El final

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El destino había unido a una familia que había sido separada por la maldad. Anya corrió a abrazar a Ernest y Sofía miró con felicidad la cara de su hija, a pesar de todo, era lo que más quería en el mundo.
Quizás las cosas no habían empezado bien, sus decisiones no habían sido las mejores. Pero no se arrepentía de tener a esa pequeña niña que cambió su vida, la que la hizo madurar a temprana edad. Definitivamente no la cambiará por nada y si la vida le diera otra oportunidad, haría todo de la misma forma.

Hugo tomó su mano con cariño y ella sintió todo su ser estremecer.

~Anya es hermosa ¿No lo crees? Susurró mirándolo a los ojos.

~La más linda... Es idéntica a ti.

Sofía se sonrojo y se perdió por un momento en la mirada de su esposo.

~Sofía... Siento mucho lo que te hice. Exclamó Cedric.

~Reconozco que fue muy cruel, pero una persona que no guarda rencores es una persona feliz.

~Ahora que tengo mis poderes, haré algo para compensarte. Sonrió moviendo su varita.

En un abrir y cerrar de ojos, Sofía se encontraba en el interior de una gran mansión. Mientras caminaba por los pasillos, escuchó el llanto de un bebé. De inmediato la princesa se acercó hasta la cuna y encontró a una niña de cabellos rojizos recostada entre un sin fin de mantas de seda.

~¿Anya?, Habló conteniendo las lágrimas.

Al verla la bebé comenzó a reír y Sofia no pudo evitar sostenerla en sus brazos.

~¿Quién eres tu?, Preguntó Molly entrando en la habitación.

~Soy Sofía...

~¿La chica que tiene Cedric cautiva? ¿Cómo escapaste?

~Él me envió aquí...

~Acabo de estar con él... Y él no... ¡Eso no importa! Hugo estará feliz de reencontrarse contigo.

Molly tomó la mano de Sofía y juntas corrieron hasta el jardín.

Hugo se encontraba con la mirada baja.
~Sofía ¿Por qué te fuiste?, Susurraba mientras observaba una rosa.

~Hugo ¡Te tengo una sorpresa!, Habló acercando a la joven hasta él.

El cuerpo de Sofía todavía era el de una niña de 18 años, Cedric había regresado el tiempo, dándole una nueva oportunidad de rehacer su vida y ver crecer a su bebé.

~¿Sofía?, ¿Qué haces aquí?

~El señor Cedric me envió hasta aquí... Yo nunca quise dejarte y la pequeña que tengo en mis brazos es nuestra hija. Sonrió observando la mirada de desconcierto del príncipe.

~Tú... Me dijiste cosas muy crueles.

~No era yo, jamás lo haría. Sonrió acercándose a él para besarlo. ~Si me aceptas, podremos criar a nuestra hija, como siempre soñamos.

~Estoy casado. Titubeó observando a Molly.

~No te preocupes por mí Hugo. Habló quemando su acta de matrimonio. ~Me esforzaré por ser una buena hechicera y quizás en un futuro tener una familia.

~Hay algo que quiero mostrarte, pero debemos apresurarnos. Agregó Sofía tomando la mano de Molly.

~¿De qué se trata?

~Junto al bosque se encuentra un bebé de aproximadamente un año, sé qué lo conoces muy bien.

Molly sonrió con alegría y se dirigió de inmediato al bosque. El pequeño se encontraba allí. La mujer de cabellos dorados lo abrazó con fuerza.

~Es mi hermano... ¿Cómo lo supiste?

~Digamos que soy perceptiva. Contestó con alegría.

Un nuevo destino estaba a punto de comenzar para todos.
Aunque le había sido imposible salvar la vida de los padres de Molly, por lo menos Ernest podría estar junto a su hermana. Aunque le dolería mucho separarse de él.

~¿Te casarás conmigo?, Dijo Hugo con alegría.

~Lo haría una y otra vez.

~Debes explicarme todo lo que está pasando. Habló recibiendo una sonrisa de complicidad por parte de Sofía.

~Claro, tenemos mucho tiempo para hacerlo.

El libro de la princesa Sofia se había completado y ahora formaba parte de la biblioteca real.

La escena cambio y Sofía se encontraba arreglando su vestido de novia. Anya ya estaba lista con un bonito traje de pajesita.

~Te ves hermosa hermanita, no olvides lanzarme tu ramo. Exclamó Amber entrando en la habitación.

~Por supuesto Amber.

Sofía caminó rumbo a su nuevo destino, todos sus sueños estaban a punto de cumplirse.

Cuando entró a la iglesia observó con alegría a todos sus amigos y familiares, pero entre ellos se encontraba la persona menos esperada. Aunque el viejo Cedric intentará pasar desapercibido, Sofía ya había notado su presencia y no pudo evitar sonreír con alegría.

El mago lanzó un hechizo dejando caer pétalos como la primera vez que Sofía fue presentada ante el pueblo.

~Sé feliz. Susurró formando un corazón de humo.

Hugo se encontraba esperándola al final del pasillo. Estaba totalmente cautivado por lo hermosa que se veía su prometida.

~¡Que vivan los novios! Gritó James cuando la ceremonia termino.

Sofía, Anya y Hugo se dirigieron a su nuevo hogar, "El ducado de Albuquerque" Donde pasarían nuevas aventuras juntos.

Unos años más tarde, cuando Anya cumplió 3 años, Sofía decidió llevarla consigo hasta la biblioteca secreta, allí encontrarían un libro muy especial.

~Te leeré una historia fantástica de un hechicero malvado y una pareja de enamorados. Sonrió meneando el libro frente a la pequeña.

~¿Un príncipe como papá? Río la niña colgándose de Hugo.

~Exactamente como él.

~¿De qué trata el libro? Intervino Hugo hojeandolo un poco.

~Gracias a él entenderás todo lo que me ocurrió...

Sofía abrió el libro y comenzó a leerlo. Mientras tanto, Anya y Hugo se encontraban sentados junto a la chimenea escuchando con atención.

~La princesa Sofia era una niña que vivía en el pueblo de Encantia, se convirtió en princesa gracias a que el rey Roland se casó con su madre.
La vida como princesa era muy complicada, tenía muchas cosas que aprender, pero esto solo le traería nuevas aventuras.
La pequeña niña era muy devota a su hechicero real, quien la apreciaba demasiado. Era un hombre solitario con una vida complicada. Sin embargo Sofía cambio todo esto convirtiéndolo en el mejor hechicero de Encantia.

Cedric se encontraba escuchando la historia a través del ventanal, sin percatarse de que había sido visto por la pequeña niña.

~¡Un hechicero real! Gritó Anya señalando la ventana.

Cuando Sofía y Hugo voltearon no había más que pequeños copos de nieve cayendo a través del cristal.

Cedric se había escondido para no ser visto por los jóvenes.

Al ver terminada su tarea, el hechicero decidió retirarse de la vida de Sofía, por fin había entendido que debía dejarla crecer. Ahora era una mujer virtuosa, con una familia maravillosa y un futuro brillante.

Unos años después Sofía tendría a su pequeño Nicolás y vería a menudo a Ernest. Todo su pasado era solamente parte de un pequeño libro que sería regalo para la pequeña Anya. La princesita no lo comprendía, pero ella había ayudado a darle un final feliz a esta historia.

Fin.

La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant