ser grave, pero de igual forma quise apresurarme para ir a verlo.

Me encontraba en el mar, en la biblioteca de roca de nuestra manada cerca al arrecife. Stella estaba ocupada y habían salido antes con las demás para buscar el tridente por su cuenta, así que me sería fácil escabullirme para escapar.

Intenté no pensar en la sombra en los ojos de Shin, que vi aquel día, pero no podía ignorar que después de eso él parecía saber todo sobre mí y sobre mi vida en el océano. El tridente también formaba parte de esto y por más que quise hacer como si nada, era un detalle importante que me seguía inquietando y había la posibilidad de que estuviera siendo engañada para ir hacia una trampa. Todos esos pensamientos se desvanecieron de mi mente al recordar sus palabras, él quería que estuviera a su lado y, aunque posiblemente me equivocara, no podía dudar de él.

Estaba apuntó de salir del agua cuando Stella me detuvo. Nuevamente había adivinado mis movimientos y que salí por la costa cerca a la casa de Shin.

—Marina hoy es un día especial —me recordó—. Tu ceremonia de diamante de luna se realizará esta tarde.

Hasta ese momento trataba de olvidarme de eso. Todos estuvieron muy emocionados, ya que sería la primera vez que un humano era invitado. Mi alma gemela Dylan, estaba en la lista de asistentes de la ceremonia.

Isla De SirenasWhere stories live. Discover now