La mujer de mi vida.

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~Creo que deberíamos dejar de visitar al señor Cedric. Mencionó Hugo mientras se preparaba para dormir.

~¿Por qué? Él me necesita, lo veo en sus ojos.

~Es cierto... Pero no me agrado la forma en la que vió a Nicolás... Y lo último que nos dijo ¿Y si está planeando algo?

~No tiene magia, dudo que tengas razón.

~¡No lo volveremos a ver!, Gritó enfurecido, provocando que el bebé se despertara.

~¡No puedes decidir sobre mi vida! Haré lo que yo quiera. Ahora ve a cuidar al bebé.

~Seguro te necesita a ti. Habló de forma sarcástica.

~Odio cuando tenemos problemas Hugo, ¡Yo no me alejaré del señor Cedric!, ya perdone todo lo que nos hizo.

~Pero yo no ¿Cómo podría después de que me negó la oportunidad de estar 11 años contigo?

~Sabes que ¡Basta! Él se redimió y si no puedes aceptarlo, creo que es mejor que me vaya a Encantia con mis hermanos.

~¡Haz lo que quieras!, Gritó con furia.

Sofía caminó hasta la habitación del bebé y lo sostuvo con suavidad.

~Debes dormir mi pequeño Nicolás, algún día serás un hombre importante.

~¡No lo creo! Habló Grimtrix apuntandola con su varita.

Sofía bajó al bebé en la cuna, mientras intentaba protegerlo con sus brazos.

~¿Qué es lo que quieres?

~Quiero deshacerme de ambos. Tú siempre arruinas mis planes de conquista y él es un peligro para el futuro.

~¿Cómo podría? Apenas tiene unos días de nacido.

Grimtrix movió su varita y la hizo remontarse treinta años en el futuro.

El rey Nicolás II de Albuquerque, considerado un tirano por la gente del pueblo. Él y su familia estaban a punto de vivir una revolución que cambiaría toda la historia del país.

~No... ¡Él no será un tirano! Gritó tapándose los ojos.

~Lo será y recibirá su castigo.

~¿Qué pasará con Hugo, Anya, Ernest y yo?

~Ustedes estarán a salvó. Dame el poder de Albuquerque y perdonaré a tu bebé.

~Yo no puedo hacerlo. Titubeó tomando su amuleto.

Grimtrix se percató de ello y lanzó un rayo contra el niño que fue detenido por el cuerpo de Sofía.

La duquesa sé desvaneció en el suelo y su amuleto acumuló toda la magia devolviendosela al hechicero con mayor fuerza.

Acto seguido el hombre se desplomó.

Cedric ya se encontraba en la puerta. Lamentablemente había llegado demasiado tarde.

~¡Sofía!... Gritó abrazándola con fuerza.

Su cuerpo estaba frío y parecía no tener ningún peso.

Hugo llegó corriendo a la habitación y al ver a su esposa en brazos de Cedric solo pudo apretar lo puños.

~¿Qué pasó? Preguntó Garrick entrando en la habitación.

~¡Quiero que salga de aquí!, Gritó Hugo tomando al hechicero por la ropa.

~Yo no lo hice, fue Grimtrix.

~¡No me importa! Todo es su culpa... Usted lo sabía y no hizo nada para detenerlo.

Cedric dejó a Sofía sobre el suelo y Hugo la tomó en sus brazos para besarla.

La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora