La princesa despistada.

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Desde que nací mi padre me ha cuidado al igual que a su vida. Él es un hombre fuerte y capaz, que siempre logra lo que se propone.

Él y yo nos encontramos solos desde que tenía 3 años, mi madre murió de una extraña enfermedad y apenas logro recordarla. Sin importar mi corta edad, su mirada sigue prensada en mi corazón.

Mi nombre es Anya nieta del ex rey Garrick de Albuquerque y sobrina del nuevo rey "Axel el justo" son los calificativos con los que la gente del pueblo suele llamarlo.

Mi padre por otra parte es el duque de la nación y por consiguiente soy llamada princesa y posible heredera a la corona.

¿Qué problema podría tener una niña de tan solo 10 años? Pues...

Una mañana encontré sobre mi balcón un extraño libro en forma de llave. No sabía qué tipo de contenido encontraría en él, ya que parecía solo tener croquis, mapas, pasadizos secretos y un sin fin de cosas. En un inicio no llamo mi atención, pues yo buscaba entretenerme con una novela romántica, sin embargo, mientras hojeaba sus páginas me percate que detrás del tocador había una pared corrediza que me llevaría al interior de los pasadizos. Mi curiosidad me llevo a levantar el tapiz y adentrarme al interior del lugar.

Caminé y caminé por un largo tiempo sin encontrar nada interesante. O eso creía, hasta que una gran puerta brilló frente a mi. La forma de mi libro se encontraba marcada como si se tratara de una llave. Por instinto la puse sobre la estructura y una gran ráfaga de luz me cegó por unos momentos.

Al recuperar la vista, me encontré con una gran biblioteca repleta de libros. ¡Mi sueño hecho realidad!

En ese momento un pequeño libro voló a mi regazo y comenzó a proyectarse frente a un gran espejo.

Narrador

La princesa Sofia de Encantia.

Sofía era una pequeña niña de pueblo que vivía en compañía de su madre. Una mañana el rey Roland II las llamó a su presencia para probarse un par de zapatos. Eran perfectos para él, al igual que su madre, la pareja muy pronto se casó y la pequeña se convirtió en una princesa.

~¡Anya!, Se escuchó la voz de su padre.

La princesa guardo el libro entre sus ropas y corrió hasta llegar a su habitación.

~Anya ¿Dónde estabas? Está mañana celebraremos el cumpleaños de tu tío. ¡Debes darte prisa o no llegaremos a tiempo!

~Lo sé papá, es que encontré este libro. Sonrió mostrandoselo.

~¿De qué se trata?

~No lo sé, pero parece ser interesante. Trata de una niña del pueblo de Encantia que se convirtió en princesa cuando su madre se casó con el rey Roland II.

Hugo se quedó pasmado por un segundo, pero intento disimular la impresión.

~¿Dónde lo conseguiste?

~En la biblioteca... Habló Anya con nerviosismo. Obviamente no podía contarle lo que había visto.

~Bueno... Debes dejar que lo lea primero. Es posible que contenga cosas que aún no comprendas.

~No lo creo, lo leeré yo. Ahora debemos buscar a mi tío. Sonrió guardando el libro entre sus ropas.

Al llegar hasta el estudio real, la princesa se lanzó a los brazos de Axel. El joven la recibió con felicidad y acarició su cabello con suavidad.

~¡Feliz cumpleaños tío!, Desplegó una gran sonrisa a lo que el pelirrojo correspondió.

~Me pone muy feliz que estés aquí, creí que te habías olvidado de mí cumpleaños.

~¡Nunca!, Espere toda la semana por este día, ¿verdad Papi?

Hugo se mantenía sumido en sus pensamientos, tanto que ni siquiera había escuchado el llamado de su hija.

~Papi. Volvió a decir.

~Lo siento mucho, estaba pensando en otra cosa ¿Qué dijiste?

~¿Alguna nueva conquista? Intervino Axel con interés.

~Nada de eso, sabes que no.

~Desde que murió tu esposa has estado muy desapegado del mundo.

~Me gustaría tener una mamá. Interrumpió Anya.

~No la necesitas, Axel y yo crecimos sin madre y eso no impidió que fuéramos felices. Contestó con nerviosismo.

Anya bajó la cabeza y se dirigió a su habitación. Necesitaba seguir leyendo el libro, algo inexplicable la arrastraba hacia él.

Sin que se dieran cuenta se adentró a la biblioteca y dejó que la historia se proyectará nuevamente.

La vida de Sofía era sumamente divertida, contaba con un amuleto que le daba poderes mágicos y un encantalete que la acreditaba como protectora del Eterny reino, eso le permitía vivir grandes aventuras en compañía de sus mejores amigos.

Anya estaba muy contenta, todo era maravilloso hasta que su padre apareció en la proyección. Desde ese momento la niña se sintió aún más intrigada.

Regresó a su habitación y pensó en ello toda la noche. Era seguro que él conocía a la protagonista, pero ¿Por qué nunca le había hablado de ella?

A la mañana siguiente Anya se despertó muy temprano y se dispuso a buscar a su padre.

~¡Buenos días abuelo! ¿Sabes dónde está papá? Debo preguntarle algo importante.

~Salió con Axel al pueblo. Si quieres puedes preguntarme a mi. Sonrió de forma alegre.

~Verás... Quisiera saber si conoces a la princesa Sofia de Encantia.

Garrick hizo un gesto de asombro e inmediatamente bajo la cabeza.

~Estudiaba con tu padre en la escuela real. ¿Por qué tanto interés?

~No es nada, solo escuché su nombre y me pareció interesante investigar sobre ella.

~¿Dónde lo escuchaste? Hugo no suele hablar de ella, desde...

~¿Desde qué? Preguntó con ingenuidad.

~No es nada, los niños no entienden los problemas de adultos. Sonrió despeinando su cabello.

~Ya no soy una niña, tengo 10 años. Contesto haciendo un puchero.

~¿De verdad? Creí que tenías 6 años, ¡tienes razón! Eres demasiado grande.

~¡No te burles de mi!

~Lo lamento, pero aún te falta aprender muchas cosas sobre la vida, eres muy pequeña, pero tu padre hablara contigo cuando llegue el momento ¡No te desesperes!

~Bien, ¡Gracias abuelo! Ahora tengo que ir a la escuela.

La pequeña niña subió a su carruaje y se dirigió hasta la escuela real.

~Haré una pijamada real. Mencionó Cristal con altivez.

Anya bajó la mirada, pues sabía que jamás sería invitada a esa clase de eventos.

~Tus pijamadas siempre son las mejores. Contestó Perla.

~¿Te gustaría venir? Exclamó Cristal dirigiéndose a Anya.

~¿Por qué lo haces?

~Mi madre considera que debo invitar a todas mis compañeras. Además conocerás Encantia, deberías sentirte halagada.

Al escuchar esto, Anya sonrió con alegría, cada vez estaba más cerca del paradero de Sofía.

La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)Where stories live. Discover now