La pelea por libertad.

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~Vamos Sofía... No quería que sufrieras lo mismo que yo.

La princesa bajó la mirada y comenzó a pensar, ¡Tenía que encontrar una manera de huir! ¿Pero cuál?
Sofia observó con alegría cómo la varita mágica se asomaba del bolsillo del hechicero. ¡Desarmarlo sería su única salvación! Fue entonces cuando decidió hacerle frente y escapar.

~Bueno... Lo comprendo, ¿Deja que le dé un abrazo? Preguntó con suavidad.

~No tienes que pedirlo.

Sofía se acercó hasta el mago para envolver sus manos alrededor de su cintura.

Cuando la varita estuvo en sus manos, se separó del hechicero y la escondió detrás de ella.

~¿Y mi varita? ¡Entrégamela Sofía!

~¡No lo haré! Me iré de aquí. ¡Varita teletransportame al reino de Hugo! Gritó tapándose la boca.

~¡Sé donde estas! Te buscaré... Recuerda que una varita no es nada para mí, puedo usar cualquiera.

Sofía apareció en los jardines del palacio. El rey Axel daba su paseo matutino. Al verla en tan mal estado, tuvo el deseo de protegerla.
Sofía, por otra parte, entró en pánico, pues las palabras de Cedric volvieron a su mente "Nadie te recuerda".

La princesa comenzó a correr y el joven rey la siguió hasta que consiguió alcanzarla.

~¿Quién eres? ¿Por qué huyes?

~Yo... Busco al duque Hugo.

~Yo puedo atenderte, él salió está mañana.

~No puedes ayudarme, es algo personal.

~Si quieres puedes esperarlo adentro del palacio, te presentaré a mi padre. Yo soy el rey Axel ¿Cuál es tu nombre?

~Soy Sofía. Susurró con pena

Axel le ofreció su brazo y Sofía entró en su compañía.

~Padre, quiero presentarte a Sofía, ella nos acompañará hasta que Hugo vuelva.

~¿Sofía?, Contestó recordando las palabras de su hijo menor.

~Asi es... Vivo en el pueblo de Encantia.

Sofía se sentía extraña, había conocido perfectamente bien a estas personas y tratarlos como extraños le causaba dolor.

~¡Papá! Olvidé mi varita de entrenamiento. Gritó Anya deteniendo a Hugo.

~No creo que sea necesaria.

~¡Lo es! Quizá no sepa mucho de magia, pero puedo defenderme.

~Bien ¡Vamos por ella!

Anya corrió por los pasillos del castillo y escuchó una voz conocida ¡Era la de su madre!

~¡Mamá! Gritó entrando en la habitación.

Su tío y su abuelo la miraron anonadados y la niña apretó los labios.

~¿Mamá?, Está hermosa señorita no podría ser tu madre aunque quisieras. Se burló Axel tomando la nariz de la niña.

Anya infló los cachetes y recordó que su familia aún no conocía la verdad sobre Sofía.

~¡Sofía!, Gritó Hugo mientras se aproximaba a ella para abrazarla. ~Estaba muy preocupado por ti.

~¿Me recuerdas?

~¡Claro! Yo ¡Jamás! Te olvidaría, eres mi vida entera, la madre de mi hija... Tú me has dado mucho en tan poco tiempo.

La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)Kde žijí příběhy. Začni objevovat